De residuos vegetales a fuente de antioxidantes para conservar alimentos

El grupo AgroBioTech for Health de la UVigo, en colaboración con Néboda, Pescanova y Feuga, obtiene compuestos de interés a partir de los desechos del cultivo vertical de albahaca

Instalaciones de Néboda Farms en Vigo.

Instalaciones de Néboda Farms en Vigo. / Néboda

Sandra Penelas

Sandra Penelas

Los residuos del cultivo vertical de albahaca pueden convertirse en una fuente de antioxidantes para la conservación de alimentos de origen pesquero como los langostinos. El grupo AgroBioTech for Health ha puesto el conocimiento generado durante años en sus laboratorios de la UVigo al servicio de la innovación en dos empresas, la start-up Néboda Farms y Nueva Pescanova, a través del grupo operativo Agri-Resval, en el que también participa Feuga.

El proyecto, que arrancó en septiembre, cuenta con una financiación de 140.00 euros, aportados por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural a través de la Consellería de Medio Rural. Y los resultados preliminares, que serán presentados el día 29 en un webinar abierto al público interesado y también a consumidores finales, demuestran la capacidad de los compuestos obtenidos para retrasar la oxidación y, por tanto, alargar la vida útil de los alimentos.

«Hacemos investigación básica pero también estamos muy en contacto con empresas para aplicar el conocimiento que hemos generado durante los últimos 15 años sobre propagación y metabolómica de plantas. Les ofrecemos soluciones a problemas concretos relacionados con otros aspectos clave como son la salud, la sostenibilidad y la economía circular Y en este proyecto aplicamos lo que ya sabemos para facilitar la innovación», destaca el coordinador del grupo, Pedro Pablo Gallego.

El investigador Pedro Pablo Gallego, en el laboratorio del grupo AgroBioTech for Health.

El investigador Pedro Pablo Gallego, en el laboratorio del grupo AgroBioTech for Health. / Pablo Hernández Gamarra

Fruto de esta relación y del conocimiento de la realidad de la industria, los investigadores de la UVigo propusieron aprovechar el elevado volumen de residuos del cultivo en vertical –cuya productividad multiplica por 50 la del campo abierto– a la mejora de la conservación de alimentos.

«Tenemos estudios previos que demuestran que tanto las hojas como los tallos y las raíces de las plantas tienen metabolitos muy interesantes para la salud. Y se nos ocurrió utilizar los residuos para obtener antioxidantes que permitan aumentar la vida útil de productos alimentarios. Todavía estamos en un estado muy inicial, pero los primeros resultados son buenos y ahora mejoraremos el diseño experimental con más muestras para obtener un número consistente y significativo», explica Gallego, que también es director científico de Néboda Farms.

El proyecto utiliza la albahaca como modelo, porque es el cultivo de la start-up viguesa , pero los resultados podrán ser extrapolables a cualquier tipo de residuo vegetal. «A la hora de optimizar procesos, es importante trabajar siempre con la misma materia prima y producida en las mismas condiciones. Y, en este sentido, el cultivo hidropónico [donde la tierra se sustituye por agua enriquecida con nutrientes] es fantástico porque se mantiene el tipo de luz, la humedad, los tiempos de crecimiento o las soluciones nutritivas», señala Gallego.

Y es que, añade como ejemplo, su grupo está preparando un artículo científico en el que demuestran, tras analizar siete medios diferentes, que al cambiar el componente nutricional del medio de cultivo in vitro se obtienen perfiles metabólicos diferentes.

Reunión virtual de los socios del proyecto.,

Reunión virtual de los socios del proyecto., / Agri-Resval

La participación de la UVigo en el proyecto Agri-Resval está liderada por las investigadoras Esther Barreal y Sonia Losada, expertas en cultivo hidropónico y emulsiones antioxidantes, respectivamente. Y el equipo de trabajo lo completan Carlos Bravo y el propio Pedro Pablo Gallego.

El grupo AgroBioTech for Health está integrado por biólogos, expertos en el cultivo de plantas; químicos físicos, con experiencia en el uso de metabolitos antioxidantes para retrasar la oxidación de lípidos; y bioquímicos que trabajan desde la perspectiva de la salud humana para determinar el potencial antioxidante, antibacteriano o incluso anticancerígeno de estos compuestos naturales.

«En la UVigo tenemos potencial para contribuir a hacer una sociedad más sostenible transfiriendo el conocimiento para solucionar problemas reales a través de proyectos como el grupo operativo Agri-Resval. Los cuatro socios trabajamos muy bien juntos y hay implicación por parte de todos en obtener resultados y aplicarlos», subraya Gallego.

«Cada vez hay más gente joven en las empresas que apuesta por la innovación»

El aprovechamiento de residuos para generar compuestos de interés alimentario o farmacéutico constituye una de las líneas principales del grupo coordinado por Pedro Pablo Gallego. «El objetivo es mejorar no solo la salud en el alimento, sino también humana y medioambiental. Y los grupos operativos de la Xunta son un acierto porque tienen que incluir empresas complementarias. En este caso, una del sector primario, otra productiva, Feuga como institución que facilita la divulgación y la transferencia y nosotros impulsando la innovación. Cualquier apuesta desde la Administración en este sentido es positiva. Y también se debería primar a las nuevas empresas a la hora de recibir estas ayudas frente a las ya consolidadas», propone.

Con este mismo objetivo de facilitar el salto del laboratorio a la industria, el investigador aprueba el programa autonómica Ignicia y los doctorados industriales, que permiten desarrollar investigaciones en empresas. Es el caso del responsable de I+D en Néboa, Samuel López Novoa.«Hay un cambio muy interesante. Cada vez se incorpora más gente joven a las empresas, de entre 30 y 40 años, con grado, máster e incluso doctorado, que apuestan por la innovación, la sostenibilidad y la economía circular porque lo llevan en su ADN. A igual que los nuevos emprendedores. Soy optimista», celebra.

Estos profesionales son los que pueden ayudar a escalar los resultados desde el laboratorio: «Necesitas gente que tenga ese pie en la industria y los doctorados industriales ayudan a vencer ese hándicap».

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