«Que mi caso sirva para hablar de cómo morir mejor»

No tenía pensado provocar este «tsunami», pero Laura se va feliz de hacerlo aguijoneando el debate sobre «cómo morir mejor». Su eutanasia está aprobada y es probable que se aplique esta mañana. En 20 días desde la primera solicitud. Es una de las más ágiles de las tramitadas en Galicia. Ella y DMD opinan que no lo suficiente.

Laura Fernández, el jueves, en paliativos del Meixoeiro.

Laura Fernández, el jueves, en paliativos del Meixoeiro. / A. B.

Vigo

«La gente es muy reacia a hablar de la muerte, mucho», reflexiona Laura Fernández Abalde. Ella no. Cree que puede ser una influencia de su padre. «Era superoptimista y con lo de la muerte se reía muchísimo», describe. Fue la controversia generada en torno a la de Ramón Sampedro la que le acercó a la lucha de Derecho a Morir Dignamente (DMD). Y el caso de la denuncia contra el anestesista Luis Montes le metió de lleno en ella. «Sufrió una persecución implacable, lo llamaron ‘asesino’. Me cabreé muchísimo», recuerda. Se afilió a esta asociación en 2006 y así es como esta viguesa se convirtió en una de las primeras activistas en Galicia. Una lucha que ha mantenido hasta el final.

Es media tarde y la luz que entra por las ventanas del cuarto que Laura ocupa desde el 24 de octubre en la Unidad de Cuidados Paliativos del Meixoeiro llena de calidez la estancia. No es como las demás habitaciones de hospital. Su color, sus vistas, su silencio... Transmite serenidad. «Necesitamos muchas unidades como esta para que la gente muera bien», reclama y se deshace en halagos hacia el personal: «dedicado al cien, amable respetuoso... Una maravilla» . «Llegué malísima y aquí me pusieron nueva», relata.

A Laura, de 64 años, le diagnosticaron en abril un melanoma uretral. No quiso quimioterapia ni radioterapia. «Cuando el urólogo me dijo que estaba muy mal y tenía mal abordaje, le dije ‘¿Sabe qué? Conmigo para este rollo no cuente» . «Entonces ¿qué quieres hacer?», le preguntó el doctor. Se lo siguieron planteando en las sucesivas fases. «Me encanta, es lo correcto, que decidas tú, no ellos», resalta. «Me parecen tratamientos crueles, inhumanos», opina la que fue durante años «celadora especial» desde el inicio del Medtec –actual Galaria–, que lleva precisamente el servicio de Oncología Radioterápica en el Chuvi. Así que le dijo al urólogo: «Quiero irme a casita, que estamos en abril, a disfrutar del verano, a arreglar mis papeles, y mis cosas, todo lo mío y luego en septiembre hablamos». La enfermedad le respetó hasta entonces, incluso arregló un tejado, destaca. Hasta el día 20, en que aparecieron los dolores. El tumor se le había extendido al hígado y al pulmón.

El día que Laura accedió a la visita que permite este reportaje, el pasado jueves, no tenía dolor. Se lo quitan con fármacos. Pero ya se pasaba acostada 24 horas. Las fuerzas van agotando. «Anímicamente estoy perfecta, pero ya no hablo igual de bien, sobre todo por las mañanas. El cuerpo me dice que ya está. Estoy agotadita. Tengo muchas ganas de acabar ya», deseaba y escucharla desgarra.

Laura presentó la primera solicitud de eutanasia el día 30 de octubre y decidió moverlo en los medios de comunicación cuando empezó a desesperarse con la lentitud del proceso. «La necesito y cumplo las condiciones, que son muy exigentes. Puedo acogerme a ella. ¿Qué problema hay? Que los plazos son muy largos, pero no tanto como dicen los políticos. Se pueden acortan dependiendo de la gravedad de la persona enferma», reivindica.

Tiempos

Ella habría querido que fuera antes y DMD defiende que se puede simplificar a 8 días, pero lo cierto es que la suya es una de las más rápidas que se han resuelto hasta el momento en Galicia. Ayer, 19 días después, le comunicaron la aprobación y fijaron la prestación, en principio, para esta mañana. Será la primera en paliativos del Meixoeiro. No quiere misas ni cruces ni flores. Anima a quien quiera gastar en su nombre a que lo haga con un donativo para cultura para el centro social de su parroquia, Beade, en cuyo movimiento vecinal también ha sido activa.

«Estoy feliz conmigo misma y tranquila con el mundo», asegura con voz calmada, pero firme. Garantiza que no pensaba crear este «tsunami» mediático con su caso. «Si vale para que se hable de que no hace falta sufrir para morir, que la ley es poco eficaz, que los plazos son demasiado largos y que hay que moverse para que mejore, entonces para mí es una victoria enorme».

Los datos de la ley de eutanasia en Galicia

  • 75 solicitudes. Desde el 25 de junio en que entró en vigor y hasta finales de 2023 –no hay más datos disponibles–, lo pidieron 75 personas.
  • 28 prestaciones. En toda Galicia, se llevaron a cabo 28. En el área de Vigo, según los datos accesibles, es posible saber que hubo una en 2022 y tres en 2023.
  • Plazos. En 2023, la media desde la primera solicitud hasta la prestación fue de 65 días –50 en 2022–. El que menos, en 32 días y el que más, en 123.
Tracking Pixel Contents