La autovía Vigo-Porriño tendrá un túnel de 4 kilómetros y entrará en servicio en 2030
Las obras, que definirán un trayecto total de 10,5 km, tendrán un coste de 390 millones de euros
Transportes escoge la opción con el soterramiento más largo y califica de «inaceptable» y «no competitiva» la carretera actual
El trazado de la A-55 se asemeja más al serpenteante trayecto de un río con pronunciados meandros que a una carretera de —supuesta— alta capacidad. Sus curvas la han convertido en una de las vías de mayor siniestralidad del país, pese a tener ahora limitada la velocidad a 60 kilómetros por hora y a estar salpicada con media docena de radares: registra un accidente cada menos de cinco días, más de tres heridos por semana. Los calificativos para la realidad que padecen sus usuarios los pone sobre papel también ahora el propio Ministerio de Transportes: ofrece una seguridad vial «muy deficiente», «de carácter inaceptable, al tiempo que no es competitiva [...] condicionando el desarrollo socioeconómico regional y nacional».
No funcionó ninguno de los múltiples remiendos aplicados a estas curvas de Puxeiros, de ahí la necesidad de fijar un trazado alternativo entre Vigo y O Porriño a través de la A-52, cuyo documento técnico y estudio de impacto ambiental arrancaron este miércoles la ansiada fase de participación pública. Ambos documentos serán remitidos al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Será un enlace de 10,5 kilómetros de longitud, con algo más de 4 kilómetros de túneles y un presupuesto final de 389,4 millones de euros. Precisamente los túneles se comerán buena parte del presupuesto, más de 196 millones, dado que la alternativa elegida es la que tiene un mayor trazado bajo tierra y, en paralelo, menor afección ambiental; las otras dos opciones barajadas por los técnicos —de las ingenierías Synconsult y Ayesa— prolongaban los soterramientos por debajo de los 3 kilómetros. Buena parte de las tierras que resulten de horadar el suelo se trasladarán a dos canteras abandonadas.
Hasta tal punto es calamitoso el actual trazado de la autovía que sus costes de mantenimiento, a treinta años vista (hasta 2060), serían ocho veces más elevados de no llevar a cabo esta actuación: 16,14 millones si se deja tal y como como está, frente a 1,86 millones de euros con el nuevo tramo. Su puesta en servicio, con en torno a cuatro años de plazo de ejecución, está proyectada para el año 2030, según consta en el estudio de rentabilidad. La velocidad máxima quedará fijada en 100 km/h.
El objetivo del proyecto es definir una variante de trazado para dar continuidad a la A-52 desde O Porriño hasta Vigo, donde se conectará con la A-55 en la zona del nudo de Baruxáns, «en el entorno del núcleo de Bembrive». «Se busca crear una conexión más directa entre ambos municipios para mejorar la conectividad y las condiciones de circulación y seguridad vial», informó el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible en un comunicado. Añadió que el trazado discurrirá por tres municipios de la provincia, O Porriño, Mos y Vigo, y se compondrá, básicamente, de tres tramos diferenciados. En el primero, se define la subida hasta el túnel (lado Mos-O Porriño) mediante una sucesión de curvas que permiten materializar la transición en las condiciones de circulación entre un tramo interurbano y otro de carácter periurbano.
En el segundo, se implanta la sección en túnel con un tubo para cada calzada. Y, en el tercero, se materializa la bajada hacia Vigo con una propuesta de diseño consistente igualmente en una sucesión de curvas hasta el entramado urbano. «En el diseño se ha previsto también la definición de dos enlaces. En el inicio, la adecuación del itinerario Mos-O Porriño, para resolver la conexión con la A-55 y A-52, y las carreteras nacionales N-120 y N-550», indicó el ministerio.
Según apuntó el alcalde, Abel Caballero, se estudiarán las alegaciones posteriormente si las hubiera y el Gobierno las incorporará si lo considera. «A partir de ahí, declaración de impacto ambiental, proyecto constructivo y obra. Es una gran demanda», resumió.
La A-55, un peligro: lo dicen los datos
La A-55 es un peligro público. Basta con echar un ojo a la hemeroteca para comprobar que se trata de uno de los puntos negros más relevantes de la red de carreteras del Estado, sobre todo, el tramo entre Vigo y Porriño: en febrero, falleció un hombre tras volcar su coche. Con lluvia y niebla, como está sucediendo estos días, se convierte en una gran enemiga de los vehículos, situación que se intenta mejorar con trabajos de asfaltado.
El intenso flujo de vehículos y el trazado sinuoso, con pendientes y curvas cerradas, así como las incorporaciones, aumentan el riesgo. Esta carretera sitúa a Pontevedra como la segunda provincia con la red de viales más peligrosa del Estado, solo por detrás de Barcelona –Ceuta lidera la clasificación–.
Aunque se limitó su velocidad a 60 km/h en un tramo, se instalaron radares y se trató de modernizar con una inversión millonaria, sigue siendo una de las zonas de mayor siniestralidad de la red estatal, ya sea en heridos o en choques.
La nueva autovía busca poner fin a estos problemas. Caballero destacó que Gobierno y Concello «cumplen» su palabra y apostilló que «está encargado» también el proyecto. «Feijóo le dijo al Gobierno que no se hiciera», recordó el mandatario local.
Suscríbete para seguir leyendo
- Rueda, sobre la manifestación de hoy en Vigo en defensa de la Sanidade Pública: «Van por otro lado de lo que siente la mayoría»
- Última llamada de auxilio de la protectora: «Los perros no salen a pasear desde octubre»
- Muere abrasado por las llamas en el interior su vehículo en Redondela
- Rescatan el cuerpo sin vida de un marinero sobre un barco en Cangas
- Detenido uno de los enlaces gallegos de la banda albanesa que trató de desembarcar 1.100 kilos de cocaína en Arousa
- Una prórroga al sistema y a Televisión Española
- Un buen chico y un gran amigo que siempre tenía una sonrisa
- El Celta lleva al límite al Madrid, pero contra 12 no puede