Casi 5.000 migrantes extranjeros eligen Vigo cada año como lugar de residencia

La llegada de foráneos crece un 50% desde 2021

Ya hay más de 700 ucranianos censados, cifra que se disparó desde el inicio de la invasión rusa

El precio de la vivienda, principal motivo de los que se mudan a otros concellos

Venezolanos en la Puerta del Sol

Venezolanos en la Puerta del Sol / Marta G. Brea

Vigo se ha convertido en los últimos años en una ciudad cada vez más atractiva para los migrantes, sobre todo para las personas procedentes del extranjero que buscan una ciudad en la que desarrollar su proyecto de vida. Únicamente el año pasado llegaron a Vigo 4.793 foráneos para establecer aquí su residencia. Son casi 1.500 más que por ejemplo en 2021 y es la prueba de que la urbe se ha convertido en una de las poblaciones de referencia para acoger a personas naturales de otro país que vienen buscando un futuro mejor. Son muchos más los extranjeros que llegan que los vigueses que se van fuera de España.

Los inmigrantes foráneos, además, apuestan en muchos casos por emprender, abriendo restaurantes basados en la cocina de sus países de origen (en la ciudad han abierto recientemente locales de hostelería colombianos, venezolanos, indonesios…) como tiendas en las que ofrecen productos típicos de esas naciones.

En estos datos, además, hay que tener en cuenta que en febrero de 2022 empezó la invasión rusa de Ucrania, por lo que muchos residentes del país atacado se vieron obligados a emigrar a otras partes de Europa y Vigo fue una de las ciudades que acogió ciudadanos ucranianos. Antes del conflicto había 126 ucranianos residiendo en Vigo y ahora mismo hay más de setecientos, la gran mayoría mujeres que se fueron del país con sus hijos pequeños, por lo que este fenómeno es clave para entender los datos de inmigración exterior en los últimos años.

Prácticamente todos los municipios de la provincia han visto cómo en los últimos años la llegada de extranjeros ha crecido exponencialmente. A Pontevedra, por ejemplo, arribaron 1.273 solo en 2023, a Lalín 396, a Cangas 177, a Moaña 95 y a Vilagarcía de Arousa 535. En otras provincias, destaca la ciudad de Ourense, que recibe cada año a más de 2.300 extranjeros.

Hay que tener en cuenta que estas cifras son las recogidas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), y por tanto contabiliza la migración legal, es decir, la de todas aquellas personas que llegan desde fuera y establecen oficialmente su residencia en su nuevo destino, apareciendo en el correspondiente padrón municipal de habitantes. La inmigración irregular, por tanto, no se tiene en cuenta en estos datos, aunque en ciudades como Vigo se sospecha que la cifra de personas que no tienen los papeles en regla es muy reducida.

La ciudad olívica tiene su principal hándicap en la migración intermunicipal, es decir, aquella que se produce sobre todo con los concellos de su entorno y de otros puntos de Galicia. Este indicador es negativo en Vigo, con un saldo migratorio de -899. Es decir, hay 900 personas más que se mudan de Vigo a otros concellos que los que llegan. Muchos se ven obligados a irse por el disparado precio de la vivienda en la ciudad olívica, especialmente del alquiler. Un piso de 100 m2 en arrendamiento es ahora 310 euros más caro al mes que en 2014 y, en propiedad, la diferencia asciende a 43.500 euros. En el portal Idealista, en los últimos días, solo había seis ofertas por menos de 500 euros al mes —dos estudios, sin amueblar—, cantidad a la que hay que sumar gastos de luz, agua e internet, entre otros, y, en ciertos casos, incluso el seguro de impago, que algunos propietarios están haciendo pagar a los inquilinos. Y solo 26 de los algo más de 440 anunciados se mostraban por menos de 600 euros. Por eso hay gente que trabaja en Vigo pero decide mudarse a otros concellos, como Porriño, Salceda o Mos, donde la vivienda está considerablemente más barata.

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