La septuagenaria de Mos quemada con ácido: «Meu fillo mátame; leva un cuchillo»
La septuagenaria a la que su hijo causó graves quemaduras en Mos alertó por teléfono al 061
El joven sufrió una descompensación psicótica: deliraba con que Dios y su abuela fallecida le «instigaron» a atacar a su madre

La vivienda donde ocurrió la agresión el pasado 5 de enero, en la víspera de Reyes. / Anxo Gutiérrez
«Meu fillo mátame». Gravemente herida, la septuagenaria de Mos atacada por su hijo la noche del 5 de enero telefoneó al 061 y pidió auxilio. A las 21.50 horas la Central de Coordinación de Urxencias Sanitarias de Galicia recibía la llamada de esta mujer que, «muy agitada y gritando», solicitaba asistencia sanitaria ya que el joven, dijo en esa alerta inicial, la había «golpeado en la cabeza», tenía un cuchillo y seguía en la casa mientras ella permanecía encerrada en el cuarto de baño. Una ambulancia se dirigió hacia esa vivienda de Camiño Martizas, una zona rural de la parroquia de Tameiga, y también acudieron patrullas de la Guardia Civil.
La situación, tal y como denotaba la llamada telefónica, era grave. Incluso más de lo que inicialmente parecía: junto a un traumatismo craneoencefálico, esta mujer de 70 años de edad presentaba quemaduras en el 35% de su cuerpo por las que todavía hoy, transcurridas dos semanas desde los hechos, permanece ingresada en estado muy grave en la Unidad de Grandes Quemados del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña. Su hijo, de 28 años, también está hospitalizado, pero en la Unidad de Psiquiatría del Álvaro Cunqueiro de Vigo. Aún no está en condiciones de comparecer ante un juez. Todo apunta a que agredió y quemó presuntamente a su madre debido a una descompensación psicótica de la enfermedad mental que tiene diagnosticada.

Precinto policial en el portal de la vivienda donde un sexagenario mató supuestamente a su hermana en Lavadores (Vigo) el pasado abril. / José Lores
Crímenes y ataques con graves trastornos psiquiátricos detrás
Graves trastornos psiquiátricos están detrás de varios de los últimos crímenes y ataques graves ocurridos en Vigo y otros puntos de la provincia pontevedresa: el sexagenario acusado de matar a su hermana en Lavadores el pasado abril, el joven que supuestamente acuchilló también hasta la muerte a su madre en septiembre en As Neves, el hombre que este enero mató presuntamente de una paliza a su madre en Cerdedo-Cotobade o este caso de Mos. Cuando los sanitarios y la Guardia Civil llegaron a la vivienda aquella noche víspera de Reyes se encontraron al joven sentado en una de las ventanas de la casa al tiempo que escuchaban gritar a la víctima. Entraron, accedieron al cuarto de baño y vieron que esa ventana era en la que estaba el supuesto agresor mientras la madre permanecía, con graves quemaduras y vestida, dentro de la bañera.
«Discutimos, la secuestré y la agredí»
El joven se arrojó al vacío, pero poco después fue reducido e inmovilizado por los agentes. Dada su actitud violenta y las «frases inconexas» que profería evidenciadoras de un trastorno mental, fue sedado por los sanitarios. «Su abuela materna», dijo ya en el Cunqueiro, le había instigado «a matar a esa señora por no ser su verdadera madre». «Me decía que era el demonio», afirmaría más tarde. También ahondó en estas ideas «delirantes» en el examen de la médica forense: contó que había recibido señales «por parte de Dios» que le permitían matar a su «falsa madre» e insistió en que su abuela fallecida había contactado con él. Y reconoció que, tras una «fuerte» discusión con la víctima, se encerró con ella en el baño – «la secuestré», describió– y la agredió, sin concretar más detalles. Su estado derivó en su ingreso involuntario en el hospital vigués y, dada su clínica psicótica, en el informe médico forense emitido el 8 de enero se concluyó que no reunirá las «capacidades mínimas» para comparecer ante el juzgado que lleva la causa hasta al menos dentro de un mes, previa reevaluación del mismo.
La víctima sigue muy grave en A Coruña
A la espera de cómo evoluciones la situación psiquiátrica de este joven, continúa preocupando la gravedad de su madre, que presenta severas quemaduras químicas que obligaron a su traslado a A Coruña y que le afectaron a cuero cabelludo, orejas, cuello y garganta, hombros, tórax, abdomen y otras partes del cuerpo. Inicialmente los sanitarios también apreciaron lo que parecía ser una cuchillada en un ojo así como un traumatismo leve en el cráneo.
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Porriño ha asumido este caso después de que, tras expirar el plazo máximo de 72 horas de arresto, se decretase la libertad provisional del joven a la espera de que le den el alta hospitalaria. Cuando esto ocurra, se deberá informar a juez y Guardia Civil para, previsiblemente, proceder de nuevo a su arresto para ponerlo a disposición judicial por esta grave agresión.
Unas quemaduras causadas con un producto para desatascar tuberías: había un bote vacío en la escena de la agresión
El informe técnico de la inspección ocular realizada por la Guardia Civil en la vivienda de Mos evidencia que la agresión ocurrió en el cuarto de baño donde se encontraban la víctima y su hijo cuando los sanitarios y los primeros agentes llegaron al lugar. La puerta de esa estancia había sido forzada, según pudieron comprobar los efectivos, y dentro había multitud de objetos tirados por el suelo y manchas de sangre. Todo apunta a que el agresor usó líquido de desatascar tuberías para quemar a la mujer: los agentes hallaron en el suelo del baño un bote vacío y manchado de sangre. El tapón del mismo estaba sobre el mueble de la pileta. También se incautaron de un mango negro de cuchillo cuyo filo estaba dentro de la bañera, donde también había una botella de alcohol de 96º.
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