La marcha de Ryanair deja la ruta a Barcelona con un 40% menos de frecuencias

Vueling ya recortó el pasado año en un 20% las plazas ofertadas en su única conexión

La caída sobre 2022 seguirá hasta octubre

Un avión de Ryanair en el aeropuerto de Peinador en una imagen de archivo

Un avión de Ryanair en el aeropuerto de Peinador en una imagen de archivo / FDV

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

Golpe directo a uno de los principales motores del aeropuerto de Vigo. La decisión de Ryanair de suspender su conexión desde la ciudad con Barcelona supondrá un nuevo golpe para la segunda ruta más importante de la terminal, que en apenas tres años ha perdido casi el 40% de sus frecuencias. Y es que después de rozar el récord histórico en 2022 (254.679 viajeros en el final de la pandemia) tanto la compañía irlandesa como Vueling han ido menguando su operativa por uno u otro motivo.

En esta ocasión es la guerra abierta entre Aena y la low cost la que ha provocado esta cancelación como medida de presión, si bien en el pasado fueron las bajas ocupaciones o la falta de aeronaves las señaladas. Las 40.000 plazas que ya han sido eliminadas de sus canales de venta entre abril y octubre supondrán reducir un 61% su capacidad en plena temporada alta. En Jerez o Valladolid, directamente dejará de operar mientras anuncia crecimientos en Málaga y Alicante. Durante todo 2024 ya redujo en su operativa en un 21,6% (valor similar al de Vueling, 20,7%) aunque el uso de los Boeing 737 Max 8 de 196 asientos amortiguó el impacto en las plazas hasta el 14% con 9.600 menos, la mayoría durante el cierre de mayo por la pista. El tijeretazo siguió creciendo hasta finales de año, cuando Vueling eliminó la frecuencia de los miércoles y dejó sin vuelo diario a esta relación.

Este recorte ha sido denunciado durante los últimos años desde estas páginas sin que la clase política o empresarial se pronunciara al respecto. Y es que si bien la ruta a Madrid (principalmente en tren) o la falta de destinos nacionales e internacionales ha copado las demandas, lo cierto es que la conectividad aérea con la segunda ciudad del país —y séptimo aeropuerto de toda Europa— no ha tenido los mismos apoyos.

Pero lo cierto es que el escenario futuro es incluso peor. Durante 2025 Ryanair solamente operará 56 frecuencias en esta ruta, finalizando las mismas el 28 de marzo. Esta demanda no será cubierta por Vueling, quien continúa dejando a Vigo como uno de sus destinos peor servidos al tener solamente ocho frecuencias semanales con un refuerzo los jueves. El doble vuelo diario se extenderá a inicios de marzo a los martes y domingos para volver a recortar en abril y mayo a apenas 68 y 73 frecuencias en todo el mes, casi 50 menos en cada uno que hace tres años.

Durante el verano la situación no mejorará ya que seguirá habiendo apenas tres días en doble frecuencia, manteniéndose horarios a primera y última hora de la jornada. Esta oferta de 10 frecuencias semanales será la segunda más baja de Vueling después de la del pasado verano, cuando la crisis de los motores A320 obligó a recortar su operativa.

La decisión puramente comercial de Ryanair —en El Prat la subida de tasas es mayor que en Peinador— devolverá a la conexión al monopolio existente durante varias etapas de la década pasada. Tras la repentina desaparición de Spanair en enero de 2012 provocó que Vueling se rearmara en la ruta con un aumento de frecuencias que, por ahora, no se ha anunciado. «Desde Vueling analizamos constantemente nuestra programación de vuelos para ofrecer las mejores alternativas de conectividad para los pasajeros y detectar oportunidades de futuro en el aeropuerto de Vigo. De este modo, la operativa de nuestros vuelos se ajusta a la demanda a lo largo del año» aseguraban desde la compañía de IAG el pasado mes de diciembre al ser preguntados por los recortes constantes en la ruta.

Esta situación ha empujado a cientos de vigueses y turistas no solo a tener que desplazarse a Santiago y Oporto, donde se garantizan al menos tres vuelos diarios por sentido. En los últimos meses muchos de ellos han optado por utilizar el puente aéreo y realizar una escala en Madrid-Barajas incluso para ir a la segunda ciudad del país.

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