Juicio por presuntos abusos tras una boda en Nigrán: «Sí que te metí mano; qué asco me doy»

Un acusado de abusar sexualmente de una amiga tras una celebración se lo confesó a través de WhatsApp, pero ahora se declara inocente en el juicio y la Fiscalía solicita su absolución

El juicio se celebró ayer en la Ciudad de la Justicia de Vigo.

El juicio se celebró ayer en la Ciudad de la Justicia de Vigo. / Marta G. Brea

Marta Fontán

Marta Fontán

Vigo

«Estoy muy avergonzado por lo que te hice el viernes, te quiero pedir mil perdones otra vez, no sé como se me pudo ir tanto la olla» «[...] sí que te metí mano pero ya, nada más» «créeme que me siento asqueroso, mucho» «qué asco me doy, no te lo puedes imaginar» «No te rayes, que no pasó nada más, de eso estoy convencido, estoy seguro». Son algunos de los mensajes de WhatsApp que un acusado de abusar sexualmente de una amiga tras una boda en junio de 2017 envió a la joven días después, admitiendo, ante las preguntas de ella, que se había sobrepasado.

Pero en el juicio celebrado ayer en el Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo se declaró inocente: dijo que cuando su amiga le empezó a preguntar sobre lo ocurrido le contestó de «modo cómico» y que, al ver que ella se lo tomaba en serio y se empezaba a sentir mal, «aceptó» en los mensajes que había sucedido eso para que se «tranquilizase». «Fue un error, claro está, yo no la toqué», afirmó, negando los abusos. Pese a la existencia de esos «wassaps», la Fiscalía pidió su libre absolución en su calificación provisional y mantuvo esta solicitud finalizado el juicio, en coincidencia con la defensa.

Petición de dos años y medio de prisión

La mujer –cuyo abogado pide que el acusado sea condenado a 2 años y medio de prisión y al pago de 15.000 euros de indemnización– declaró que ocurrió tras una boda en Nigrán: «Bebí bastante, me caí y aparecí de madrugada en su coche». Él, que dormía a su lado en los asientos traseros, le dijo que se había desmayado y, dado que él era uno de sus mejores amigos, no desconfió y fueron a desayunar. Pero, pasado el tiempo, contó ella, le vinieron a la mente imágenes de que le había «metido mano» y la había tocado bajo la ropa. Fue cuando se produjo ese intercambio de mensajes en el que él le dijo que «sí, que le había metido mano».

«No se lo conté a nadie, quise omitir ese episodio de mi vida. Pero un año después hice un grupo de WhatsApp y se lo conté a todo el mundo», dijo la denunciante. Ante la pregunta de porque tardó 4 años más en denunciar respondió: «Me daba vergüenza, miedo, no quería que se enterase mi familia ni en mi trabajo». Una psicóloga clínica que hizo un informe pericial dijo que es «altamente probable» que esos abusos «sean ciertos»: «Era una mujer alegre y pasó a encerrarse en casa, a no querer salir, a tener fobia social. Eso no cuadra si no es por algo traumático». Otra psicóloga que trató a la mujer coincidió en que tiene síntomas «totalmente compatibles» con lo denunciado.

Informes finales del fiscal y los abogados

La acusación particular, en su informe final, se preguntó el motivo por el que el acusado no se puso a dormir en los asientos de delante del coche para no estar junto a su amiga en los traseros y explicó que su cliente tardó en denunciar porque no es de Vigo, y con quien había ido a la boda eran su único grupo de amigos aquí. "Estaba sola en Vigo y el acusado era una persona de máxima confianza. Además, hay una situación típica en estos casos de miedo y vergüenza", dijo el abogado, que indicó que la petición de 15.000 euros de indemnización «es lo de menos». Lo importante, añadió, es que haya una condena.

La defensa, mientras, pidió la libre absolución indicando que pese a que ella verbalizó lo ocurrido un año después, no tiene explicación, argumentó el letrado, que tardase cuatro años más en denunciar. Y rechaza el daño moral, indicando al respecto que ella ya estaba a tratamiento psicológico de forma previa a los hechos denunciados. La mujer contó en el juicio que iba a la psicóloga a causa de una ruptura sentimental.

La Fiscalía mantuvo su petición de libre absolución (en su escrito de calificación provisional señala que no consta que en el coche se cometiese hecho delictivo alguno) y afirmó que el caso está abocado a ello ya que en el escrito de acusación, en la narración de los hechos, no se atribuye al acusado de forma directa los presuntos abusos sexuales por los que fue denunciado, sino que se hace referencia a ello a través de lo que fue recordando la mujer y a por los mensajes de WhatsApp, lo cual considera que es un «defecto» formal.

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