Revisiones de discapacidad «a la baja»

Familias de Vigo se están viendo afectadas por importantes rebajas en las revisiones de los grados de discapacidad. Si bien la Xunta ya está repasando su caso, Rebeca Agra relata cómo repercute en el ámbito de la salud mental.

Rebeca Agra y su hija mayor, Sofía Abalde. |  Pablo H. Gamarra

Rebeca Agra y su hija mayor, Sofía Abalde. | Pablo H. Gamarra

Carolina Sertal

Carolina Sertal

Acaba de cumplir 21 años y, tras haber sido diagnosticada de esquizofrenia desorganizada y un año y medio de espera, Sofía Abalde tuvo acceso el año pasado por fin a rehabilitación psiquiátrica en el Hospital Nicolás Peña. Cuando debutó, hace cuatro años, a la familia de esta joven viguesa le aconsejaron solicitar la discapacidad, puesto que en los momentos de crisis registraba intentos autolíticos y llegó a acumular hasta 17 ingresos hospitalarios. Sin tener todavía un diagnóstico, a Sofía Abalde le fue otorgada una discapacidad del 67%.

Rebeca Agra, su madre, relata que gracias al ingreso en rehabilitación, su hija mayor experimentó una mejoría debido a que «en el Nicolás Peña trabajan con el paciente y va ganando herramientas para el día a día. Al mismo tiempo, si el paciente tiene la estabilidad suficiente, le bajan la medicación, y le ayudan en el manejo diario. Con el tiempo, sus períodos de bienestar empezaron a ser más largos y ya no requería tanta vigilancia, porque al principio teníamos que estar dos personas para contenerla, y era casi a diario. Gracias a la rehabilitación ha mejorado, pero la enfermedad sigue ahí». Y es que, Sofía Abalde ha tenido la revisión hace escasos meses del grado de discapacidad y, para sorpresa de su familia, se la han reducido al 63%.

Si bien es cierto que tras asistir a la semana pasada a la reunión que el conselleiro de Sanidade mantuvo en Vigo con la Favec y dar a conocer su caso, la Xunta se ha interesado y desde la Administración autonómica ya han contactado con Rebeca Agra para intentar repasarlo más en detalle, por lo que está muy agradecida, esta viguesa quiere dar visibilidad a la forma en la que repercuten los cambios en las revisiones que, en líneas generales, «están tendiendo a la baja». En su caso, la rebaja de cuatro puntos porcentuales en el grado de discapacidad de su hija mayor implica que, «al bajar del 65%, se quede sin prestación y, económicamente, no podemos pagar psicólogo privado, ni actividades que le ayudan a salir adelante como el gimnasio o una academia, en la que estudia un poco y socializa. Ella y nosotros nos quedamos desprotegidos porque ya no podremos ofrecerle los servicios básicos que necesita para seguir estable. Supone un retroceso para una persona que ha esperado año y medio por el único hospital público con rehabilitación de Vigo, cuando son patologías en las que, cuanto más tiempo pasan sin ella, más se cronifican y más difícil es que recuperen».

Del proceso de revisión, Rebeca Agra destaca que algunas de las preguntas que deben responder «no son las más adecuadas para pacientes psiquiátricos, porque son del tipo: ¿Te puedes vestir solo?, o ¿te puedes duchar solo?. Un paciente psiquiátrico lo puede hacer, pero puede tener una crisis y autolesionarse, por ejemplo».

Al caso de Sofía, en esta familia viguesa se suma también el de otra hija de Rebeca Agra que, todavía sin diagnóstico, cuenta con una discapacidad del 95% reconocida, pero con grado de dependencia moderado, «algo incongruente cuando nos necesita para todo, necesita pañales y no es capaz de hacer ninguna actividad».

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