El polo aeroespacial y de defensa vigués atrae a firmas punteras a nivel global y empleos TIC
Empresas como Indra, Tecnobit, Sener, Alén Space o Inster emplean a centenares de ingenieros, la mayoría en Porto do Molle y el campus
Buscan perfiles técnicos y se apoyan en la UVigo y en centros tecnológicos como Gradiant

Prototipos no tripulados de Indra para aviones y barcos presentados en Vigo en una imagen de archivo / Ricardo Grobas
Después de conquistar los mares y las carreteras, Vigo y su área se lanzan ahora a por los cielos. La industria aeroespacial, singularmente la relacionada con seguridad y defensa, ha erigido en la ciudad uno de sus principales polos a nivel nacional con media docena de empresas punteras y cerca de doscientos empleos directos de alta cualificación.
Y es que si los astilleros en el siglo XIX y la llegada de Citroën hace 60 años convirtieron al naval y la automoción en dos señas de identidad de la economía olívica, ahora los drones, los satélites y los sistemas de comunicación se convierten en una nueva oportunidad para crecer.
En un contexto global en el que Europa trata de reducir su dependencia tecnológica y en materia de defensa de Estados Unidos –mientras los tambores de guerra siguen sonando de fondo– ya son varias las compañías que han puesto sus ojos en la cantera de ingenieros que representa la Universidade de Vigo y se han instalado en el campus o en Porto do Molle.
Indra, Tecnobit, Inster, Alén Space –integrada en el gigante GMV desde el pasado año– o Sener, quien acaba de firmar un acuerdo con la nigranesa UARX Space –que participa en un consorcio que acaba de recibir 42 millones de euros del Perte Aeroespacial–, forman parte de esta constelación.
Las claves del despegue
El nuevo polo industrial abarca desde los drones y todo el ámbito aeropespacial a la defensa, seguridad y comunicaciones.
2) Captar talento desde la base
Las sinergias con la UVigo permiten a las empresas contratar ingenieros jóvenes para poder formarlos y especializarlos en el sector.
3) Apuesta estratégica del Gobierno y la UE
La situación geopolítica mundial ha hecho que España trate de reducir la dependencia tecnológica con un firme apoyo en grupos como Indra.
El ecosistema de empresas abarca de esta forma casi todas las ramas posibles de la cadena de valor. El gigante GMV –responsable de renovar el sistema Galileo de la Agencia Espacial Europea– y los vizcaínos de Sener se han especializado en los ámbitos de la defensa y la seguridad en general.
A él se suma la madrileña Tecnobit, aunque esta última se centra en las comunicaciones. Esta última forma parte del Grupo Oesia –de más de 3.300 empleados– en el que también se incluye a Inster para comunicaciones satelitales terrestres, navales, aéreas y espaciales; así como el acceso inalámbrico de alta capacidad.
Igual que hicieron empresas como Stellantis, CTAG y otras auxiliares del Clúster de Automoción, estas compañías han puesto el foco en la Universidade de Vigo como fuente para captar nuevos perfiles desde sus grados de Aeroespacial (campus de Ourense) o los emblemáticos de Telecomunicaciones e Industriales en el campus vigués. A ellos se suman el Centro Tecnológico de Telecomunicaciones de Gradiant y otras aceleradoras de tAlénto o empresas.
Indra como nuevo líder nacional
Sin embargo, hay una empresa que sobresale por encima del resto. Indra, que en Vigo tenía localizadas hasta hace poco sus instalaciones en Citexvi– acaba de lanzar un plan de futuro para convertirse en un gigante del negocio de defensa y seguridad, fijando la compra del grupo de satélites de Hispasat como uno de los objetivos más a tiro.
La empresa –controlada en un 28,00% por el Sepi– aspira a convertirse en la “Campeona de España” del sector y ha recibido un notable apoyo del Gobierno para lograrlo.
Por su parte, Alén Space y UARX, si bien están centradas en los satélites civiles y comerciales, han sido adquiridas por matrices y grupos con intereses en el sector de defensa y la seguridad.
A punto los 4 satélites “made in” Nigrán para la constelación Sateliot
Si preparar un satélite para lanzarlo al espacio es un reto, hacerlo con cuatro a la vez es un caso casi único. La startup viguesa Alén Space ultima la preparación de los cuatro equipos encargados para la próxima misión de SpaceX –propiedad de Elon Musk– con el que darán conexión de 5G a 350 clientes de medio centenar de países.
Todo este trabajo para la “constelación” que prepara la catalana Sateliot se desarrolla en el Edificio Tecnológico Aeroespacial en Porto do Molle donde este spin-off de la Universidade de Vigo ha montado su cuartel general especializado en el sector espacial.

David Regades durante su visita a las instalaciones de Alén Space / FdV
Allí acudió la semana pasada el Delegado del Estado para Zona Franca, David Regades, quien se congratuló de los trabajos de una compañía que fue protagonista en la quinta edición del programa de aceleración de empresas ViaGalicia. “Es un orgullo para Vigo; está al alcance de muy pocos a nivel global”, destacaba durante su visita.
Su puesta en órbita está prevista para este mismo verano y se realizará a bordo de un cohete de SpaceX desde la Base de la Fuerza Espacial de Vandenberg, situada en California (Estados Unidos). La singularidad de estos cuatro satélites en construcción está en los paneles solares de sus alas desde los que “se alimentarán” durante sus seis años de vida. Agotado ese tiempo, “se autodestruirán” al regresar a la atmósfera terrestre y desintegrarse hasta quedar reducidos a polvo.
Tecnología en constante desarrollo
Fuentes del sector explican el mayor respeto del medio ambiente que para este mismo tipo de satélites hace unos años habría sido necesario uno veinte veces más grande y pesado. Estos cambios se deben a la evolución de la tecnología aeroespacial y que “la obsolescencia es muy rápida”, dicen. La tecnología que da sentido a Sateliot se basa en la internet de las cosas –internet of things (IoT)–.
Con ella, serán capaces de conectar cualquier dispositivo, a través de sensores, en cualquier lugar del mundo. on ellos conectarán cerca de siete millones de dispositivos, entrando así en la fase comercial de la compañía. Lo hacen con una estrategia concreta: ir más allá de las grandes ciudades y centrarse en garantizar conectividad en los territorios que todavía no la tienen, o donde es muy débil y a precios bajos.
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