La residencia de Aspanaex arrancará con 30 de las 55 plazas

La entidad inaugura simbólicamente el centro, pero debe esperar a la concertación de la Xunta para abrir

Prevé que sea en 2025

Residencia de Aspanaex, en la calle Porriño, en Coia.

Residencia de Aspanaex, en la calle Porriño, en Coia. / Alba Villar

Vigo

Con las obras terminadas, el centro amueblado y las autorizaciones concedidas, la Asociación a favor de las personas con discapacidad intelectual en la provincia de Pontevedra (Aspanaex) tiene ya lista su residencia. A la entidad le encantaría ponerla en marcha ya, pero deberá esperar a que la Xunta de Galicia inicie un nuevo proceso de concertación de plazas residenciales de atención a la discapacidad. Así que ha decidido hacer la próxima semana una inauguración simbólica para celebrar que han hecho realidad su sueño y para agradecérselo a los ciudadanos, las empresas y las administraciones que lo han hecho posible.

La asociación concluyó la construcción y equipación del centro ubicado en el número 5 de la calle Porriño, en el antiguo centro de especialidades del Servizo Galego de Saúde (Sergas) en Coia, antes del verano. Comenzó entonces la gestión de las autorizaciones administrativas con la Consellería de Política Social y la licencia de primera ocupación con el Concello de Vigo. Esta última todavía no está concedida formalmente, pero ya se han superado todas las fases y entregado toda la documentación.

La directora gerente de Aspanex, Beatriz Macías, explica que para poder mantener la actividad en el centro una vez abierto, la asociación cuenta con concertar sus plazas con la Administración autonómica. Esperan que la Consellería abra un nuevo proceso de contratación de plazas de atención a la discapacidad a principios del próximo año y se pueda poner en marcha en el primer trimestre.

El centro cuenta con espacio para que residan 50 usuarios, pero plantean arrancar con 30. «Para empezar poco a poco», explica Beatriz Macías.

De hecho,el nuevo espacio ya figura en el registro de la consellería, con dos permiso de actividad. Uno como residencia terapéutica de personas con discapacidad «gravemente afectadas» con 34 plazas autorizadas –treinta en habitaciones dobles y cuatro en individuales–. Y otro como residencia terapéutica ocupacional para adultos con discapacidad, con 21 plazas –18 en cuartos dobles y tres individuales–.

Aspanaex cuenta en la ciudad con un centro educativo, otro ocupacional, uno de día y una vivienda tutelada. Pero destaca que su proyecto «más ambicioso y necesario» es la puesta en marcha de esta residencia. A medida que sus usuarios se iban haciendo mayores, entre los socios iba creciendo la incertidumbre sobre qué pasaría con ellos cuando ya no pudieran residir en el domicilio familiar.

El primer plan de la asociación era construir una residencia en los terrenos de los que disponen en Mestres Goldar, pero la larga tramitación del Plan General de Ordenación Municipal bloqueaba el proyecto y no tenían tanto tiempo para esperar. Con la apertura del Álvaro Cunqueiro y la reordenación hospitalaria que implicó vieron una oportunidad en los inmuebles que se quedaban vacíos. El Sergas devolvió el antiguo centro de especialidades a la Tesorería General de la Seguridad y esta se lo cedió a la asociación en febrero de 2017. Primero firmaron por ocho años, pero luego se prolongó a tres décadas.

La pandemia dilató más de lo deseado los plazos de las obras de adaptación del edificio al nuevo uso. Al final, el proyecto ha superado los 4,3 millones de euros. Recibieron dos millones de euros de los fondos europeos Next Generation a través de la Xunta y una subvención de Política Social por 50.000 euros, así como donaciones de empresas y fundaciones. Se sumaron las recaudaciones de su tradicional marcha –la de este año se vio frustrada por las inclemencias del tiempo–. Aún así, las familias de la asociación han tenido que suscribir un crédito de dos millones de euros para poder reformarlo.

Solo ocho plazas disponibles para personas con discapacidad

En el municipio de Vigo hay cinco centro residenciales autorizados para la atención a la discapacidad que están funcionando. En total suman 254 plazas. En la actualidad, solo hay ocho disponibles. Los cuatro centros son de iniciativa social: de las asociaciones Apamp y Alento y de San Rafael y San Francisco. No hay ninguno público. Pero estas entidades, para que los usuarios puedan acceder a estos costosos servicios, tienen concertadas casi todas sus plazas: 245 de las 254 existentes. Al verse obligadas a concertarlas para que las familias se lo puedan permitir, el acceso se debe someter al baremo público y no cabe ninguna prioridad para quien lo ha promovido.

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