«Salvar a una persona siempre será mejor intervención que atrapar a un asesino»

Los mismos policías que frenaron un salto desde Rande atrapaban, horas después, al supuesto autor de un asesinato en Redondela. «Estar en primera línea es una responsabilidad pero por cosas así soy policía», coinciden.

Los agentes de la Policía Nacional Rubén, Adrián y Juanjo, en el exterior de la Comisaría de Vigo-Redondela

Los agentes de la Policía Nacional Rubén, Adrián y Juanjo, en el exterior de la Comisaría de Vigo-Redondela / Marta G. Brea

«Menuda noche». Dos palabras que resumen la madrugada del jueves al viernes 31 de enero. Porque en un mismo turno de trabajo, los policías del Grupo 3 de Atención al Ciudadano (GAC), Juanjo y Rubén, junto al inspector Adrián al frente de la coordinación de servicios, frenaron el intento de suicidio de un varón desde el puente de Rande y, horas después, detuvieron al supuesto asesino de un vecino de Redondela, al que asestó varias puñaladas, hiriendo también de gravedad a la novia del fallecido.

Todo arrancó «antes de tiempo», ya que Juanjo y Rubén no forman binomio habitualmente, pero minutos antes de iniciar su turno, se recibe una llamada de alerta. «Había una persona en Rande con intenciones autolíticas. Era prioritario; así que nos subimos a la patrulla y tiramos hacia allí», cuenta Rubén. Poco pasaba de las 22.30 horas de la noche cuando llegaron. Un varón estaba sentado en una de las vigas transversales del carril nuevo del puente, muy nervioso, y con una idea muy clara. «No dejaba de dar bandazos. Intentamos hablar con él, crear un vínculo, una confianza pero estaba como ido, cero receptivo», explica Juanjo.

Ambos policías recuerdan los momentos de «tensión que se vivieron». «Solo nos decía que quería acabar con su situación; se balanceaba para todos los lados. Vi la oportunidad de agarrarlo, lo pillé rápido por el antebrazo y seguía haciendo mucha fuerza, mucha, pero mi compañero fue rápido, saltó la valla y lo pudo sujetar», relata Rubén. «Él no se estaba quieto, el espacio era muy pequeño... Mi compañero no se dio cuenta, pero llegó a tener medio cuerpo fuera. En esos momentos uno no es consciente del peligro porque lo único que quieres es salvar a la persona. Al día siguiente ya te puedes permitir el lujo de pensarlo, en el momento no», amplía Juanjo.

Ni pensarlo, ni tampoco comentarlo. Porque al regreso de esta intervención —por la que tanto el SUP como Jupol piden condecorar a ambos efectivos—, recibieron un nuevo aviso. «Al principio nos hablan de un apuñalamiento pero ni sabes gravedad, ni condiciones. El primer indicativo que se acercó ya nos dijo que era muy grave, así que mandamos a una segunda patrulla», cuenta el inspector Adrián, al frente de la coordinación de servicios esa noche.

Los agentes de la Policía Nacional Rubén, Adrián y Juanjo, en el interior de la Comisaría de Vigo-Redondela

Los agentes de la Policía Nacional Rubén, Adrián y Juanjo, en el interior de la Comisaría de Vigo-Redondela / Marta G. Brea

Así, minutos después de salvar a un hombre de precipitarse a la ría de Vigo, Juanjo y Rubén afrontaban un doble apuñalamiento. «Cuando llegamos el varón aún estaba vivo, nos dimos el relevo para hacerle la RCP pero terminó falleciendo», cuenta Rubén. Ahí comenzó un trabajo «conjunto» y coordinado por toda la Comisaría. «Tocaba recabar manifestaciones de testigos, recoger efectos, hablar con la gente... Llamé a Policía Científica, al grupo de Homicidios y al juzgado competente. Una vez teníamos identificado al posible autor, tratamos de localizar dónde vive y su vehículo, por si intentaba huir», cuenta el inspector.

Tras varios intentos, dan con su ubicación. «No nos abría pero sabíamos que estaba en esa casa. En esos momentos debes ser muy firme, mucho más contundente que en la intervención anterior. No podemos darle opción; una vez nos abrió la puerta ya nos pusimos en posición, entramos y actuamos», cuenta Juanjo, que precisa: «Vas a por una persona que acaba de matar a otra; no sabes cómo te lo vas a encontrar, si tiene una escopeta, un cuchillo... vas así a todas las intervenciones, puede ser una simple discusión entre vecinos y que final acabe en un homicidio». Y es que ambos también participaron en el arresto de Pablo Posada, el vigués que mató a su vecina en calle Zamora (2022) y en el del autor del crimen de calle Coruña (2023).

Pese a la adrenalina de atrapar a un asesino, la carga emocional de una intervención humanitaria acaba imponiéndose. «La más dura sí fue la intervención en Rande. Solo había que ver el abrazo final que nos dimos todos, incluido bomberos y policía local de Redondela. Salvar a una persona es de las mejores intervenciones que puedes tener, más que atrapar a un asesino», coinciden. Los tres agentes estaban en primera fila, pero no dejan de recordar en su discurso la importancia del trabajo en equipo. «Pusimos la cara, pero estábamos muchos más que nosotros», concluyen.

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