Una viguesa víctima de un «brutal» acoso: «El miedo es mi hipoteca de por vida»

«El miedo es mi hipoteca de por vida». Una vecina de Vigo víctima de un insoportable e incesante acoso durante meses por parte de su exnovio describió ayer con una enorme entereza en el juicio el hostigamiento que le cambió la vida. El acusado, Marcos C.C., está en prisión provisional desde el verano de 2023 y afronta una condena de algo más de 15 años de cárcel, pero ni siquiera el encierro parece haberlo frenado. La mujer, que no ha sido capaz de volver a vivir sola, está en la actualidad de nuevo de baja laboral porque recientemente recibió una carta desde A Lama que la volvió a hundir: «Sé que cuando salga [de prisión] volverá a pasar lo mismo».

«Llegué a ir con moratones a trabajar»

El acusado, que tiene ya en su historial condenas por violencia de género, acosó supuestamente a la mujer de todas las formas posibles. Ocurrió después de que ella decidiese poner fin a la relación y le pidiese que se fuese de su casa tras haber sufrido conductas «violentas» en las que él, describió en la vista celebrada en el Juzgado de lo Penal 1 de Vigo, la «encerraba» en su propio piso, le arrebataba el teléfono móvil o la «reducía» contra el suelo. «Llegué a ir con moratones a trabajar», contó, añadiendo que durante mucho tiempo se vio incapaz de «salir de esa situación» por «miedo», porque no se atrevía a contárselo a su familia y a sus amigos y porque él se presentaba como una víctima. «Su tónica habitual era decirme: ‘estoy fatal, estoy solo, no tengo padres, no tengo amigos, no tengo a nadie, tu no tienes corazón...», recuerda, concretando como el hombre le llegó a decir que su madre y su padre se habían muerto cuando estos fallecimientos no eran ciertos.

El 4 de junio de 2022, a raíz de un incidente en el que el hombre le rompió la pantalla de su ordenador portátil, ella ya no le dio más treguas y le dijo que el siguiente lunes debía irse. La «violencia» de él fue tal que ella se encerró en su dormitorio y llamó a la Policía Nacional. Salió escoltada de su piso y ya nunca más pudo volver a vivir sola. Se fue para casa de sus padres, donde continúa, y empezó para ella una pesadilla que no cesó hasta que en julio de 2023 el hombre ingresó en prisión, donde sigue a día de hoy.

Una foto en la que «parecía que estaba muerta»

Imposible resumir el acoso descrito minuciosamente ayer por esta mujer: le enviaba mensajes por WhatsApp y Telegram, la telefoneaba sin cesar llegando incluso a suplantar las líneas telefónicas de su familia y amigos, la perseguía y vigilaba, timbraba en la casa de sus padres, enviaba a la vivienda pedidos de pizza y comida que ella no había realizado e incluso provocó que todo tipo de compañías –financieras, telefónicas, de decesos, de suministros... –la llamasen por productos o contratos que ella no había solicitado. «Hasta 70 llamadas al día... Yo me quedaba sin batería a media tarde», relata. Incluso entró en una aplicación de trabajo del hospital donde la mujer trabaja y puso como foto de perfil una en la que, contó ella, «parece que estoy muerta». Llegó a perseguirla en coche, como ocurrió en una ocasión en la que condujo hasta Fornelos de Montes.

«Todo llega», «Tic taaaaaaaac» o «poco te queda» fueron algunas de las múltiples amenazas que la víctima recibió. El acoso sufrido, resumió, fue «brutal».

Suscríbete para seguir leyendo