Ocio para conciliar y mucho más

Para lograr conciliar en estos diez días de vacaciones escolares. O para ofrecer a los menores actividades con las que entretenerse y aprender. Y, especialmente, con mal tiempo. Los padres rastrean la oferta lúdica de la ciudad y acuden a recursos como la biblioteca o el centro de divulgación ambiental.

Participantes en el campamento de VigoNatura.

Participantes en el campamento de VigoNatura. / Alba Villar

Vigo

Campamentos para que facilitan cumplir con su jornada a los trabajadores, pero también actividades para hacer más entretenidos e interesantes los días de vacaciones. Las familias rastrean la oferta lúdica que la ciudad ofrece estos días para los escolares y agotan las opciones más atractivas en cuestión de horas.

Como en el centro de divulgación ambiental Vigo Nature —el antiguo zoo—, que completaron el medio centenar de plazas —para niños de 6 a 12 años— de su campamento de Semana Santa en los primeros días. Aunque han tenido que ajustar su planificación inicial, la lluvia no les ha chafado la diversión en unas instalaciones municipales que dan mucho juego.

Aprendieron, por ejemplo, a crear juguetes para estimular a los animales. Descubrieron la territorialidad del oso que se esforzó en hacer desaparecer el rastro de una caja con paja y colonia que le crearon. Y no solo observaron. O escondieron cacahuetes entre paja dentro de tubos de cartón del papel higiénico y disfrutaron viendo cómo las suricatas las encontraban. A Nuno, de 7 años, el contacto con estos pequeños animales y con los lémures fue lo que más le gustó. También tocaron tortugas, reptiles... «Estaban emocionadísimos», cuentan sus monitoras. A Vera, de 7 años, lo que más le gustó fue acariciar a burros y ovejas. Su amiga Arya, de la misma edad, repite en Vigo Nature y desea volver en verano. «Y, a lo mejor, me quedo a dormir. Es superguay», cuenta emocionada.

Magia en la manga, en la biblioteca. |  A.V.

Magia en la manga, en la biblioteca. | A.V.

El objetivo de todas sus actividades es inculcar el respeto por la naturaleza. Así, la lucha contra la contaminación o el reciclaje son una constante. Como las macetas que hicieron con botellas para plantar alelíes. Y no faltan las nuevas tecnologías, con robots lego o tablets para reconocer plantas. El lunes se despedirán con una fiesta y durante los festivos también habrá otro tipo de actividades.

En la Biblioteca Juan Compañel, en el Casco Vello, las plazas para el campamento de magia de tres días «volaron», como casi todo lo que programan para menores. Lo impartía l compañía viguesa Magia en la Manga. «Aprendieron trucos para sorprender a amigos y familiares con materiales que pudieron fabricar ellos y guardar en su propio maletín, con su varita mágica», cuenta Sara Rodríguez.

Paula Andión y Marta López. |  A. V

Paula Andión y Marta López. | A. V

"Tenemos al niño en el taller de magia y, mientras, leemos cuentos con la niña"

Paula Andión y Marta López

Silvia Casal y Nora Carraro. | A. V.

Silvia Casal y Nora Carraro. | A. V.

"Estamos visitando a la abuela y, como el tiempo está un poco raro, venimos aquí"

Silvia Casal y Nora Carraro.

Divididos en dos turnos de dos horas cada uno, primero fueron los niños de 4 a 7 años y, después, los de 8 a 12. En este estaba Leonardo Vázquez, de 8 años. Su madre, Verónica, explica que le apuntó porque le pareció «una temática interesante». «Por hacer algo diferente, porque para la conciliación no serían suficientes dos horas», cuenta. Y acertó. A Leo le fascinó. «Lo que más, los trucos de vasos, de gomas y de cartas», cuenta y añade: «Me gusta ser mago». Se propone practicar mucho.

En la planta baja de la biblioteca, en la zona infanto-juvenil, Marta López espera a que su hijo salga del taller de magia con su otra hija, Paula Andión, de 6 años. Y así disfrutan un rato de una de sus aficiones: leer cuentos. Sobre todo, de unicornios. Silvia Casal también ve en las bibliotecas un buen recuso para «cuando el tiempo está un poco raro». Esta viguesa afincada en Italia, visita estos días a su madre con su hija Nora, de 5 años, a la que le gusta mucho leer. Ella apuesta por «los de risa».

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