Entrevista | Mónica Mayo Jefa de sección de la Unidad del Dolor del Chuvi
«Cada año recibimos en la unidad 3.000 nuevos pacientes con dolor»
Organizado por la Unidad de Dolor del área sanitaria de Vigo, la ciudad albergó esta semana el congreso anual de la Sociedade Galega da Dor e Coidados Paliativos, al que asistieron cerca de un centenar de profesionales de distintas especialidades. El objetivo era llevar a cabo una puesta en común y abordar las principales novedades en tratamientos, así como la importancia de trabajar en equipo.

La doctora Mónica Mayo. / Adrián Irago
Jefa de sección de la Unidad del Dolor del Complexo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) e integrante del comité organizador del congreso de la Sociedade Galega da Dor e Coidados Paliativos, la doctora Mónica Mayo analiza la importancia de estas jornadas que han impulsado desde su área de especialización y que han reunido en la ciudad a cerca de un centenar de profesionales sanitarios de diversas especialidades.
-«Enfoque integral en el manejo del dolor» es el título del congreso que celebran estos días en la ciudad, ¿cuál es el objetivo y la importancia de abordar a estos pacientes de forma multidisciplinar?
-Precisamente, el objetivo de este congreso es que todos los profesionales implicados en el dolor tuviéramos la oportunidad de unir nuestros conocimientos y experiencias para dar una respuesta más efectiva al tratamiento del dolor. Al final, abarcamos muchos ámbitos, tanto el psicológico, el físico y también el de la propia calidad de vida del paciente, así como sus familiares y todo el entorno que los rodea. Es por esto que me pareció interesante poder tener esa visión integral del dolor desde el punto de vista de varios especialistas, de valorar la posibilidad de tratar a los pacientes en su conjunto.
-Uno de los aspectos que tratan en el congreso es el empoderamiento de los pacientes, ¿qué estrategias o herramientas les suelen dar los profesionales para lograr este objetivo?
-En las jornadas una de las cuestiones que abordamos es el papel de la enfermería. En mi opinión, el personal de enfermería debería tener un puesto más significativo en el organigrama del Sergas porque son profesionales que, además de aplicar tratamientos específicos a pacientes en la Unidad del Dolor, también suponen un apoyo emocional y guía para este tipo de pacientes. Es lo que sucede con la consulta de enfermería de nuestra unidad, ya que al final nuestras enfermeras llevan a cabo tanto una terapia cognitivo-conductual con ellos, además de una formación en dolor, formación en las dietas que deben seguir, especialmente aquellos pacientes con un dolor crónico y estado inflamatorio, y les aportan una serie de pinceladas. Está claro que sería mucho mejor que poder contar con profesionales como un nutricionista o un psicólogo, pero lo recursos son limitados y lo que intentamos es que las profesionales de enfermería de nuestra unidad se formen en estos aspectos para contribuir a la educación del paciente. Al mismo tiempo, pienso que los propios pacientes también deben formarse por sí mismos, saber que es muy beneficioso para ellos realizar determinados ejercicios. Por ejemplo, los pacientes con algias vertebrales son personas que deben hacer un ejercicio rutinario y tienen que ser conscientes de que eso les va a beneficiar. El paciente debe conocer estos detalles y poder llevarlo a cabo.
-¿Qué volumen de pacientes asume en la actualidad la Unidad del Dolor del área sanitaria?
-El volumen de nuestra Unidad del Dolor es enorme ahora mismo. Tenemos unas dos o tres consultas al día y, en cuanto a citas médicas, aproximadamente estamos en torno a las 20.000. Para esas tres consultas, son muchísimas. Tenemos mucha carga de trabajo e intentamos, entre todos los profesionales de la unidad, que en la actualidad la formamos once anestesistas, tres enfermeras y una auxiliar, sacar adelante y poder aliviar a todo este volumen de pacientes. Aproximadamente, cada año recibimos en la unidad unos 3.000 pacientes nuevos con dolor, que son muchísimos realmente. Pero si nos damos cuenta, al final, ¿a cuánta gente conocemos con dolor? El que no tiene una lumbalgia, tiene dolor de cabeza. Pienso que los profesionales intentan que nosotros, que somos especialistas en tratamiento del dolor, asumamos a todos estos pacientes y nos encantaría atender a más, pero para ello lo ideal sería aumentar la dimensión de la unidad y contar con más profesionales. La unidad la integramos anestesistas, pero necesitaríamos contar también con más profesionales específicos para el tratamiento del dolor. Por ejemplo, incorporar un rehabilitador o un neurólogo, profesionales que, al fin y al cabo, nos den un diagnóstico. Nosotros aportamos a los pacientes el tratamiento, algo que hacemos bien, pero necesitamos más implicación por parte de otras especialidades. Es algo en lo que no tenemos mucho éxito, la verdad, porque al final son pacientes con mucho sufrimiento, pero lo ideal sería incorporar nuevos perfiles profesionales.
«No disponer de nuevos fármacos es desesperante para pacientes y profesionales»
-¿Y cuál es el perfil?
-Pues hay un perfil de pacientes muy variado, de todo tipo. Fundamentalmente, los pacientes con algias a nivel de columna vertebral son la mayoría, el grueso de lo que entra en nuestra unidad. Además, también hay bastante patología de pacientes de dolor crónico, de postoperatorio con dolor crónico o pacientes con fibromialgia, por ejemplo, que son pacientes que se benefician de un tratamiento multidisciplinar. Pero, principalmente, el perfil son pacientes con algias vertebrales, con dolor crónico postquirúrgico y también pacientes con dolor oncológico.
-¿Cuáles han sido los últimos avances en materia del tratamiento del dolor?
-En los últimos años, lo relacionado con el tratamiento del dolor es cierto que se ha estancado bastante. No sabría decir si ha sido el COVID lo que ha frenado un poco todas las iniciativas novedosas, pero realmente en materia de fármacos se han dado muy pocos avances. No ha salido ningún nuevo fármaco para tratamiento del dolor, lo cual es bastante desesperante, tanto para los pacientes como para los profesionales, porque al final tampoco le podemos ofertar nada nuevo. En cuanto a las técnicas, creo que en Galicia aplicamos todas las técnicas posibles y que nos movemos a través de la formación en tratamientos intervencionistas del dolor, ya que efectuamos desde rizolisis a colocación de electrodos de estimulación medular o bombas intratecales. Este es un terreno que previamente era abordado por parte de Neurocirugía, pero como son intervenciones de menor nivel, las asumimos ahora desde la Unidad del Dolor, beneficiando así a los pacientes gracias a estas técnicas. Realmente, poder llegar a aliviar el dolor de un paciente totalmente es muy complicado, pero sí que por lo menos logramos mejorar su calidad de vida, ya que una parte de dolor sí que logramos retirarle.
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