Un tranvía de A Laxe a Independencia: la propuesta de una fundación catalana en Vigo

Fundació Mobilitat Sostenible i Segura diseña un trazado por Gran Vía, Travesía, Isaac Peral y Areal | Valora su sostenibilidad, accesibilidad y nula accidentalidad

Un tranvía circulando por el Paseo de Alfonso.

Un tranvía circulando por el Paseo de Alfonso.

Un tranvía que conecte la Praza da Independencia con A Laxe pasando por las calles Regueiro, Gran Vía, Urzáiz, Vía Norte, Travesía de Vigo, Numancia, Doutor Canoa, Isaac Peral, Areal, Praza de Compostela y Carral. Es el trazado que propone para Vigo la entidad catalana Fundació Mobilitat Sostenible i Segura, creada hace 22 años con el impulso de la Generalitat, el Ajuntament de Barcelona y la Associació per a la Promoció del Transport Públic. Lo hace en un documento en el que analiza las redes tranviarias ya en servicio, las que están en construcción o con proyecto aprobado y las futuribles «por las características demográficas del territorio y su configuración». Entre estas últimas, incluye 22: a la olívica, se suman Pamplona, Elche, A Coruña, León, Valladolid, Badajoz, Las Palmas, Logroño, Lleida o Santander.

El estudio, elaborado por los expertos Pau Noy y Martí Bullón, destaca entre las ventajas del tranvía un «menor coste de explotación por pasajero transportado, emisiones cero, el descenso de un tercio del consumo energético en relación con un autobús o de una décima parte respecto del coche, reducción de las importaciones de combustibles fósiles, 100% de accesibilidad para todos los públicos y accidentalidad nula en la práctica». «Las ofertas tranviarias acostumbran a captar, por su atractivo, entre un 50 y un 100% más de pasaje que una red de bus equivalente», señalan en el escrito.

De los raíles al papel: esta es la historia del tranvía en Vigo

R. V.

El criterio para trazar las redes de tranvía busca enlazar puntos de interés por la proximidad a servicios clave. La de Vigo lograría conectar el entorno de la Praza América, uno de los grandes centros de la ciudad, con la zona de As Avenidas, una de las más turísticas. Daría servicio a los usuarios de Povisa y a los de las estaciones de tren de Vialia y Guixar. También favorecería la movilidad de viajeros que emplean el transporte de ría. En todo caso, la Fundació Mobilitat Sostenible i Segurala pone a disposición un correo —info@fundaciomobilitatsostenible.org— al que los ciudadanos pueden enviar propuestas y comentarios.

El estudio señala que el país de Europa con más redes de tranvía por habitante es Alemania, con 62: 7,3 por cada 10 millones. España ocupa una posición intermedia, con 17 redes, las 15 existentes más las dos en proyecto: 3,5 de ratio, por debajo de la media del continente, en 3,9. «Si se construyesen las 22 redes que se proponen, España pasaría a liderar este ranking con 8,1 redes por cada 10 millones», comentan los autores.

Que el tranvía vuelva a Vigo es, a día de hoy, un imposible. La Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras, Seopan, resucitó en el año 2022 la idea de recuperar este medio de transporte al incluirla en sus propuestas al Gobierno de España para recibir fondos Next Generation de la Unión Europea. El alcalde olívico, Abel Caballero, enterró la propuesta sin dudas. «Puedo dar el listado de ciudades de España quebradas por haber construido un tranvía», afirmó.

Adiós a los tranvías de Vigo cuando se despidió 1968

La red de tranvías olívica fue clausurada el 31 de diciembre de 1968 con el alcalde franquista Rafael Portanet. Se opuso a la continuación del «anticuado» sistema con la intención, según expuso, de que la ciudad se sumase a la ola de progreso que traía bajo el brazo el autobús. Tras este cambio, hubo algo más. En 1972, el Tribunal Supremo determinó que se había cometido un claro delito de cohecho en la adjudicación de los servicios a Vitrasa, pero la concesión no fue revocada. ¿Qué ocurrió? Fueron condenados 10 concejales —el regidor, no— por recibir joyas de la cúpula de la empresa concesionaria, que, con el paso de los años, ha sufrido cambios accionariales, pero sigue prestando el servicio en la urbe. Fueron suspendidos para ostentar cargo público durante dos años, multados con 5.000 pesetas cada uno y devolvieron las joyas para ser subastadas por Hacienda.

La llegada de los tranvías de Vigo fue «pintoresca y anecdótica», como describe el periodista, escritor y catedrático Santiago Vilas en un artículo publicado en FARO. Explica que Martín Echegaray, que había comprado la isla de Toralla, convocó en su residencia isleña el 11 de agosto de 1911 una «memorable reunión de dignatarios y posibles inversionistas» con el objetivo de alumbrar una empresa para proporcionar a Vigo y alrededores el primer servicio público de tranvías eléctricos. Debutaron en la ciudad, en pruebas, el 2 de junio de 1914 y el funcionamiento regular se inauguró el 9 de agosto. Se despidieron 54 años después.

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