Tan fuerte como una bailarina
El Ballet Fit, una nueva disciplina que mezcla ejercicios de fuerza, cardio y flexibilidad, se asienta en Vigo

Pedro Fernández
No es nada nuevo y ya lo hemos contado: con el arranque del año el propósito de ponerse en forma vuelve a colocarse en la primera posición de muchas listas de objetivos. Lo innovador está, sin embargo, en los métodos a disposición de los usuarios para lograr ganar fuerza, resistencia, flexibilidad o mejorar su composición corporal. Lo clásico son los gimnasios tradicionales, con tablas de ejercicios con pesas, máquinas o clases dirigidas, eficaces para muchos, pero carentes de motivación para otros.
Es en este contexto cuando surgen nuevas disciplinas como el Ballet Fit, un sistema de entrenamiento basado en ejercicios coreografiados que combina la técnica del ballet clásico y la diversión del fitness. Sí, ponerse tan fuerte como una (o un) bailarina clásica es posible. Y no lo decimos de modo irónico. Lejos de estereotipos, la fuerza, agilidad y flexibilidad que requiere la danza es abrumadora.
En esos logros se basa el Ballet Fit, que aterrizó en España allá por el 2017 de la mano de la bailarina Gloria Morales y que se ha extendido por todo el territorio. Este lunes, Raquel Herrero, una de las dos instructoras que la licencia tiene en Vigo, reabre la puerta de su centro en Avenida Hispanidad, 61, un espacio cálido y elegante en el que ponerse en forma.

Tan fuerte como una bailarina / José Lores
Ella conoció este ejercicio como usuaria. Tras años dedicándose al mundo de la danza, después de la maternidad buscaba una actividad que le permitiese mejorar fuerza y flexibilidad de modo ameno y eficaz. «Decidí formarme y comenzar con las clases porque a mí realmente fue algo que me funcionó», explica.
Este es su cuarto año como monitora y esta nueva etapa del centro con ya más de una docena de grupos. «El entrenamiento de fuerza, también para las mujeres, es fundamental. Más incluso a partir de los 35 o 40 años», explica. Sin embargo, no todas encuentran la motivación suficiente para acudir a un gimnasio al uso, «les parece aburrido», añade Raquel. En el Ballet Fit la música tiene un gran protagonismo, lo que aporta dinamismo y diversión a las clases.
Ejercicios
Las sesiones, según explican desde la licencia, cuentan con una parte de barra con la que se activa el cuerpo, la flexibilidad, el equilibrio y la tonificación. Después se pasa a una parte de cardio más dinámica con coreografía, donde se trabaja la resistencia conjugando los movimientos elegantes del ballet y los más explosivos del fitness. Antes de terminar con unos minutos para la relajación, suele incluirse un bloque de ejercicios de suelo en esterilla para poner el foco en glúteos y abdominales. «Es una actividad muy completa, trabaja la fuerza, la flexibilidad, tonifica el cuerpo, corrige la postura e incluso ayuda a relajarse», añade la monitora. Además, no necesita conocimientos previos de danza, se adapta a diferentes edades y evoluciona al mismo ritmo que la condición física de los usuarios.
No en vano, muchos rostros conocidos se han sumado ya a este ejercicio. Paula Echevarría, Anabel Pantoja o Chanel Terrero han mostrado a través de sus redes sociales sesiones de esta disciplina. Con todo, Raquel Herrero insiste que «toda la difusión es bienvenida, aunque el Ballet Fit va más allá de una moda porque, realmente, es eficaz».
Comunidad
Aunque el Ballet Fit no entiende de edades ni de género, entre el alumnado de Raquel predominan mujeres trabajadoras que buscan cómo ejercitarse también a partir de los 35 o 40 años.
Sandra Alonso, una peluquera viguesa de 52, lleva más de un año practicando Ballet Fit. Conoció a Raquel como monitora de baile contemporáneo para niños y jóvenes, luego fue ella la que comenzó en sus clases de danza para, finalmente, dar el salto a esta nueva disciplina fitness. «Sí que había hecho latino o contemporáneo, pero nunca nada de ballet, tuve dudas porque me veía mayor, pero nada más lejos de la realidad», cuenta Sandra.
Uno de los puntos que destaca es la diversión imprescindible para ella a la hora de mantener la motivación: «He probado pilates o yoga, pero yo necesito hacer ejercicio con música, así, además de todo lo que trabajo, ¡me divierto!».
Entre los resultados que ha obtenido en este tiempo destaca que se siente más tonificada, que ha mejorado su postura, eliminando así dolores de espalda «algo que también me ha ayudado muchísimo por mi profesión». Encuentra además que duerme mejor «trabajo todo mi cuerpo, desde los pies o los tobillos al cuello y la cabeza, la parte de cardio me ha permitido mejorar la resistencia y con la relajación final me siento muchísimo mejor en general».
Con su experiencia en esta reapertura corrobora en lo que hace hincapié Raquel, la existencia de un espacio elegante, acogedor y amable en el que entrenar pero crear también comunidad.
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