Las ideas suicidas y las autolesiones son ya la mitad de las urgencias psiquiátricas
E El perfil mayoritario de la unidad del Cunqueiro es el de jóvenes en edad universitaria E El servicio percibe un “incremento muy grande” con respecto a antes de la pandemia

Jóvenes en el Aula de estudio de la UNED en Vigo / Marta G. Brea
“Poco sorprendente”, aunque “muy preocupante”. Así ven en las urgencias psiquiátricas del Hospital Álvaro Cunqueiro los resultados del estudio del Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur (IISGS) en el que se determinaba que una cuarta parte de los universitarios gallegos ha pensado en el suicidio en el último año y un 4,9% considera posible llegar a intentarlo. Se corresponde con lo que, en los últimos años, les está entrando por la puerta. “Incluso, si lo hubiera tenido que estimar a ciegas, habría dicho más”, expone el responsable de esta atención, el doctor Alberto de la Cruz. Y es que las ideas de quitarse la vida, junto a los gestos autolesivos –que no tienen por qué conllevar intención suicida– representan ya más de la mitad de los casos que atienden. No pueden dar cifras concretas, porque carecen de una recogida de datos estandarizada que permita analizarlo, pero cuenta el psiquiatra que la percepción de los profesionales es que ha habido “un incremento muy grande” desde la pandemia de COVID. “La sensación que tenemos es que antes podíamos tener más descompensaciones de pacientes con psicosis, trastornos bipolares y así”, desarrolla el doctor De la Cruz.
Estos casos de ideación suicida les llegan a través del propio paciente que acude al Cunqueiro a solicitar ayuda, de su entorno que lo lleva o de profesionales de los centros de salud o de Salud Mental a los que les habla de su situación. El Servicio de Salud Mental del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) dispone de un psiquiatra las 24 horas al día, los 365 días de la semana, dedicado a las urgencias. La cifra de atenciones diaria es muy variable, pero en la actualidad no bajan de las 6 o 7 diarias.
Más de la mitad lo constituyen personas que intentan suicidarse o tienen ideas de sacarse la vida y las que se autolesionan. Estas últimas no implican necesariamente que busquen morir. De hecho, el doctor De la Cruz explica que muchos lo usan a modo de ansiolítico, les alivia. Habitualmente son cortes poco profundos y, menos frecuentes, mordiscos y golpes.

Las ideas suicidas y las autolesiones son ya la mitad de las urgencias psiquiátricas
"Hacemos lo que podemos, pero a menudo nos vemos atados de manos. No damos abasto"
“No sabemos de dónde viene este incremento masivo que hemos tenido en los últimos años”, admite el psiquiatra, que explica que es algo multifactorial. “No podemos atribuirlo a patología mental previa”, amplía.
“La gente joven es la que ahora mismo predomina” en estos casos, según confirma el psiquiatra. El perfil mayoritario coincide en la franja de edad habitual de la formación universitaria. Al igual que el estudio del farmacéutico Pablo Juan Salvadores, ven una mayor prevalencia de las ideas suicidas entre las mujeres, aunque recuerdan que son los hombres los que consiguen una mayor letalidad cuando lo intentan.
De la Cruz plantea que puede ser que la gente joven tolere peor la frustración, que no tenga herramientas para afrontarla. “Es un tema francamente complejo”.
Llama a intervenir de forma preventiva en esta franja de edad y en toda la población que manifieste un riesgo en esta línea. Y que, cuando alguien solicite ayuda, haya recursos para atenderle, analizar su situación y pautar un seguimiento especializado si es el caso.
Recuerda que en los últimos años se incrementaron de forma notable los medios incorporados por el Servizo Galego de Saúde en Salud Mental, como la creación de las unidades de prevención del suicidio en todas las áreas sanitarias gallegas. Pero se partía de una oferta muy reducida y, al mismo tiempo, se incrementó mucho y muy rápido la demanda.
“Hacemos lo que podemos, pero muchas veces nos vemos atados de manos porque no damos abasto”, señala y añade: “Es pelear una batalla con pocos soldados”.
Claves del estudio en universitarios gallegos
Un 25% pensó en el suicidio
La investigación de Cardiología del Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur destaca que uno cada cuatro pensó en suicidarse en el último año.
Un 4,9% ve posible intentarlo
El trabajo liderado por Pablo Juan Salvadores cifra en uno de cada 20los estudiantes que consideran posible hacerlo.
Un 4% confiesa que ya lo ha intentado
Entre los estudiantes de las universidades de Vigo y A Coruña, un 4% admite que ya intentó quitarse la vida en algún momento
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Las ideas suicidas y las autolesiones son ya la mitad de las urgencias psiquiátricas
"Preocupa o 4% que xa o tentou. É o que máis prevé novos intentos"
“Pensar no suicidio é algo máis habitual do que parece”, sostiene Xacobe Abel Fernández García, presidente de la sección de Psicoloxía e Saúde del Colexio de Psicoloxía de Galicia. Por eso, que uno de cada cuatro universitarios gallegos lo haga no le sorprende. “Se estás nun traballo que non te gusta, pensas en deixalo. Se estás nunha vida que non te gusta, pensas en deixala”. Pero eso no quiere decir que lo vayas a hacer. Donde él observa el mayor problema en los datos del estudio del IISGS sobre el riesgo de suicidio en estos estudiantes es en el 4% que confiesa que ya lo ha intentado.“Inicia un camiño no que o suicidio é unha forma de relacionarse coa vida”, expone y defiende que el problema del suicidio “non é tanto a morte en sí” si non “que é unha decisión que se adoita tomar por motivos equivocados e, polas condicións nas que se toma, se prevé que é unha decisión da que arrepentirse”. Y más en la adultez joven o la postadolescencia, en las que influyen tanto las emociones y en las que hay tantas incertidumbres. “O que máis fai temer intentos de suicidio e telo probado antes, iniciar ese camiño”, destaca y amplía: “a morrer é bo terlle medo e os intentos de suicido fan perderllo progresivamente”. Confirma que hay una “sensación de que esta baza se está a xogar cada vez máis”. Aplaude que se hable más del suicidio pero advierte del riesgo de caer en su romantización o banalización. “É importante falar do suicidio como indicador de que algo vai mal e, probablemente, sexa solucionable. Nos está indicando que é momento de pedir axuda”.
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