Despidiendo el año entre libros (y apuntes)

Cientos de universitarios pasan las Navidades en las bibliotecas de Vigo para preparar los exámenes de enero. Los bibliotecarios aseguran que su oficio «está cambiando».

Vigo. Estudiantes en la bibliotteca de Peritos

Vigo. Estudiantes en la bibliotteca de Peritos

Los exámenes de enero están a la vuelta de la esquina y las bibliotecas de la ciudad lo notan. Desde que comenzaron las festividades navideñas, cientos de universitarios y bachilleres eligen estudiar entre libros durante los últimos días del año. La biblioteca de Torrecedeira, de la Universidad de Vigo, es una de las favoritas por su horario y ubicación. Abierta de nueve de la mañana a nueve de la noche, ofrece 315 puestos de lectura y, sobre todo, como recalcan los bibliotecarios, un espacio «caliente y tranquilo para poder concentrarse, que es lo que más se busca».

El plan Bolonia supuso un cambio en la organización docente de las universidades. Anteriormente a su implantación, las asignaturas de las licenciaturas eran anuales y se dividían de forma que los parciales terminaban en diciembre. Ahora, los grados reparten las asignaturas por cuatrimestres (dos por curso), de forma que los exámenes se concentran entre enero y mayo aproximadamente. Esto implica que los universitarios ya no tienen libres las vacaciones de Navidad y, en consecuencia, las bibliotecas amplían horarios para solventar las demandas de estudio. La biblioteca de Torrecedeira no solo la frecuentan alumnos de la Universidad de Vigo, si no que también los vigueses que cursan sus estudios en otras instituciones.

Pablo Lamas y Javier Pérez viven en el barrio pero estudian Ciencias Políticas en la Universidad de Santiago (USC). «Venimos porque en casa no damos hecho nada», bromean. En la biblioteca, que les queda «al lado», encuentran todos los servicios que necesitan: «Con las máquinas expendedoras es más que suficiente, pero sobre todo, el que esté tan céntrica es un puntazo, hay cafeterías y supermercados cerca, no es como las del CUVI que todo queda a desmano», comenta Lamas, quien está terminando su TFG.

En la Universidad de Santiago también estudian Omar García y Lucía Castro, ambos en sexto curso de Medicina. García destaca el papel social que tiene la biblioteca. «Estar en compañía es agradable, y también te motiva, porque ves a todo el mundo trabajando en lo suyo, y te fuerza a concentrarte», relata. Castro y García acuden ocasionalmente porque están realizando su TFG y no tienen «el estrés de los exámenes que se aproximan», pero su amigo Ángel Fernández, quien estudia Odontología en la Universidad Complutense de Madrid, va casi a diario: «Estoy en el quinto año de carrera y el 8 de enero tengo el primer examen del cuatrimestre, así que hasta los días previos, que ya me vuelvo a Madrid, me toca estar por aquí preparándolos», comenta.

«Prefiero venir, porque aunque en casa también me concentro, prefiero poder estar con mis amigos, que se agradece mucho más, sobretodo en las pausas», explica Aldara Alonso, quien cursa Medicina en la USC, y Tomás Castro, Física en la misma universidad, reafirma asegurando que «se hace más ameno venir a estudiar sabiendo que cuando descansas estás un rato con tus amigos»

Los bibliotecarios de Torrecedeira experimentan todas las Navidades el aumento de usuarios que llegan desde sus respectivas universidades, cargados de apuntes, demandando un espacio en el que poder estudiar. «No es una novedad, siempre por estas fechas mantenemos el horario y abrimos fines de semana y algún festivo», explican. Manuel Velasco es uno de ellos, y para él, el oficio ha cambiado mucho estos últimos años. «Las consultas de libros han disminuido enormemente», y asegura que internet ahora ocupa esa labor que antes llevaban ellos a cabo: «Nuestro oficio está cambiando, y debemos reinventarnos para suplir las nuevas necesidades».

Además de universitarios, también acuden bachilleres, como es el caso de Uxía Sánchez y Joel Silva, del IES Valadares. Explican que están cursando el bachiller de Ciencias y acuden a Torrecedeira porque tienen alguna asignatura pendiente de recuperación, por ejemplo Física, en el caso de Silva. «Venimos tres días a la semana, porque aunque tenemos que estudiar también hay que descansar, que estamos de vacaciones», recalcan.

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