Aliento de la comunidad venezolana en Vigo para Edmundo González: «No hay otro plan que su investidura»

La sesión de investidura del próximo presidente de Venezuela se convirtió en una cita crucial para los venezolanos, tanto los que están allí como para los miles de migrantes que observan desde Vigo. El apoyo a Edmundo González es mayoritario: si no toma posesión, sus compatriotas están decididos a protestar.

Un grupo de venezolanos contrarios a Maduro en Vigo

Pedro Fernández

Venezuela respira con esperanza y tensión en las horas que anteceden a la investidura de su presidente, prevista mañana. Nicolás Maduro piensa tomar posesión, pero su opositor, Edmundo González, emprenderá rumbo a Caracas para hacer lo mismo. Llevará con él las copias de las papeletas electorales que certifican su victoria, algo que el actual mandatario obvió mostrar al pueblo.

En Vigo hay alrededor de 3.000 venezolanos. Que se sepa, pues no todos consiguen fácilmente el DNI extranjero, ni siquiera tras llevar un año en el país. Los trámites burocráticos van despacio y el primer hándicap es lograr una cita para acceder a ellos. Además, el colapso aumenta porque cada vez llegan más y se estima que, si Maduro sigue en el tablero de juego, el porcentaje se dispare.

Con todo, mañana los venezolanos de la diáspora pararán sus vidas para prestar atención a lo que ocurra y actuar en consecuencia. O bien saldrán a la calle a celebrar, o bien a protestar. Así lo afirma Fernando Casañas, representante del partido Vente Venezuela en Vigo, que ayer se reunió con una veintena de compatriotas para valorar la situación de su país.

Tienen esperanza. Esperan que Edmundo tome posesión. «No hay otro plan», afirman. La dificultad será que pueda llegar hasta Caracas para hacerlo. En este momento se encuentra en Panamá junto otros políticos simpatizantes. Desde allí, además de reunir fuerzas y apoyos, denunció el secuestro de su yerno, Rafael Tudares.

«Aunque encierren en la cárcel a Edmundo, él sabe que su compromiso es ir. El pueblo tratará de protegerlo porque es la pieza de mayor valor para el movimiento», indica Casañas.

«La situación es muy hostil, tememos que llegue a desembocar en una matanza si a Maduro se le va la cabeza. Pero ya es hora de que el miedo nos tenga miedo», comenta.

Los opositores que viven en la ciudad trabajan ayudando con trámites a los que llegan. También durante las primarias, en las elecciones y durante el proceso de después, facilitando información y contabilizando los apoyos. «En Vigo el 97% de los venezolanos apoyan a Edmundo González», señala Casañas.

Una hija detenida

Regina Balebona vino a Galicia en 2016, un año después que su hija tuviese que salir forzosamente del país tras realizar un documental contra las torturas a estudiantes del gobierno de Maduro.

«Yo viví lo que es la represión política. Mi hija era una dirigente estudiantil en la Universidad y supe lo que era estar en la calle, en las protestas, vi como la detenían varias veces e incluso su caso llegaba al Tribunal Supremo», recuerda.

Dada su vinculación con la causa, desde aquí, Balebona no dudó en emprender su propio camino activista. Tiene un colectivo, La Guacamaya, con que el que trabaja para fortalecer las redes de apoyo entre migrantes . Además colabora con los opositores vigueses de forma habitual.

Pensionistas, abandonados

María Fernanda Ruiz es la presidenta de la Asociación de Pensionados en Galicia que existe desde 2016, cuando Venezuela dejó de pagar a todos los gallegos que trabajaron allí toda su vida. «Cerca de 3.000 perdieron su derecho a pensión. Hubo que pelear mucho para lograr que les diesen algo aquí», indica.

Actualmente hay cerca de 4.000 personas en Galicia en esta situación: retornan tras haber cotizado en Venezuela y se ven sin nada. Tratan de conseguir una pensión no contributiva y ayudas para la vivienda.

Ruiz afirma que este colectivo está muy unido al país vinotinto y pase lo que pase mañana, no dudarán en salir a las calles.

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