Una profesora es expulsada de un instituto de Vigo por acoso al claustro

El equipo denunció insultos, amenazas e injurias de la docente, que provocó la baja médica de una compañera por ansiedad y estrés

Una profesora de un colegio de la comunidad, en imagen de archivo

Una profesora de un colegio de la comunidad, en imagen de archivo / Iñaki Abella

El acoso escolar o bullying no es solo cosa de niños. Así lo ha puesto de manifiesto el claustro de un instituto público de Vigo que denunció ante Inspección Educativa el comportamiento de una docente, profesora de Educación Física y con destino definitivo en dicho centro, por «amenazas», «injurias», «insultos», «blasfemias» o «comentarios despectivos» al resto de compañeros. El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº 2 de Pontevedra desestimó el recurso de la mujer ante la resolución de la Consellería de Educación, que la sancionó con el traslado forzoso a otro centro de fuera de la localidad por un año. La recurrente consideró el castigo «desproporcionado» al calificar sus expresiones solo como «faltas de corrección o educación».

Su apreciación dista del testimonio ofrecido por los profesores del instituto, que ratificaron el mal comportamiento de la profesora, en especial con otra docente y extendiéndose luego al resto de miembros del departamento.

Uno de los tutores que puso en conocimiento del inspector esta realidad verbalizó que se trataba de una «situación insostenible de incomodidad generada por la recurrente». «Comenzando por un acoso directo a una profesora en concreto, recibiendo amenazas, interponiendo a los alumnos por el medio, acusándola de falta de transparencia con la asignación económica, supervisando su labor docente... Todo esto poniendo en duda su profesionalidad e integridad», declaró uno de los compañeros de la docente acosada.

«Cínico, con cara de cordero»

Reconocen desde el claustro que la situación se volvió «tóxica», con faltas de respeto respecto al resto de miembros del departamento, el equipo directivo y, finalmente, personas ajenas al centro de las que «nos han llegado comentarios , acusaciones, amenazas y blasfemias acerca de nuestra persona».

Según se recoge en la sentencia, la profesora expulsada hacía notar su desagrado al ver a la otra docente con expresiones como «aléjate de mí», «quiero estar lo más lejos de esta» o «lo que me faltaba, que esta se sentara detrás de mí» y también dirigidas al jefe de departamento de Educación Física, al que llamó «cínico, que iba con cara de cordero pero que luego daba la puñalada por detrás».

El juzgado considera que la recurrente, en base a estas manifestaciones, ha tenido un trato desconsiderado hacia sus compañeros, repercutiendo negativamente en el normal desarrollo de las relaciones interpersonales y que afectaban e impedían «un tranquilo y normal ambiente laboral».

Comportamiento reiterado

Buena parte del razonamiento en la sanción tanto por parte de la Consellería de Educación como del propio juzgado se basa en la reiteración de sus actuaciones: «Por tanto, teniendo en cuenta la conducta reiterativa en que incurrió la recurrente, prolongándose en el tiempo ya desde junio de 2020 [... ] se estima pertinente y proporcionada la imposición de traslado forzoso. Esta situación ha generado una situación continuada de incomodidad entre compañeros, así como de estrés y ansiedad en otra docente, hasta el punto que ésta se acogió a una baja médica».

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