La gran familia de Apamp: nadie se queda solo en Navidad

Una extrabajadora de Apamp y su familia comparten su Nochebuena con tres usuarios del centro residencial para que pasen la fiesta en compañía

No es la primera vez que profesionales de la entidad colocan un plato más en sus hogares en estas fechas

Fernando Pereira, Paco Ruiz y Rosa Araya, junto a trabajadoras en la residencia de Apamp.

Fernando Pereira, Paco Ruiz y Rosa Araya, junto a trabajadoras en la residencia de Apamp. / José Lores

Carolina Sertal

Carolina Sertal

Todavía queda un día para la cena de Nochebuena, pero ya tiene claro que se vestirá «de gala», porque la ocasión lo merece, que lo vivió por primera vez el año pasado y sabe que en la celebración no faltará detalle, que volverá a ser una experiencia «muy divertida», siendo muchos a la mesa y, sobre todo, sintiéndose como una más de la familia.

Rosa Araya es una de las 46 personas usuarias que hace vida diaria en la residencia que la Asociación de Familias de Persoas con Parálise Cerebral (Apamp) tiene en Navia. Sin embargo, es una de las pocas que en estas fiestas se iba a quedar en el centro y, aunque no le iban a faltar sus compañeros Fernando Pereira y Paco Ruiz, así como el apoyo habitual de los trabajadores, lo cierto es que, aunque afirma que «yo no tengo a mis padres y mi hermana vive en Argentina, pero estoy acostumbrada, aquí somos una gran familia y, aunque no estén los compis, están los trabajadores y hacemos un menú diferente, lo pasamos bien», la realidad es que el lugar se queda «algo desangelado» porque la mayoría de los residentes pasan estas fechas en sus hogares.

En Apamp son una familia, se apoyan y cuidan entre todos, y se da por hecho el ponerse de acuerdo para que aquellas personas que no tengan plan, puedan irse a alguna casa

Ocurrió por primera vez en la Nochebuena de 2023, que siendo todavía Fátima Varela de Limia enfermera de Apamp, consideró que podría llevar a Rosa junto a Paco, y también a Suso, a pasar las fiestas con los suyos, «que somos una familia muy muy grande, mi abuela tiene 12 hermanos, la tradición es juntarnos y da igual cuántos seamos; de hecho, cuanta más gente, mejor. En Apamp son una familia, se apoyan y cuidan entre todos, y se da por hecho el ponerse de acuerdo para que aquellas personas que no tengan plan, puedan irse a alguna casa, así que yo se lo propuse a mi abuela y estuvieron encantados. El año pasado fuimos 108 y fue muy emocionante». Tan bien lo pasaron en la celebración de Nochebuena que, este año, los familiares de Fátima ya le dieron aviso: «Mira que contamos con ellos».

La invitación se ha vuelto a extender a los usuarios del centro residencial de Apamp y Rosa Araya y Paco Ruiz repetirán cena navideña con esta extrabajadora de la entidad viguesa y su familia, quienes también pondrán un plato en la mesa para Fernando Pereira, quien decidió pasar por primera vez las Navidades en el centro y a principios de semana reconocía que iban a ser «toda una sorpresa» para él. No es para menos, ya que sus compañeros Rosa y Paco solo hacen hablar maravillas de la familia de Fátima Varela de Limia y sus festejos, que tienen lugar en el Pazo de Cea.

En este sentido, Rosa Araya explica que «la fiesta es muy grande, parece una boda, vamos hasta allí, charlamos y nos atienden como si fuéramos uno más, nos tratan como a uno más de la familia. El año pasado fue divertido y este año repetimos, tenemos muchas ganas. Después hacen una representación, viene Papá Noel y da regalos a todo el mundo, y luego también hay baile».

Fátima Varela de Limia cuenta que «este año seremos 95 y el año pasado fue muy bonito porque hacía tiempo que no venían personas de otras familias. Aunque contratamos comida a través de un catering, mis tíos y mis tías se ocupan de emplatar y entre las primas y los primos nos repartimos el trabajo de recoger y poner los platos, porque el objetivo es que las abuelas no hagan nada».

Maaike Deltour es la directora del centro residencial de Apamp y, al igual que Fátima Varela de Limia, ella también se ha llevado a casa a algún usuario en alguna ocasión en estas fechas. Así, indica que «para mí esto es parte de mi vida, es mi día a día. Si me tengo que llevar a alguien a mi casa para que no esté aquí en estas fechas, para mí entra dentro de la normalidad. Siempre hay alguien que se ofrece, no es la primera vez. Controlamos un poco el menú, porque algunos comen texturizado, pero se adapta a sus necesidades y sin problema», concluye Deltour.

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