Años de rencillas y amenazas a través de WhatsApp desencadenaron el crimen
Un marinero mata a otro a puñaladas tras citarse después de las amenazas telefónicas
La muerte de un perro hace años y el robo de aparejos de pesca estaban tras sus desavenencias

El homicido ocurrió en el casco urbano redondelano, entre las calles Xeneral Rubín y Ernestina Otero. / Marta G. Brea
M. Fontán / C. S. / A. L.
Las rencillas venían desde hacía años. No era ningún secreto. Acusaciones por la muerte de un perro y por el robo de aparejos de pesca, ya que ambos eran marineros de bajura, centraban las desavenencias. Entre ellos había además denuncias cruzadas. Y la pasada madrugada, tras la sucesión de unos supuestos mensajes amenazantes mutuos a través de WhatsApp, todo acabó de la peor de las maneras. Un vecino de Redondela de 48 años de edad, Roberto Carlos González Fernández, fue detenido por la Policía Nacional como presunto autor del crimen a puñaladas del también redondelano José Augusto Freitas Costas, «Minino», de 43, que recibió las heridas de arma blanca en el cuello y en el pecho. Ambos tenían antecedentes y al menos el fallecido cumplió penas de prisión en A Lama. La pareja de la víctima, Esther M.F., de 42 años, también resultó acuchillada y fue trasladada grave al Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, donde tuvo que ser intervenida de urgencia. Ayer al mediodía permanecía intubada y con ventilación mecánica en la Unidad de Reanimación (REA) y en principio no tendría afectados órganos vitales.
La alerta se recibía poco antes de las dos de la madrugada de este pasado viernes. El crimen ocurrió en el casco urbano de Redondela, entre las calles Xeneral Rubín y Ernestina Otero, junto a una rotonda bajo un paso elevado y cerca de un salón de juegos que a esa hora seguía abierto. Las primeras diligencias y los testimonios recabados han permitido a los investigadores empezar a encontrar respuestas. Una de las evidencias que se encontraron es la de que Rober y «Minino» tenían mala relación desde hacía años. La víctima acusaba al ahora detenido de matarle al perro –algo que habría salido a colación en la discusión previa al crimen– y de destrozarle la puerta de una caseta del puerto, robándole aparejos de pesca. «Tiñan líos polos trasmallos», confirmaban varios vecinos.

FDV
Con armas
Esos problemas entre ellos habrían llegado el jueves a su punto álgido. Al parecer ambos se amenazaron mutuamente a través de mensajes de WhatsApp y se acabaron citando para «solucionar» la situación. La sospecha policial es que el detenido salió de su casa, al volante de un BMW, ya armado con un cuchillo. En la zona del crimen los agentes encontraron otro, pero los testigos lo reconocieron como de propiedad de la víctima.
La discusión que derivó en el homicidio empezó junto al salón de juegos, el único local abierto a esas horas en Ernestina Otero. Dentro estaban las trabajadoras y unos pocos clientes. «Escuchamos un ruido fuerte y una botella caer, pero al principio no le dimos importancia», cuentan. Fue ante la puerta de ese establecimiento donde Roberto habría asestado una primera puñalada en el cuello al fallecido y lo intentó también con un conocido de este último que esquivó el ataque. Otro amigo de la víctima rompió una botella de cerveza a modo de defensa.
El presunto agresor, tras este primer altercado, se fue para su coche con intención de irse, pero fue perseguido por la víctima, por la pareja de ésta y por uno de los testigos, que trataban de impedir que se escapase. Y en ese segundo momento supuestamente fue cuando asestó una cuchillada a la mujer y volvió a apuñalar a «Minino». A continuación sí que logró irse en su vehículo, perdiendo parte del espejo retrovisor cuando se marchaba. La Policía Nacional lo detuvo poco después en su casa.
Primeros auxilios
«Rober estaba esa noite na casa con dous dos seus tres fillos. Non me creo que lle xirase a cabeza de tal forma para facer eso...», decía un conocido. Personas que estaban en el salón de juegos cuentan que tras el crimen entró un cliente que estaba fuera para avisar del apuñalamiento. Desde ese local se alertó a Policía Nacional, Policía Local y 061. Los clientes fueron los primeros en auxiliar al fallecido y a su pareja: «Le taponaron las heridas, estuvieron allí hasta que llegaron policías y sanitarios».
La Policía registra la casa del detenido y toma declaración a los testigos clave
La Policía Nacional, que tuvo la colaboración de la Policía Local de Redondela, ha asumido el caso. En los primeros momentos fue determinante la intervención de Seguridad Ciudadana y después Homicidios y Científica se hicieron cargo. Ayer tarde hubo un registro en la casa del detenido en busca del cuchillo –no trascendió si lo hallaron, pero sí se llevaron prendas de ropa–. También interrogaron a al menos tres testigos clave. El arrestado pasará a disposición judicial hoy o mañana. La Subdelegación del Gobierno y los sindicatos destacan la labor policial. El SUP pedirá que se condecore a los agentes nacionales que permitieron la rápida resolución del crimen.
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