Más de un centenar de propietarios alquilan habitaciones en las viviendas en que residen

Son sobre todo personas mayores que buscan compaginar la pensión y deshacerse de la soledad

El 81% de los cuartos que se ofertan en la ciudad cuestan más de 300 euros mensuales y el precio medio escala a los 425

Vista de la ciudad de Vigo desde el barrio de Teis

Vista de la ciudad de Vigo desde el barrio de Teis / Marta G. Brea

Vivir en Vigo en solitario puede suponer un reto si el salario no acompaña: la vivienda más barata disponible en alquiler ronda los 500 euros. Además, el pasado febrero el arrendamiento del metro cuadrado alcanzó máximos históricos, situándose ya en 10,6 euros. Como alternativa queda compartir y buscar una habitación, algo que tampoco es precisamente una ganga.

En la ciudad, el 81% de las habitaciones que se ofertan superan los 300 euros al mes. Según la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) el coste medio en es de 425 euros, el más alto de Galicia. La mayoría de los contratos que se firman son individuales, temporales, por meses, trimestres o cursos académicos. Esto facilita que el propietario tenga mayor control sobre posibles impagos y más libertad para sustituir inquilinos.

El representante de Fegein, Benito Iglesias, explica que el perfil de persona que elige este modelo para su casa es el de alguien que anteriormente alquilaba su vivienda en su totalidad pero que, con la nueva ley, dejó de hacerlo por miedo a destrozos o a no poder recuperar el piso. «Las habitaciones no se rigen por la ley de arrendamientos, sino por el Código Civil, por lo que el procedimiento es distinto y es más fácil cambiar a las personas», indica.

Según el portal Idealista, en este momento hay disponibles 311 cuartos en la ciudad olívica. Del total, en 177 figura que su propietario no reside en el inmueble o, lo que es lo mismo, más de un centenar de personas ofrecen una habitación en su vivienda habitual.

Vivir con el dueño puede ser imponente para los inquilinos, aunque según indica Iglesias, por ahora «no es una realidad extendida en Galicia». Los que optan por compartir —pese a contar con un inmueble— son sobre todo mayores que se quedan solos tras criar a sus hijos y estos abandonar el hogar: «Para compaginar con la pensión y lidiar con la soledad», apuntan en Fegein.

Más para chicas

De las 311 habitaciones, todas menos una docena admiten mujeres. De hecho, hay más de medio centenar a las que solo pueden acceder ellas. Contrasta con las 240 que admiten hombres: en 70 no pueden vivir.

Condiciones

Si uno lleva consigo mochila, la búsqueda de un techo puede resultar todavía más compleja. Por ejemplo, solo en siete habitaciones se permite entrar con mascota.

Para parejas hay 33 disponibles, todas por más de 300 euros. Lo mismo ocurre con las que permiten fumar en su interior. Solo en 20 pueden entrar a vivir menores de edad (es el caso de muchos universitarios el año que comienzan el curso), más de la mitad están en pisos de más de tres de personas y solo un tercio son cuartos en los que pueden residir personas trabajadoras y no solo estudiantes.

«Compartir habitación»

Algunos propietarios se aprovechan de la necesidad ocasionada por la crisis de la vivienda y ya se están ofreciendo habitáculos con dos camas matrimoniales para hasta cuatro personas. Se camuflan como coliving y rondan los 400 euros de media.

Si bien hace semanas este modelo de arrendamiento se ubicaba principalmente en el barrio de Casablanca, ahora también hay habitaciones dobles en Torrecedeira, Castrelos, Rosalía de Castro y Alcabre. Se anuncian en Idealista un total de nueve.

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