La litigiosidad laboral bate récords y ya es mayor a la de la crisis de 2008

Los casos crecen un 50% en una década de la mano de las demandas salariales y de despidos

Foto de archivo de una manifestación en Vigo en protesta por los despidos en un astillero.

Foto de archivo de una manifestación en Vigo en protesta por los despidos en un astillero. / Marta G. Brea

Marta Fontán

Marta Fontán

No hay duda de que, judicialmente hablando, la litigiosidad civil es la que más destaca en Vigo. Los pleitos para reclamar deudas , los impulsados por los incansables fondos buitre y los hipotecarios inundan como nunca los juzgados de Primera Instancia. Pero la litigiosidad laboral también está batiendo récords. Las casi 7.500 demandas que entraron durante este 2024 en las salas de lo Social son la mayor cifra nunca vista en estos tribunales. El balance es mayor al que en su día dejó la dura crisis de 2008. El alza de las reclamaciones salariales y de las demandas por despidos, las principales desde un punto de vista cuantitativo junto a las que se formalizan contra la Seguridad Social, explican el escenario actual.

La carga de trabajo que han asumido este año los siete juzgados de lo Social con los que cuenta la ciudad olívica supera en casi un 50% a la que se registraba hace una década. Porque si en 2015 entraron poco más de 5.000 asuntos, en este 2024 han sido concretamente 7.463, una cifra que además está ligeramente por encima de los 7.239 contabilizados en 2023. En el grueso balance que ya hubo el pasado año tuvo buena parte de culpa el colapso que existía entonces en el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC) de Vigo –que provocó que muchos casos que podrían haber sido conciliados en la oficina de Teófilo Llorente acabasen en la vía judicial al no poder ser atendidos en esta vía administrativa previa–, pero en este ejercicio este problema ya no ha tenido tanto peso. «El SMAC ya funciona con normalidad», confirman las fuentes judiciales consultadas.

Vulneración de derechos fundamentales

La razón del alza de la litigiosidad hay que buscarla entonces sobre todo en la conflictividad laboral. Una conflictividad laboral que es mayor a la que hubo durante la crisis de 2008, cuando el récord, en 2009, no llegó a las 7.000 demandas. En 2023 y en este 2024 se ha superado esa cifra.

¿Cómo se ha llegado a esta situación? Pues las demandas por despido no han dejado de crecer en los últimos años. Si en 2001 apenas hubo un millar, en este ejercicio que está a punto de concluir se contabilizaron 1.528, un 52% más. A la cabeza continúan los disciplinarios –770–, seguidos por los objetivos propios de épocas de crisis que responden a causas económicas, técnicas, organizativas o de producción de la empresa –510– y finalmente por aquellos en los que los trabajadores alegan la vulneración de algún derecho fundamental. Estos últimos han aumentado de forma notable y suman 248.

Pleitos contra la Seguridad Social

Las reclamaciones salariales son las que están a la cabeza en estos juzgados. Fueron 2.092 y también experimentaron un importante crecimiento con respecto a las 1.400 de media que solía haber cada anualidad. También tienen un importante peso los pleitos contra la Seguridad Social –1.363– y concretamente los relativos a las invalideces –671–.

Tras mantenerse desde 1986 con solo cinco juzgados de lo Social, la planta en esta jurisdicción en Vigo creció de forma importante en los últimos años dándose así respuesta a las reivindicaciones de la judicatura. En septiembre de 2019 se creó el número 6 y en 2021 empezó a funcionar el 7.

Tímido avance de los pleitos de conciliación laboral y familiar: hay dos cada semana

Las demandas para conciliar la vida laboral y familiar, materia que ha sido objeto de importantes reformas legales, aumentan pero de forma tímida. Hubo 100 procedimientos, una cifra casi idéntica a la de 2023 aunque por encima de los 69 de 2021. Los trabajadores van a la vía judicial cuando la empresa no atiende a su petición. La mayoría de pleitos de este año, 68, fueron para pedir una reducción de la jornada de trabajo diaria –lo que conlleva una disminución proporcional del salario–, registrándose otros 32 en los que se reclamó unaadaptación de la jornada sin restar horas ni sueldo. Fue en 2019 cuando una reforma laboral introdujo la bautizada como jornada laboral a la «carta». En lo relativo a la adaptación, los jueces no siempre fallan en el mismo sentido. Ponderan las circunstancias organizativas de la empresa y las necesidades familiares del empleado para decidir quién tiene razón.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents