Entrevista | Pilar Palomero Cineasta
«Hay que partir de que lo normal es que una película no se haga»
Tras dos días impartiendo mentorías en Vigo a los residentes de Rueda Academia de Cine, la directora de «Los destellos», Pilar Palomero, aporta sus impresiones sobre el programa de desarrollo audiovisual y se despide de su última obra.

La cineasta Pilar Palomero, ayer, en el MARCO. / Pablo Hernández Gamarra

Inmersa en pleno proceso de despedida de su película más reciente, la cineasta Pilar Palomero le soltó ayer la mano en Vigo en el que fue el último coloquio y proyección en el que participará sobre su tercera producción audiovisual, Los destellos. Tras dos días impartiendo en la ciudad mentorías a los participantes en el programa de desarrollo audiovisual Rueda Academia de Cine, Palomero mantuvo un encuentro con espectadores vigueses tras el visionado de su obra en el MARCO.
—¿Cómo han ido las mentorías en Vigo con los residentes y cómo valora el impulso de programas como Rueda Academia de Cine?
El programa Rueda reúne a los participantes en tres ocasiones a lo largo del año y esta ha sido la tercera vez que nos reencontramos con los residentes para seguir analizando la trayectoria de los proyectos. Hemos valorado cómo van evolucionando y cómo han ido avanzando, porque cada uno está en un estado distinto, algunos se encuentran más desarrollados y otros en fases más iniciales. Para desarrollar un proyecto, este programa es un lugar inigualable, porque sobre todo ofrece tiempo para trabajar, para crear espacios de diálogo y para compartir impresiones con tus compañeras y compañeros. Es todo un espacio de crecimiento.

Pilar Palomero, ayer, en el encuentro con el público vigués tras la proyección de "Los destellos" en el MARCO. / Pablo Hernández Gamarra
—En su paso por la ciudad, ¿le ha visto potencial cinematográfico?
Pienso que todo depende de qué historia se quiera contar. Que este programa venga a Vigo pienso que es muy positivo para la ciudad porque los residentes van a tener la oportunidad de vivir la ciudad y la sensación de cómo los ha recibido Vigo y qué les ha aportado, nos lo podrán decir ellos cuando terminen su estancia, ¡quién sabe si alguna huella de Vigo quedará en sus proyectos! Y si no es en estos, para un futuro.
—Tras las mentorías proyecta en Vigo Los destellos, una obra que pone los cuidados en el centro y que también aborda la fase final de la vida, ¿qué la lleva a adaptar esta historia y cómo fue el rodaje?
Todo surge de la fascinación que me produce el relato de Eider Rodríguez, Un corazón demasiado grande, en el que creo que ya construyó cuatro personajes muy bien perfilados y una historia que me atrapó, que yo sentía que me podía dar la posibilidad de hablar sobre temas que me preocupaban. Pienso que los cuidados es un tema que apareció en el camino y que está en la película, pero que no es la razón de ser, sino más bien las relaciones humanas y lo complejas que pueden ser a veces, cómo es necesario acompañarnos pese a las diferencias que hayamos podido tener. Durante el rodaje puse todas mis emociones al servicio de lo que estaba queriendo contar, y no solo yo, sino todo el equipo que hemos formado parte de Los destellos. Hemos querido hacer una película con el deseo de que provoque emociones en quien la vea y que no deje indiferente. Es una propuesta con un ritmo muy concreto en el que intentamos hacer partícipe al espectador, no únicamente que reciba información, sino que también la tenga que decodificar, hacerla suya. Para mí había un planteamiento que era el de intentar hacer una historia que puede parecer triste, porque habla del final de la vida, pero que precisamente supusiera lo contrario, hablar de la vida y no de la muerte. Y la verdad, este es el comentario que más suelo recibir del público, que no es una película sobre la muerte, sino sobre la vida. La verdad es que ha ido muy bien, tanto en trayectoria como en premios, recibiendo siempre el cariño del público. Yo ya me estoy despidiendo porque llevo muchos meses acompañándola y tengo ganas de soltarle la mano.
—Las niñas, La maternal y Los destellos, juntas dibujan un arco pasando por infancia, adolescencia y madurez, ¿ha sido premeditado?
No, no hay nada premeditado. Son tres proyectos que han ido surgiendo. Con Las niñas estuve muchos años intentando levantarlo y, afortunadamente, gracias a que fue tan bien he podido hacer las siguientes dos películas sin tener que invertir tanto tiempo, por ejemplo, en la búsqueda de financiación. Esto no quiere decir que haya sido más fácil, pero ha sido diferente. No ha habido nada premeditado, pero está claro que tiene que poder haber conexiones, puntos en común, igual que como cuando tienes tres hijos y todos tienen algo de ti, aunque la edad sea distinta.
—Las niñas fue su primera producción, y tal y como comenta, un proyecto que costó muchos años sacar adelante, pero que finalmente triunfó en los Goya, ¿qué barreras ha tenido que sortear en su trayectoria?
Creo que hay que partir de que lo normal es que una película no se haga. Lo raro es que se haga y creo que hay que aceptarlo así porque forma parte de la profesión, digamos que son las reglas del juego. Y creo que pensar esto también es una forma de valorar el privilegio del trabajo que hacemos una vez que se logra. Dificultades siempre va a haber, pero yo creo que es cuestión de perseverancia, porque si no tienes muy claro por qué quieres hacer esa película y qué quieres contar, es uno mismo el que desiste en el camino. Creo que la perseverancia llega cuando tienes muy claro lo que deseas comunicar y, aún así, puede ocurrir que la película no se haga. Hacer cine es muy difícil y se necesitan muchos mecanismos de apoyo que no dependen de uno mismo. Cuando uno hace películas con ambición comercial, pues, bueno, ahí depende de muchos factores. Esta es una industria frágil.
—En este sentido, ¿cuáles considera que deben ser las líneas de apoyo al sector y a los profesionales?
Que se siga invirtiendo en las ayudas públicas al cine y que se sienta como un valor, que se sienta el cine como patrimonio y que se cuide. Es una industria frágil que necesita apoyo institucional, por lo que es importante que las ayudas continúen y que no vayan disminuyendo, sino aumentando.
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