La vieja estación de bus de Vigo, convertida en refugio de los sintecho

Diez sintecho viven en situación insalubre en la antigua terminal: «No tenemos dónde ir»

Nico y Alexandra, dos de las personas que viven en la vieja estación de autobús

Nico y Alexandra, dos de las personas que viven en la vieja estación de autobús / Marta G. Brea

Si ya durante sus últimos años de vida la antigua estación de autobuses de Vigo estaba en una situación más que precaria, con los baños totalmente insalubres, pantallas sin funcionar y numerosas goteras que hacían la vida imposible a los viajeros, la instalación, que continúa sin uso, se encuentra ahora en un extremo estado de abandono.

Todas las entradas y ventanas están completamente tapiadas para evitar la entrada de posibles okupas, pero en uno de los accesos, concretamente el de Gregorio Espino, viven ahora mismo una decena de personas sin hogar de Vigo. Han convertido el exterior de la vieja estación en un auténtico poblado: colchones, neveras, pequeñas cocinas donde poder calentar alimentos y todo aquello que puedan encontrar para abrigarse, especialmente durante la noche y ahora que las temperaturas empiezan a bajar.

Un simple acercamiento a este acceso a la vieja estación de bus ya advierte de la deplorable situación higiénica: olores insoportables, suciedad por todos lados y unas personas que viven en la más absoluta insalubridad. Una de ellas es Alexandra, habitual en las calles del barrio de O Calvario: «Tengo una orden de alejamiento de mi pareja y una hija a la que me han prohibido ver. No puedo hacer nada más que vivir así. No tengo un sitio al que ir». A su lado duerme Nico, un hombre con graves problemas en la boca y que lamenta la falta de ayuda por parte de las asociaciones y de las administraciones.

Violentos con la policía

La presencia policial en la zona es constante, especialmente para solucionar conflictos entre los propios sintecho que allí viven. Los comerciantes y los vecinos de los alrededores de la vieja estación de buses denuncian que esta situación les está perjudicando. «Yo he adelantado la hora de cierre por la tarde porque tengo temor a salir por la noche y que pase algo, les tengo miedo porque los he visto que se ponen muy violentos con la policía. La estación está completamente abandonada y lo que está pasando provoca la degradación del barrio. Antes la gente paseaba por aquí a todas horas y ahora muchos han dejado de venir», denuncia el responsable de una tienda de electrónica de la zona, que prefiere no revelar su nombre.

Alimentos y aparatos de 
cocina que utilizan los 
sintecho.

Alimentos y aparatos de cocina que utilizan los sintecho / Marta G. Brea

Quien tiene problemas constantes con los sintecho es el conocido bar Vigobus, uno de los locales de hostelería emblemáticos de la Doblada. «Vienen todos los días a pedir algo y si pueden se van sin pagar, tenemos que estar muy atentos. Una vez aparecieron con la Policía para que les sirviésemos algo, y nos pidieron la hoja de reclamaciones por dejar de ponerles lo que piden. Pero si no pagan no podemos darles nada. Desde que han llegado a la estación de autobuses, el ambiente en la zona se ha degradado muchísimo. La Xunta y el Concello tienen que hacer algo cuanto antes porque la Doblada es un barrio en franco deterioro», explica Luciano, gerente del Vigobus y del bar Vicus, situado un poco más arriba.

«Llevan ya mucho tiempo aquí. Yo con ellos no he tenido problemas, pero es cierto que cuando aparece la Policía se ponen violentos», asegura por su parte Vanesa, que tiene una cafetería cerca de la vieja estación de autobús.

Mantas, colchones y 
trastos varios en el 
exterior de la terminal.

Mantas, colchones y trastos varios en el exterior de la terminal / Marta G. Brea

Lo cierto es que la degradación del interior y del exterior de las instalaciones ha llegado a un punto extremo. Al estar, de momento, abandonada a su suerte, muchos aprovechan para aparcar allí sus coches y ayer, sin ir más lejos, había un hombre que estaba en uno de los accesos a la terminal lavando su vehículo.

Los terrenos donde se levantó la antigua estación de autobuses de Vigo fueron cedidos por el Concello a la Xunta para su uso como terminal de transporte. Ahora, al estar completamente inoperativa, el gobierno local ya ha solicitado a la administración autonómica que le devuelva las competencias sobre esa parcela para darle una nueva vida e intentar acabar con el abandono al que está ahora sometida.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents