Kirk azota con fuerza Vigo y bate récords de viento

La borrasca provoca casi 180 incidencias en la ciudad, obliga a cancelar casi una decena de vuelos y afecta al tráfico ferroviario

La estación del puerto registró una racha máxima de 122,8 km/h, la más alta en el centro olívico desde que hay registros

3.500 hogares de Vigo y su entorno se quedaron a oscuras

Los coletazos del huracán Kirk se han dejado sentir con fuerza este miércoles en Vigo y su área. Convertido en una potente borrasca, su paso por la ciudad olívica, donde la racha máxima de viento rozó los 123 kilómetros por hora, se materializó en todo un aluvión de casi 180 incidencias que no dieron descanso a los servicios de emergencia.

Una gran balsa de agua que complicó sobremanera el tráfico en la rotonda que conecta Clara Campoamor con la VG-20 y la caída de casi una decena de árboles en el monte de O Castro, donde una joven resultó herida leve al caerle encima la copa de uno de estos ejemplares, fueron algunas de las incidencias más destacadas de una jornada en la que el transporte de ría estuvo paralizado y hubo que cancelar 9 vuelos, entre despegues y aterrizajes, en el aeropuerto de Peinador.

Las lluvias y el fuerte viento –que dejaron a 3.500 viviendas y negocios a oscuras en el municipio olívico y los del entorno y llevaron el caos a la entrada de los colegios– causaron también momentos de tensión en la ría a causa de un mercante que estuvo en riesgo de colisión contra las bateas.

Como se esperaba, Kirk azotó toda Galicia. El viento sopló con fuerza y la racha máxima en Vigo fue de 122,8 km/h en la estación del puerto –en el campus y en Cíes llegaron a los 113,4 y los 110,9 km/h–. Es el valor más alto en el centro vigués desde que hay registros (desde 2012). En el área olívica hubo registros mayores: los 144,7 km/h de San Nomedio, en As Neves, y los 174,6 de Castro Vicaludo, en Oia.

También llovió. Y mucho. En lo relativo a las precipitaciones, cuando el temporal ya había tocado a su fin la cifra de lluvia acumulada en la ciudad era de 39,1 litros por metro cuadrado, aunque en el área el récord estuvo en Fornelos de Montes, que sumaba 85,9. La borrasca golpeó el martes por la noche y durante toda la madrugada de este miércoles: empezó a remitir a las diez de la mañana y pasadas las 12.00 horas regresó la calma.

“El temporal hizo daño en Vigo”, valoraba, pasado ya lo peor, el alcalde, Abel Caballero. La Policía Local, que junto a bomberos y Protección Civil trabajó sin tregua, informó que entre las 12.00 horas del martes y hasta la mañana de hoy contabilizaron 174 servicios en todo el municipio.

49 de esas llamadas fueron por árboles caídos, siendo especialmente significativo lo ocurrido en O Castro, donde a primera hora se vinieron abajo casi una decena de árboles, toda una escabechina que obligó a los agentes a cerrar el acceso rodado al parque. Una joven de 25 años que acababa de estacionar su vehículo sufrió lesiones al ser alcanzada por la copa de un árbol: aunque eran leves, por precaución se dio aviso a los servicios sanitarios, que tras una primera valoración determinaron que no era necesario su traslado al hospital.

Junto a lo ocurrido en O Castro, en la céntrica Alameda se vinieron abajo dos ejemplares de gran porte, otro árbol dañó dos coches en el Paseo de Granada y varios más afectaron al entorno de centros educativos: hubo que cortar la circulación junto al Colegio Marcote, en Cabral, por un árbol caído, otro se precipitó sobre la calzada junto al IES Castelao, afectando también al tráfico, y una rama de grandes dimensiones ocupaba un carril cerca del Amor de Dios. Y con o sin árboles caídos, lo cierto es que la entrada en los centros educativos fue caótica en muchos de ellos a causa del viento y la lluvia. Aunque se suspendieron las actividades en el exterior en todos los colegios gallegos, la actividad lectiva se mantuvo pese a la borrasca.

Vuela la carpa de los bomberos... y una cama elástica

El resto de incidencias a causa de las rachas de viento registradas en Vigo fueron por contenedores desplazados, alumbrado navideño descolgado o caído sobre la vía pública o desprendimientos de planchas, trozos de fachada, tejados o muros.

La carpa habilitada para estacionar los camiones en el parque de los bomberos de Coruxo quedó destrozada y, como incidencias más anecdóticas, una cama elástica salió volando de una propiedad particular en la avenida de Europa, vial en el que también un trampolín acabó en el centro de la calzada .

La lluvia también fue intensa y, de hecho, decenas de conductores se vieron atrapados a las 07.30 horas en un atasco en la rotonda de Clara Campoamor con la VG-20. La glorieta se convirtió en una gran balsa de agua que impedía avanzar a los vehículos y un autobús llegó a quedarse parado y atrapado allí, bloqueando el paso al resto de automovilistas.

Con recintos como parques y cementerios ya cerrados y el transporte de ría cancelado también de antemano, el temporal afectó asimismo a la actividad de Peinador. Hubo que cancelar nueve aviones entre despegues y aterrizajes. Cuatro fueron de Air Europa, que ya el martes anuló sus vuelos de la mañana del miércoles entre Madrid y Vigo, y viceversa.

Los peor parados fueron los viajeros de Vueling procedentes de Barcelona. Tanto el último vuelo de la noche del martes como el primero de ayer despegaron hacia Vigo, pero tuvieron que regresar a la Ciudad Condal. Uno de Iberia procedente de Madrid se vio obligado a dar vuelta cuando estaba ya en Vigo y volvió a Barajas. Estos aterrizajes frustrados provocaron la cancelación de los aviones que debían salir luego desde la terminal olívica.

El tráfico ferroviario se vio asimismo afectado por caídas de árboles: uno obligó a interrumpir la circulación entre Redondela y la bifurcación de Arcade.

Y en el mar, de madrugada, se vivieron momentos de tensión cuando el portacontenedores “CMA CGM Dakhla”, fondeado en el interior de la ría, comenzó a garrear. Ante el riesgo de que se fuese contra las bateas de Moaña, puso rumbo a Cíes para ponerse al abrigo de la isla. Y el buque-escuela de la marina mercante noruega “Christian Radich”, atracado en el puerto desde el domingo, permanecía amarrado.

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