El túnel de Lepanto dispara un 20% el tráfico por la Gran Vía a la Autopista del Atlántico

Después de las obras, más ruido y más coches. La Gran Vía de Vigo se ha recuperado posiciones como una de las principales arterias de la ciudad después de la reapertura del túnel de Lepanto el pasado año. Y es que tras dos años condicionados por las obras en las rampas mecánicas de su bulevar central o el izado del anillo del ascensor Halo, el tráfico ha recuperado su pulso.

La puesta en funcionamiento de nuevo del primer acceso de la ciudad a la Autopista del Atlántico ha supuesto un aumento del 20% en el número de vehículos que recorren a diario el tramo entre Plaza de España y Urzáiz hasta los 16.688,3 de media durante 2024. En el informe del Concello de Vigo sobre la Intensidad Media Diaria (IMD) en las entradas, salidas y corredores de la ciudad este itinerario sobresale por encima del resto de la red, donde apenas se anota una subida media del 1,7%.

Dos de cada tres vigueses sufren niveles de ruido elevados en espacios públicos cada día

Elos datos elaborados por la UTE de ESYCSA y ETRA registran un aumento también en el túnel de Gran Vía bajo Plaza de España, que crece un 20,9% hasta los 9.733,6 coches de media. La mayoría de estos continúan por el otro vial subterráneo, el de Lepanto, accediendo de media unos 5.283,86 a la AP-9. Esta subida del 45,76% en este acceso contrasta con la brusca caída de los dos corredores alternativos para salir del centro urbano.

Pizarro y García Barbón, a la baja

El tramo de García Barbón al nudo de Isaac Peral pierde un millar de trayectos (-11,84%) hasta los 7.557,6; mientras que la calle Pizarro cae más de seis puntos hasta los 9.262,4 vehículos. En esa misma ruta, el paso inferior que da acceso desde Gran Vía pierde también un 5,4% hasta los 5.757,6 coches, lo que constata un cambio en la ruta para salir de la ciudad por parte de los conductores.

En esta misma zona destaca la apertura del túnel de la autopista al párking interior de Vialia, que en menos de dos meses registra 1.232,29 coches de media con los sábados como los días de mayor intensidad. En ese sentido también han caído los tráficos en la salida de Buenos Aires (5.899,57) y del nudo de Isaac Peral (4.460,29) que fueron utilizados como desvíos cuando las obras del Halo impedían el paso bajo el mismo.

Contraste con los peatones

Con este aumento del tráfico se produce una paradoja en el tramo inicial de la Gran Vía. Mientras que en el sentido descendente crece el tráfico para los viajes que tienen su destino más allá de la ciudad, en sentido ascendente han ganado peso los peatones frente al coche. Y es que si bien la IMD ha crecido más de un 12% desde Urzáiz, la suma de las cuatro cintas desde María Berdiales supera los 40.000 viajes diarios, cifra que va en aumento tras la apertura de la fase dos hasta la calle Nicaragua hace dos años.

Este escenario no será, ni mucho menos, el definitivo. El Concello puso en marcha a finales del pasado año el contrato para prolongar estas cintas mecánicas por la otra vertiente de la calle hasta Plaza América. El presupuesto para estos 1,5 kilómetros sería de más de 26 millones de euros y serviría como primera fase de una intervención que seguiría con una humanización de este barrio (10,1 millones) y un ambicioso túnel hasta As Travesas, cuyo coste superaría los 80 millones de euros.

Precisamente el itinerario ascendente desde Hispanidad a la rotonda presidida por Los Caballos de Oliveira es el corredor con mayor número de coches por jornada dentro de la trama urbana: 22.631 de media en el año pasado.