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Una cuarentena de cámaras vigilarán la zona de bajas emisiones del centro de Vigo

El sistema para supervisar los accesos, ya en instalación en la ciudad, capta y reconoce las matrículas y envía un vídeo con el contexto

Sistema de control de acceso a la ZBE del centro instalado en Progreso.

Sistema de control de acceso a la ZBE del centro instalado en Progreso. / José Lores

Quedan unos meses para se pongan en marcha las zonas de bajas emisiones (ZBE) en la ciudad, ya en aplicación en urbes como A Coruña, Pontevedra, Madrid, Barcelona, Sevilla, Zaragoza, Pamplona o las grandes urbes del resto de Europa. Será en 2025, según avanzó hace meses el Concello. El paso previo: la aprobación de la ordenanza, en la cual la entidad local “está trabajando” para llevarla al pleno, sin fecha establecida. Este documento determinará qué vehículos podrán acceder, cuáles no, las excepciones y, entre otras informaciones, los puntos en los que se van a instalar las cámaras para controlar la entrada y salida.

Según los mapas de las cuatro ZBE que tendrá Vigo, facilitados por el gobierno local, habrá 74 cámaras repartidas en estas cuatro zonas, pero destacarán con diferencia en la del centro, donde funcionarán 39, es decir, más de la mitad. La de Praza de Portugal contará con siete y las de Bouzas y O Calvario, con 14 cada una. En el proyecto de implantación de las ZBE, se destaca que, para poder permitir el paso a los estacionamientos públicos en el interior de las zonas, se deberá controlar también la entrada y salida de vehículos de estos aparcamientos, por lo que una entrada a un aparcamiento será como una salida de la ZBE y viceversa.

El equipo principal que ya se está instalando en cada punto de control es un sistema de captación de imágenes y lectura de matrículas: una cámara IP –funciona con el protocolo de internet– de alta resolución que capta y reconoce las matrículas y, al mismo tiempo, envía vídeo con el contexto de la escena. El funcionamiento está previsto tanto de día como en condiciones de baja luminosidad. Para ubicar la cámara en el punto óptimo, para la detección, se instalarán sabre un soporte tipo columna de 6 metros de altura o báculo semafórico de 3,5 metros de alargadera y 6 de altura, en función de si son 1 o 2 carriles.

Las zonas de bajas emisiones (ZBE) no pillarán por sorpresa a los conductores que circulen por Vigo, puesto que el Concello establecerá un periodo informativo previo durante el año de estreno, 2025, en el que, además de instruir a los usuarios, se les concienciará sobre sus beneficios: la protección del planeta, por ende, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos en su conjunto, así como la reducción de la contaminación acústica y el incremento de la seguridad, principalmente, para los viandantes. “Mejor tráfico, contaminación cero y espacio más amable”, resumía el alcalde, Abel Caballero, el pasado mes de marzo.

Ordenanza de zonas de bajas emisiones

La fase informativa, en la que, como dejan claro desde la entidad municipal, “no se establecerá ningún tipo de sanción”, es uno de los resultados de la aprobación de una ordenanza municipal de zonas de bajas emisiones “en la que se buscará el consenso ciudadano” y se concretarán las restricciones. Está en elaboración. Preguntadas por el momento en el que el Concello empezará a sancionar el acceso de vehículos que no cumplen los requisitos a las ZBE, fuentes municipales señalan que, “en 2026, se aplicará lo establecido en la ley”: las multas ascienden a 200 euros –para sancionar, deberá estar aprobada la ordenanza–.

La Ley de Cambio Climático y Transición Energética, aprobada en 2021, obliga a todas las ciudades españolas de más de 50.000 habitantes a establecer estas zonas de bajas emisiones –el plazo señalado es hasta 2023: la medida va con retraso en Vigo y otras muchas localidades de España (solo se aplican las restricciones en una veintena de lugares, según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico)–.

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Sara Fernández

La gran duda sobre las ZBE es qué vehículos podrán acceder. Preguntado por esta cuestión, el Concello señala que se conocerá cuando se lleve la ordenanza al pleno municipal para su aprobación, sesión para la que todavía no hay fecha. En Galicia, según el ministerio, hay dos ciudades con zonas de bajas emisiones ya implantadas: Pontevedra y A Coruña. En la primera, el escenario es muy diferente al de la mayoría de las localidades obligadas a realizar este trámite: el proceso de peatonalizaciones, que comenzó en 1999 en el casco histórico y se extendió años después a otras partes, le permite implantar la ZBE en el centro, O Burgo y Monte Porreiro –entró formalmente en vigor con la instalación de la señalización en marzo– sin limitar tráficos, por lo tanto, sin sanciones.

En A Coruña, se limita el paso de vehículos en la Ciudad Vieja –solo pasan vecinos– y La Marina –buses, taxis, residentes y particulares que van a garajes o al Hotel Finisterre–, ámbitos en los que existían estas restricciones antes de su entrada en vigor. La zona 2, que llegará hasta la ronda de Outeiro, se activará si la calidad del aire es muy mala, pero será difícil llegar hasta este extremo por la ventilación que existe al tener tanta presencia el mar.

Las ZBE generan polémica desde que se anunciaron. Precisamente, a mediados de este mes, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid anuló las ZBE de la capital del Estado al considerar, entre otras cuestiones, una “insuficiencia del informe de impacto económico” de las medidas recogidas en la ordenanza municipal.

Se controlará el paso de “bicis”, patinetes y peatones

Las cámaras de control se instalarán a unos 6 metros de altura orientadas en el sentido de la marcha, de forma que se lee la matrícula por la parte trasera del vehículo. La identificación de matrículas se plantea realizar a unos 15 metros de distancia desde el soporte de cámara. También es necesario instalar un armario de apoyo en las inmediaciones para dar servicio de alimentación eléctrica y comunicaciones con el centro de control. Estos armarios, que se fabrican en INOX para maximizar su vida útil, contienen una caja de terminación de conexiones de fibra óptica y un switch industrial gestionable de comunicaciones –un gestor de red–.

A las cámaras, se sumarán siete puntos de aforado modal de tráfico, que supervisarán la eficacia de las medidas y restricciones. Estas estaciones no se limitarán a los vehículos: registrarán también bicicletas, patinetes o peatones.Así, el Concello podrá saber si se incrementa la movilidad a pie o en medios más sostenibles.

Las cuatro áreas de bajas emisiones de Vigo suman más de 67 hectáreas en total. La más amplia, con diferencia, es la de la zona centro, con 400.000 metros cuadrados restringidos a vehículos contaminantes. Las otras tres zonas del municipio a las que no podrán acceder los automóviles más contaminantes son la de Praza de Portugal, de 37.800 metros cuadrados; Bouzas, de 170.000 metros cuadrados; y O Calvario, establecida por Jenaro de la Fuente, Urzáiz y Gregorio Espino, de 64.000 metros cuadrados. En estas áreas, el Concello ha aplicado actuaciones en favor de la movilidad sostenible: humanizaciones o instalación de rampas mecánicas y ascensores.

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