Guixar amortiza su reordenación y eleva un 45% el tráfico de contenedores en diez años

Es el segundo mayor crecimiento entre las grandes terminales de España

Forja el avance en la gestión de suelo, frente a los rellenos masivos de la competencia

El derribo de los silos y la terminal de la Plisan, claves de futuro

Vista de la terminal de contenedores de Vigo.

Vista de la terminal de contenedores de Vigo. / Pablo González

Lara Graña

Lara Graña

La proliferación de los rellenos como vía para ganar espacios portuarios no es una tendencia pasada de moda en el litoral español. En marcha están macroproyectos de esta índole para las terminales de Valencia, Alicante o Cádiz, con dragados colosales que buscan ofrecer más metros cuadrados a la logística del tráfico de contenedores. Un mecanismo social y ambientalmente contestado y que no es el único que permite incrementar el movimiento de mercancías. Porque la dársena de Guixar no ha devorado nuevos huecos a la ría en la última década —la Autoridad Portuaria lo rechaza de plano de cara al futuro— y, aún así, ha incrementado de forma exponencial sus volúmenes. Y hay tres claves a tener en cuenta. Primero, un mayor dinamismo económico, con más de 3.000 empresas que regularmente exportan desde la provincia de Pontevedra, pese a las dificultades de los últimos cuatro años derivadas del COVID y los conflictos bélicos en Ucrania y Oriente Medio; segundo, un mayor hinterland de la propia terminal, capaz de absorber tráficos de cada vez más puntos del país; y tercero, una reordenación interna de los espacios del puerto, optimizando metros en Guixar y espacios adyacentes. El resultado es evidente: si hasta octubre de 2014 el tráfico acumulado fue de 169.596 TEU —unidad de medida equivalente a un contenedor de 20 pies—, en el mismo periodo de este 2024 la cifra ha escalado hasta los 244.016.

Es un aumento superior al 44%, de acuerdo a los últimos datos facilitados por Puertos del Estado, adscrito al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible. Y esta tasa, a excepción de la de la terminal de contenedores de Tenerife (+50%), es la mayor de las experimentadas por las principales dársenas con peso en este tipo de tráficos de toda España. Y, sobre todo, sin haber tenido que arañar espacios a la ría. En este periodo, además de la reordenación ya ejecutada en el muelle de Guixar, la concesionaria Termavi —a través de Transgobal— pudo disponer de terrenos complementarios como los paralelos al acceso sur de la antigua Factorías Vulcano, propiedad de ADIF. Pero hay más actuaciones en marcha, como el derribo de los siete silos que preceden a la terminal de Areal y, como proyecto todavía más disruptivo, la puesta en funcionamiento de la de la Plisan.

Porque la idea del equipo que dirige Carlos Botana pasa por convertir más de 65.000 metros cuadrados de este macropolígono industrial en una segunda terminal de contenedores, como un bypass de Guixar; la concesión que explota la viguesa Termavi se extiende sobre unos 180.000 metros cuadrados a día de hoy. «Crear un depósito que sea operativo y permita atender a los clientes es primordial», expuso el nuevo director del Puerto, Leandro Melgar, en su entrevista con FARO. Este pulmón extra replica en parte mecanismos que también utiliza la terminal portuguesa de Leixões, por ejemplo, que dispone de múltiples espacios adicionales, dentro y fuera de suelo portuario, para mejorar su logística. Este puerto, por cierto, también tiene en agenda un gigantesco relleno.

Y en la recámara está también el futuro de la concesión de la que ahora dispone Astilleros San Enrique, heredera de Vulcano, a años luz de alcanzar el mínimo de volumen de negocio —10 millones de euros— obligado por los pliegos. En la Delimitación de los Espacios y Usos Portuarios (DEUP) del Puerto, ahora en exposición pública, estos casi 39.500 metros cuadrados constan como superficie a incorporar, a rescatar desde Praza da Estrela.

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