El juzgado consulta al hospital si la joven quemada por su expareja en Valadares ya puede declarar

Lleva más de un mes ingresada por la gravedad de las heridas

La víctima contó que fue atacada por su exnovio sin casi mediar palabra

Familiares de la joven, a las puertas de su casa donde ocurrieron los hechos.

Familiares de la joven, a las puertas de su casa donde ocurrieron los hechos. / Adrián Irago

Tras mes y medio en coma inducido, la viguesa de 29 años Yohanna Comesaña, brutalmente atacada por su exnovio Borja Rial a las puertas de su casa en Valadares, ya se encuentra en condiciones de declarar. O al menos eso es lo que ha querido confirmar el Juzgado de Violencia sobre la Mujer nº1 de Vigo, al frente de las investigaciones, que remitió al hospital un oficio para conocer el estado de salud de la joven y si ya es posible tomarle declaración.

Según ha podido saber este periódico, Comesaña se encuentra estable y en las últimas jornadas su estado de salud ha mejorado notablemente, tanto que sí estaría ya preparada para declarar por primera vez tras la agresión, hechos que ya relató a sus allegados.

La víctima recuerda todo lo sucedido aquella mañana del 14 de septiembre de 2024. La joven contó a sus familiares, que si bien pudieron auxiliarla a los pocos minutos de la agresión, no fueron testigos de los hechos, cómo Rial la abordó en cuanto salió por el portalón de la vivienda, y casi sin mediar palabra con ella, más allá de una advertencia a modo de «adiós», la roció con gasolina para acto seguido prenderle fuego.

Rápida actuación

Fue la rápida actuación de la propia Yohanna la que evitó la tragedia. La joven consiguió rodar por el asfalto intentando apagar sin éxito las llamas que cubrían buena parte de su pecho, hombros y cuello. Al no ser capaz, corrió de nuevo al interior de la vivienda, y consiguió apagar el fuego con una manguera que se encontraba en la rampa del patio. Sus gritos alertaron a sus familiares, concretamente a su madre y hermana, con los que convivía desde que se separó de Borja Rial hacía un par de meses. La metieron en el coche y la trasladaron de inmediato al Hospital Álvaro Cunqueiro, del que sería derivado al Hospital Ribera Povisa, con prácticamente el 35% de su cuerpo quemado.

Pese al mal pronóstico inicial, la joven ha conseguido reponerse, y aunque aún le espera alguna operación por delante, su estado de salud ha mejorado notoriamente, tanto que es posible que en los próximos días se produzca su comparecencia. Se desconoce si serán el juez instructor o los agentes de la UFAM de la Policía Nacional, con los que está en contacto, los que le tomen su primera declaración.

Independientemente de ello, no serán estas las primeras palabras de Yohanna en la causa. Y es que cuando sus familiares acudieron corriendo a socorrerla, la joven logró pronunciar el nombre y apellidos de su agresor: Borja Rial Rodríguez.

Se negó a declarar

Investigado por una tentativa de asesinato, este varón de 41 años y natural de Gondomar, se encuentra en el penal de A Lama desde los hechos. En su paso a disposición judicial, se acogió a su derecho a no declarar. El hombre fue arrestado poco después de rociar con gasolina a su exnovia Yohanna. Borja Rial abandonó dejando gravemente herida a la joven y se fue a un bar de la zona donde se pidió una cerveza y llamó a un familiar para que acudiera a recogerlo. A este primo le contó lo sucedido, quien lo animó a entregarse en la Comisaría, pero no fue necesario, ya que los agentes lo localizaron rápidamente y procedieron a su detención.

Esta no es la primera ocasión en la que este hombre pisa el penal pontevedrés. Catorce años atrás, concretamente el 17 de noviembre de 2010, el juez de guardia lo envió a prisión provisional tras la muerte de la que era su novia, María Isabel Solla, de entonces 24 años, de un tiro en la cabeza con un arma que pertenecía al propio Rial y para la que carecía de licencia.

En la decisión del juez habría pesado el hecho de que la pistola carecía de documentación y existiese un resultado de muerte en su tenencia ilegal, si bien los resultados de balística y prueba de la parafina (restos de pólvora) confirmaron que se trataba de un suicidio.

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