Anpas plantean pactos entre familias para demorar la compra del móvil a sus hijos

Como regalo de comunión. Los móviles inteligentes están llegando a las manos de los niños en tercero de Primaria. A los 8 o 9 años. La Asociación Española de Pediatría recomienda retrasar la edad del primero hasta los 16 y nunca antes de los 13. Pero para las familias es difícil cumplirlo si los otros compañeros empiezan a tenerlo. Es la presión de grupo. El miedo a que le pase factura social. Por ello, las comunidades educativas están apostando por firmar pactos para demorar el acceso a estos dispositivos o para trabajar en su buen uso si ya han dado el paso. Están abogando por apoyarse para hacerse fuertes y construir juntos una adolescencia más saludable.

El movimiento, que involucra tanto a padres como a profesionales de la salud y personal de centros educativos, se está expandiendo a nivel estatal a través de la asociación Adolescencia Libre de Smartphones. La iniciativa ha tenido gran repercusión en Santiago y Oleiros y ahora empieza a extenderse el interés en Vigo. Promovida desde la Asociación de Nais e Pais del Instituto de Educación Secundaria Obligatoria (IES) de O Castro y organizada por la Federación Olívica de Anpas (Foanpas), ayer, se celebró en las instalaciones que la UNED tiene en el Mar de Vigo una jornada informativa sobre cómo se pueden implementar estos pactos en los centros educativos, bajo el título «Sen móbil na escola: eu comprométome».

En el encuentro de ayer  acudieron representantes de ls colegios Sárdoma Moledo, Seis do Nadal, Coutada Beade, Mestres goldar y O Chouzo, así como el institituto de Teis.

El objetivo ideal es eliminar los smartphones de Primaria y retrasar lo máximo posible su llegada en la adolescencia. Así lo explica Rute Pallares, presidenta del Anpa del IES O Castro, aunque indica que «cada grupo de familias ten que marcar os seus límites».

Entiende a las familias que entregan móviles a sus hijos como medida de protección cuando empiezan a desplazarse solos, pero defiende que «nin hai control nin é preciso». Advierte de que, en vez de ello, se les está dando una ventana que se asoma «a un mundo de perigos sin control». Entre los riesgos, además de los contenidos a los que pueden acceder, alude a la pérdida de habilidades de comunicación y de lenguaje, a una mayor ansiedad, a una menor interacción social cara a cara, a alteraciones del sueño, adicción digital... En Alborada les explicaron que la dependencia a los móviles es más difícil de combatir que la de la heroína.

El 40% de las familias de Vigo discute todos los meses por el mal uso de los móviles

«Temos que autoorganizarnos para facernos fortes», defiende Pallares y añade: «Somos máis dos que cremos». Proponen que los padres dejen por escrito su compromiso, por ejemplo, en el período de matrícula. En su instituto trabajan en un formulario a través de la aplicación Abalar, de la Xunta. O junto a la inscripción en la asociación de padres. «É un pacto de axuda mutua contra a presión do grupo para ter móbil». Para los que ya se lo entregaron a sus hijos, abogan por «pactos de uso», para limitarlo y facilitar herramientas para combatir sus riesgos. «Temos que ir toda a comunidade educativa xunta», anima.

En el Fleming estudian cómo implantarlo el próximo curso

En el Centro de Educación Primaria Doutor Fleming les ha gustado la idea de que los padres se alíen para empoderarse en su decisión de retrasar lo máximo posible la compra del primer móvil inteligente a sus hijos. Presentaron el proyecto «Adolescencia saudábel» y ahora están analizando la manera de ponerlo en marcha con vistas al próximo curso, el 2025-2026.

En el IES do Castro, donde suelen continuar su formación los alumnos de este centro, también se preparan para darle continuidad a ese compromiso. Consideran que si se extiende esta concienciación, «chegarán moitas crianzas ao instituto sen móbil e trataremos de favorecer que dure moito tempo», señala Rute Pallares.

La iniciativa también está en proceso en el IES Politécnico.