«Pasé mucho miedo; mi objetivo era salir de allí y llegar sana y salva a casa»

La joven supuestamente violada por un médico al que conoció por Tinder se reafirma y él, que afronta 10 años de cárcel, declara que todo fue consentido

El médico acusado de violar a una joven que conoció en Tinder, durante el juicio en Vigo.

El médico acusado de violar a una joven que conoció en Tinder, durante el juicio en Vigo. / Alba Villar

Marta Fontán

Marta Fontán

«Pasé mucho miedo». Una joven viguesa supuestamente violada por un chico al que conoció por Tinder, médico de profesión, repitió este miércoles varias veces esta frase en una declaración en la que, sin poder contener las lágrimas pero de manera firme, aseguró que el hombre la agredió sexualmente en la casa familiar de él en Vigo, describiendo que durante dicho ataque la agarró del cuello, le dio una bofetada, la cogió del pelo para trasladarla hasta el baño, llegando ella a gritar de «dolor» y a sentir que se «ahogaba»: «No podía respirar».

El acusado, para el que la Fiscalía pide 10 años de prisión, se declaró inocente y defendió que las relaciones sexuales fueron consentidas, negando cualquier tipo de violencia .

Víctima y acusado se conocieron en el verano de 2021 en la aplicación de citas Tinder y establecieron contacto a través de Instagram y WhatsApp. Tras verse en un bar de Samil, meses después, concretamente el 31 de mayo de 2022, cuando ocurrieron los hechos, quedaron por segunda vez para tomar unas cervezas y fueron a la casa de la madre de él en Vigo –donde estuvieron ellos solos ya que no había nadie más allí–, ya que el joven vivía en Pontevedra por motivos laborales.

«No me intentó apartar»

El acusado, en aquellas fechas de 27 años, se declaró inocente en el juicio que arrancó este miércoles en la Audiencia de Vigo y negó haberle dado una bofetada –fue una «palmada», afirmó– o haberla agarrado del pelo.

«Fue una relación sexual de ambos y consentida entre ambos; no me intentó apartar, no lloró, no gritó, no puso cara de desagrado, no hizo ningún gesto de eso, ni una mueca», manifestó, indicando que aunque en sus conversaciones previas nunca tuvieron ninguna de carácter sexual, de los mensajes se desprende que existía un «claro tonteo» por parte de «los dos», por lo que, sobre la cita de aquella noche, lo que él «dedujo» es que ambos «querían verse» para ver lo que «surgía».

«Lo que sí ocurrió es que cuando la llevé a casa me despedí de forma fría, seca y cortante. Yo tenía la cabeza en la guardia que debía hacer al día siguiente. Le di dos besos y le dije: ‘cuídate mucho, que vaya bien’. Noté decepción por su parte, igual esperaba que concretásemos otra cita... Creo que pudo sentirse utilizada por mí», dijo.

Frente a esta versión exculpatoria, ella, de 24 años entonces, se reafirmó en su denuncia. Contó que no había habido ningún tonteo previo y que quedó con él aquella noche «para tomar algo y charlar». Cuando llegaron a la casa y estaban sentados en el sofá, él empezó a tocarle la pierna. Y de repente ya la «cogió fuerte del cuello». «Vi su mirada, su voz... y me asusté», declaró. La agresión sexual, concretó, empezó allí en el salón, donde él la «obligó» cogiéndola del cuello, dándole en un momento dado una «bofetada» que hizo que a ella se le viniese «el mundo encima».

«Me bloqueé; estaba en shock, paralizada, en su piso. Pensé que lo mejor era portarme lo mejor posible para que la violencia no fuera a más. No lo intenté apartar porque tenía mucho miedo. Mi objetivo era salir de allí y llegar sana y salva a casa», afirmó. Describió que también la forzó sexualmente en el baño, a donde la trasladó y donde ella llegó a proferir un «grito» por el «dolor» que estaba pasando. Cuando finalizó, ella se quedó en el suelo «temblando y llorando» y él le dijo: «Este es mi rollo».

Lo ocurrido, relató, ha tenido gran impacto en su vida. «No pude preparar las oposiciones, no pude continuar mis estudios», cuenta. Tuvo miedo a denunciar, pero finalmente lo hizo aconsejada por una amiga. El juicio sigue en abril.

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