La vivienda del crimen de Lavadores sigue precintada casi un año después

«¿Cuál es la motivación para que siga así?», denuncia un hijo de la mujer asesinada por su hermano | Volverán a pedir al juzgado que retire la cinta policial: «Se está creando un problema de salubridad»

El precinto policial, ayer, en el portalón de entrada a la vivienda donde ocurrió el homicidio, ubicada en la calle Curros de Lavadores.

El precinto policial, ayer, en el portalón de entrada a la vivienda donde ocurrió el homicidio, ubicada en la calle Curros de Lavadores. / José Lores

Marta Fontán

Marta Fontán

Vigo

El 3 de abril, dentro de solo dos semanas, se cumplirá un año desde que Juan D.E., un sexagenario diagnosticado de esquizofrenia paranoide y tutelado por la FUNGA, mató supuestamente a puñaladas a su hermana Mari Carmen. Pese al tiempo transcurrido y pese a que la instrucción judicial ya está en una fase avanzada, la vivienda donde ocurrieron los hechos, ubicada en la calle Curros de Lavadores, sigue precintada. Una cinta policial en el portalón de entrada impide desde aquel trágico día acceder a la casa y a la finca.

«Me pregunto cuál es la motivación para que siga precintada», denuncia Javier Pérez Docampo, uno de los hijos de la víctima. «Hemos argumentado que se han producido desperfectos en el inmueble, hemos informado de que al ser una casa los roedores camparán a sus anchas, también de que debido a la borrasca Ivo carece de electricidad desde el 29 de enero, con lo que no me quiero imaginar el estado de putrefacción de los productos comestibles que había en el frigorífico y el congelador...», afirma este vecino de Vigo, molesto con la «lentitud» judicial y con otras circunstancias que rodean al caso, como el que por falta de medios, afirma, aún no se hayan volcado los datos del teléfono móvil de su madre o «errores» detectados en la documentación policial y judicial.

Mari Carmen, la víctima del homicidio, era muy querida en la parroquia viguesa de Lavadores.

Mari Carmen, la víctima del homicidio, era muy querida en la parroquia viguesa de Lavadores. / Cedida

«Cuando me hablan de errores en el ámbito profesional, les digo que no saben lo que de verdad es un error», dice. «Un error es que veas en un atestado de tres líneas que detienen al asesino de tu madre un día antes de cometer el asesinato, o que el certificado de defunción de tu madre ponga literal un día más tarde de lo real y lo dejes ir para no demorar o volver atrás, ya que ya se habían iniciado los trámites», ejemplifica.

Inspecciones policiales ya realizadas

El abogado que ejerce la acusación particular en representación del marido y los hijos de la víctima ya solicitó en su día el desprecinto policial de la vivienda alegando que la investigación policial sobre el terreno –en referencia a las inspecciones técnico-oculares en la casa–ya finalizó, así como por razones de salubridad. El pasado verano el juzgado que lleva el caso, el de Instrucción número 2 de Vigo, denegó el desprecinto y llegó a remitir un escrito a la Policía Nacional «a fin de que informen sobre la posibilidad de efectuar limpieza en el domicilio dado el deterioro del mismo y tiempo transcurrido sin realizar limpieza, con precaución de asegurar la escena del crimen».

El crimen ocurrió el 3 de abril de 2024: dentro de dos semanas será el primer aniversario.

El crimen ocurrió el 3 de abril de 2024: dentro de dos semanas será el primer aniversario. / José Lores

Imputabilidad y pruebas de ADN

El letrado reiterará la petición al juzgado, por el que desde el homicidio pasaron tres jueces distintos. La instrucción está pendiente de que los forenses emitan informe sobre la imputabilidad o no del investigado –al que se le tomará en abril una muestra de ADN para compararla con las evidencia recabadas por la Policía– y de que se decida si se considera responsable civil subsidiaria a la FUNGA de cara al juicio. Juan llevaba meses sin tomar la medicación, lo que derivó en la «descompensación psicótica» del día del crimen.

La salud mental, la «gran olvidada»

Javier mantiene que la muerte de su madre pudo haberse evitado: «La salud mental es, era y será la gran olvidada ya que no es un negocio. El trágico final que tuvo mi madre tendría que darnos para pensar, para replantearnos muchas cuestiones relacionadas con la forma en que está avanzando esta sociedad en la que se ofrecen falsamente múltiples servicios o coberturas sociales que parecen completar un nivel de bienestar determinado, pero que realmente no son más que una mera apariencia, una suerte de burlería que emplean los políticos, apoltronados en sus cómodos puestos, para contentar a sus votantes».

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