Renfe abre la puerta a eliminar los controles de seguridad en los trenes del Eje Atlántico

Su presidente, Álvaro Heredia, pide abrir el debate sobre una vigilancia que no es obligatoria

La medida no está presente en todas las estaciones y cuesta 13 millones de euros al año

Control de seguridad de acceso a un tren en la estación de Vigo-Urzáiz

Control de seguridad de acceso a un tren en la estación de Vigo-Urzáiz / Pablo Hernández Gamarra

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

Vigo

Hacer el tren más accesible y cómodo para todos los usuarios y en todos los aspectos. Con esa máxima llegó a la presidencia de Renfe hace apenas un mes Álvaro Fernández Heredia y con esa idea ha cuestionado uno de los puntos más controvertidos del ferrocarril en Espala: los controles de seguridad previos al viaje.

El máximo responsale de la compañía pública se hacía eco de un artículo de El Economista en el que los definen como "un inútil, carísimo y molesto banco pintado", ya que tienen un coste anual de 13 millones de euros. "Es un debate interesante", añadía Heredia debido a la conveniencia de pasar un filtro así para un viaje que miles de personas realizan a diario.

La saturación que provocan, ya que en muchas ocasiones obligan a despojarse del abrigo además de la mochila, es notable. Para evitar las colas de hasta 300 personas en apenas 10 minutos fue necesario instalar escáneres de refuerzo en varias estaciones gallegas, dejando de lado otras reivindicaciones de los usuarios. Aún así, tal y como reconocen desde la operadora pública, es una cuestión que depende "principalmente" de Adif y el Ministerio del Interior.

"Cuenta la leyenda que los controles en el AVE se establecieron con el Madrid-Sevilla cuando éramos el escaparate del mundo, nada podía salir mal y esa nueva AV quería parecer de otro estatus como era el avión" explica el experto en movilidad antes de añadir que "han pasado más de 30 años", por lo que esa situación es diferente.

Y es que este chequeo en la seguridad solo se da en otra línea de todo el continente: el Eurostar que conecta Londres con París y Bruselas, al tratarse el Eurotúnel de una frontera y una infraestructura básica. Ni los ICE alemanes, ni Trenitalia, ni nigún otro tren de carácter comercial o regional. Ni siquiera los Cercanías, el objetivo de los atentados del 11-M en España con más de 200 muertos, constan de vigilancia de este tipo.

En el artículo del ingeniero y profesor Alberto García Álvarez se apunta a otra paradoja: solamente está implantada en 40 de las 140 estaciones con servicios de Larga Distancia, siendo el criterio de uso bastante desigual. Esta proporción se repite en el Eje Atlántico, la línea de Media Distancia más utilizada de toda España.

Mientras que en Pontevedra o A Coruña es obligatorio su uso, en Vilagarcía o Redondela no figuran. En Santiago se evita para los trenes que llegan a la vía 1 dado el poco espacio disponible. Y en Vigo, si bien son obligatorios para acceder a los andenes de Urzáiz, no hay ni rastro de ellos en la de Guixar, que también consta de servicios regionales e Intercity.

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