Mundial 2030 : La selección final de sedes, en entredicho

Objetivo 2030: del martillo al Power Point

La reconstrucción íntegra de la grada de Gol de Balaídos, que costará cerca de 25 millones, contrasta con el estado de otros estadios que han concurrido para ser sede del Mundial 2030. Cuatro ciudades sí elegidas no han iniciado todavía las obras, carecen de financiación o de respaldo social.

Lara Graña

Lara Graña

Vigo

La adjudicación de la licitación pública para la «dirección integrada del proyecto [...] correspondiente a las obras de demolición del estadio actual, renovación de la urbanización de la parcela y construcción del nuevo estadio La Romareda» (Zaragoza) se firmó el pasado 5 de febrero. La actuación al completo estará lista, según sus promotores, para mediados del año 2029. Pero acaba de arrancar —supondrá una inversión próxima a los 125 millones de euros—, en todo caso, frente a la evolución de los trabajos en el estadio municipal de Balaídos.

Previsión de obras

En Vigo avanzan a buen ritmo los de la grada de Gol, presupuestados en cerca de 25 millones de euros; la adaptación de Tribuna para alcanzar los 43.500 espectadores de aforo costaría hasta 75 millones de euros adicionales, pero su ejecución dependería de la eventual entrada de la ciudad olívica en la lista definitiva de sedes, que asignará la FIFA.

El alcalde, Abel Caballero, incidió ayer en que, aún en caso de no contar con financiación externa, el gobierno municipal tendría pulmón suficiente para asumir el coste por sí solo. Una garantía que no posee A Coruña, por ejemplo, que no ha cerrado, siquiera aventurado, una solución para sufragar los 100 millones para la reforma de Riazor. El único estadio que está en obras avanzadas, aunque contestadas política y socialmente, es el Nou Mestalla, cuyo coste supera ya —según las últimas revisiones— los 300 millones de euros.

La previsión es que pueda estar listo para mediados del año 2027. Aunque la baja intensidad de los trabajos en la zona no invita al optimismo; la poco efusiva respuesta de la afición valencianista y del conjunto de la ciudad levantina, tampoco.

En La Rosaleda, en Málaga, los trabajos para el futuro estadio también avanzan con titubeos: acaban de arrancar las catas, pero la reforma es colosal porque pretende pasar de 30.000 a 45.000 pesonas de aforo con un coste total de unos 240 millones de euros.

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