Adiós a la antigua GEA de Camposancos

Urbanismo autoriza la demolición de los 9.400 metros edificados un cuarto de siglo después de cesar la actividad

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

Vigo

Cuenta atrás activada para despedir a uno de los vestigios industriales de la ciudad en el pasado siglo. La antigua fábrica del Grupo de Empresas Álvarez (GEA) ubicada en la Carretera de Camposancos cuenta ya con una autorización para su derribo casi 25 años después de que Moahsa cesase su actividad en ellas. Así, la Xerencia de Urbanismo ha dado luz verde al proyecto de Residencial El Rocío SL para demoler la nave de 9.644 metros cuadrados.

La resolución llega después de que durante los últimos meses la propietaria del solar reactivara los trámites para ello. Catalogado como suelo urbano consolidado, la parcela consta de una parte de 14.900 para zonas verdes libres y otra de 20.030 para uso industrial. No obstante, el futuro uso de este privilegiado espacio en la PO-552 y a escasos metros de la VG-20 no está definido claramente. Durante la primera década del nuevo siglo fue uno de los avales con los cientos de exempleados del grupo trataron de cobrar los salarios que se les debían y que no ingresaron hasta 2022.

Anteriormente, Tranvías había ofrecido 1.350 millones de pesetas —unos 14 millones de euros actuales si tenemos en cuenta la inflación— para levantar un complejo residencial y de ocio en ella. Y aunque el Plan Xeral de 2008 contemplaba una urbanización de 325 viviendas, su anulación llevó a la antigua factoría de loza a un letargo del que aún no se ha recuperado.

Ya en 2016 el Concello ordenó acometer obras urgentes para frenar el deterioro de la planta ante el evidente riesgo de seguridad. Pese a la limpieza de la maleza en sus alrededores y la retirada de escombros, el escenario «postapocalíptico» continuaría hasta nuestros días tras haber sido utilizado como vertedero ilegal a partir de entonces. La suma de charcos, lodo y maleza lo convirtió en un caldo de cultivo perfecto para ratas y culebras que invadían las fincas próximas.

Adiós a la antigua fábrica del Grupo de Empresas Álvarez

Marta G. Brea

Fue entonces a partir de una denuncia de la Asociación de Vecinos de Coruxo cuando el Concello intensificó la vigilancia en la Carretera de Camposancos. Tras varios avisos que fueron ignorados, la Xerencia Municipal de Urbanismo impuso una multa de 4.000 euros a los propietarios como responsables de su integridad. Esta sanción no tuvo que repetirse y en un plazo inferior a tres meses las mejoras exigidas fueron ejecutadas.

Casi una década después, Residencial El Rocío ha concentrado la titularidad del solar para acometer la demolición del edificio. La agencia, participada en un 70% por la constructora Copasa, contempla un presupuesto de 324.220,70 euros. El proyecto fue presentado el pasado mes de junio y durante los últimos meses se ha acelerado su tramitación, por lo que los trabajos podrían acometerse este mismo año.

Desde el gobierno municipal se han exigido medidas de protección especial para los hórreos incluidos en esta parcela. La obra abarcará únicamente la nave industrial de 9,10 metros de altura y que ocupa más de 200 metros de longitud. Pese a ello no se descartan afecciones al tráfico en la PO-552 por la maquinaria, lo que condicionaría el tránsito en la principal vía de comunicación de las parroquias de Oia, Coruxo y Saiáns con el resto del casco urbano, así como las de Panxón, Priegue o Camos en Nigrán.

De esta manera desaparecerá uno de los dos esqueletos de la que fue en su día la segunda mayor empresa de la ciudad, solamente por detrás de Citroën. Al cierre de la fábrica en 2001 y el largo periplo judicial de sus trabajadores le seguirán ahora los trabajos de desescombro y los futuros usos. Mientras tanto, el gigante de cemento abandonado aguarda a apenas un par de kilómetros del centro.

Último vestigio en Cabral

El de Coruxo no es el único «cadáver» de GEA pendiente de recuperación. La fábrica de Ramón Nieto se encuentra en una situación de deterioro similar. Sin embargo, sus casi 106.000 metros cuadrados gozarán de protección en el nuevo PXOM: el60% serán para uso residencial -incluyendo 180 viviendas de protección- y el resto, parques y comercios. Su recuperación será similar a la de Alfageme.

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