Despedida de una panadería de Vigo por sisar monedas de las ventas

Todo empezó con las sospechas de la encargada de una panadería del barrio de Coia. La empleada llegó a la conclusión de que durante el turno de una de las dependientas la recaudación era inferior, así que a partir de estas «sospechas fundadas» prestó especial atención a su forma de operar. Hasta que un día, según informó a la empresa y contó ante el Juzgado de lo Social n.º 5 de Vigo, la vio meter unas monedas que tenía en su bata dentro de su bolso.

La jornada siguiente, la empresa ejecutó un despido disciplinario a la empleada por «una falta muy grave de transgresión de la buena fe contractual por apropiación indebida de dinero».

La mujer llevaba cerca de un año y medio trabajando para administradora única del despacho de pan, primero en otro local y luego en la que sucedieron los hechos. La dependienta denunció, pero tanto en primera instancia como en el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), en una reciente sentencia, han avalado la actuación de la compañía.

En su recurso ante el TSXG, la trabajadora esgrimía que se tomaron por verdaderas lo que, en su opinión, eran «simples sospechas de la encargada del establecimiento». Afirmaba que no existen «pruebas contundentes» en las que pueda apoyarse la carta del despido. Los magistrados, en embargo, dan por buen el relato de la encargada, cuya declaración califican de «clara y coherente».

La superiora jerárquica de la dependienta narró que empezó a sospechar unas semanas antes de que se desencadenasen los hechos. La mujer explicó que, tras constatar la menor recaudación, reparó en que cuando cobraba en metálico «no escuchaba el ruido de ticar en la caja» y también observó «ciertos movimientos de meter monedas en el bolsillo de la bata».

«Muchas monedas»

Todo se precipitó un día de finales de agosto de 2023. La encargada, de acuerdo con los hechos probados, escuchó sonidos de monedas cayendo en la zona interior del local. En un momento dado, vio como la dependienta sacaba unas monedas de la bata para introducirlas en su bolso, que estaba en un arcón en esa zona solo para acceso del personal, pese a que estaba prohibido tenerlo ahí. Dentro observó «muchas monedas».

El fallo del TSXG resalta que la declaración de la encargada «describe la maniobra con claridad» y «tiene una incidencia directa en el esclarecimiento de los hechos, por ser testigo directo de los mismos».

Considera, en definitiva, que su relato «da sustento suficiente» a las razones expresadas en la carta de despido. Los magistrados rechazan que se haya producido «indefensión alguna» de la trabajadora despedida, ya que la declaración de la superiora fue practicada con contradicción en la vista oral, es decir, que tuvo la opción de rebatir estas pruebas.