La lactancia materna dispara las consultas por frenillo lingual en bebés

Representan ya más del 10% de las consultas en Cirugía Pediátrica del Álvaro Cunqueiro

Se practican, al menos, 200 intervenciones de este tipo al año solo en el complejo público

Valoración de un frenillo de un bebé con la odontopediatra Genoveva Gómez y la asesora de lactancia Omayra Blanco.

Valoración de un frenillo de un bebé con la odontopediatra Genoveva Gómez y la asesora de lactancia Omayra Blanco. / | José Lores

Vigo

Las consultas para valorar si recién nacidos tienen el frenillo lingual corto se han disparado en los últimos años. Es un incremento que perciben tanto matronas, como odontopediatras, pediatras y cirujanos pediátricos y que atribuyen a la expansión de la lactancia materna. Las familias están hoy más informadas de los beneficios que aporta tanto para el bebé como para la madre y el interés por establecerla se ha extendido. Uno de los motivos que la complican es que la lengua tenga poco movimiento por un trastorno llamado anquiloglosia. Por ello, cuando el niño tiene dificultades para agarrar el pecho, es una de los motivos que los padres exploran.

«Vemos que está aumentando la demanda de las consultas por esta patología en recién nacidos desde hace unos años», confirma la responsable de Cirugía Pediátrica en el Hospital Álvaro Cunqueiro, la doctora Margarita Montero Sánchez. Puntualiza que «siempre se revisó el frenillo lingual», pero en los últimos tiempos han aumentado los niños que les llegan por este motivo y ya representan más del 10% de sus consultas.

La lactancia materna dispara las consultas por frenillo lingual en bebés | CEDIDA

Margarita Montero / José Lores

El año pasado seccionamos 80 en quirófano, a mayores de lo de consulta

Margarita Montero Sánchez

— Responsable de Cirugía Pediátrica del Chuvi

«Vemos entre 25 y 30 pacientes en la consulta diaria de cirugía pediátrica. Diez pueden ser pacientes nuevos y, de estos, por lo menos dos vienen para valorar el frenillo lingual corto, casi siempre», estima la cirujana pediátrica. La doctora Montero explica que el diagnóstico es mediante exploración. «Ves la base de la lengua, si el frenillo es normal o patológico. Si es grueso, poco elástico, ves que está anclado hacia la mucosa gingival, que hace una impronta en la punta de la lengua, que dificulta su movilidad… Esas son indicaciones de cirugía», detalla.

Son una minoría, pero en el mismo ingreso del nacimiento, el pediatra ya lo puede seccionar si así lo considera en la revisión. «Si creen que no es algo que puedan solucionar ellos, nos lo remiten», cuenta Montero. Otros llegan derivados de pediatras de Primaria, matronas y otros profesionales.

Cifras

En la consulta de cirugía pediátrica, tras la exploración, pueden practicar los cortes más sencillos. «Si son bebés, si aún no tienen dentición, si son frenillos más membranosos, finos...». De lo contrario, se hace en quirófano, con anestesista y observación postintervención. En 2024 seccionaron 80 así con diagnósticos de anquiloglosia. No tienen registro de cuántos hacen en consulta, pero en un estudio en 2012 contabilizaron 116. «Y han ido aumentando desde entonces», estima. Así que calcula que de 200 al año no bajan.

Hay otro momento en el que llegan pacientes con esta patología: cuando los niños empiezan a hablar y los profesionales lo perciben por los problemas a los que se enfrentan. Pero el número de estos casos se mantiene estable.

La lactancia materna dispara las consultas por frenillo lingual en bebés | JOSÉ LORES

La lactancia materna dispara las consultas por frenillo lingual en bebés | JOSÉ LORES / Cedida

La pediatra y asesora internacional de lactancia Lucía Juncal Gallego, indica que afecta a alrededor de un 10% de los recién nacidos, según unas estadística, y hasta el 30%, en otras. Cuenta que, en general, se trata de niños que «no son capaces de alimentarse bien con pólipos, regurgitaciones, malas digestiones, respiran con la boca abierta, tienen problemas con las amígdalas, vegetaciones, infecciones respiratorias...; unos años después, no pronuncian bien, no descansan bien, tienen apnea, ronquidos...».

«Se está empezando a investigar y hacer casuística ahora», señala. Cree que se debe a que «venimos de una época de la cultura del biberón y ahora las madres se van formando y empiezan a buscar causas». «El frenillo es una, pero hay 50.000 más», resalta la también gerente del centro Galactia. Por eso, allí cuentan con un equipo con fisioterapeuta, logopeda, cirujano oral y odontopediatra, además de ella, para indagar en todos los posibles motivos.

La lactancia materna dispara las consultas por frenillo lingual en bebés

Genoveva Gómez. / José Lores

La odontopediatra Genoveva Gómez es una de las profesionales que practica cirugía de frenillo lingual en la ciudad y también ve más diagnóstico de anquiloglosia. «Antes había lactancias que no iban para adelante y nadie se preocupaba por saber la razón». En cambio, hoy los estudios han demostrado que «es muy raro que una mujer no pueda dar el pecho».

Señala que el frenillo lingual corto es «un factor más» que puede explicar los problemas. «Pero ni hay sobrediagnóstico ni es todo frenillo. Debe haber un asesoramiento más completo», destaca. Por ello ella trabaja con la asesora de lactancia Omayra Blanco, con la que valora muchos factores e, incluso, colaboran con fisioterapeutas antes de decidirse a intervenir. «Aunque es una cirugía muy sencilla, son bebés muy pequeños y si se lo podemos ahorrar, mejor».

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