La variante de Cerdedo no estaría en servicio, como mínimo, hasta 2042

La legislación actual no contempla el inicio de obras hasta 2033

El trazado propuesto por UGT para unir Vigo y Ourense acumula 20 años de trámites

La Salida Sur permitiría viajar por la vía del Miño y evitar el rodeo por Santiago

Un tren de Alta Velocidad entre Vigo y Ourense a su paso por Arcade

Un tren de Alta Velocidad entre Vigo y Ourense a su paso por Arcade / Antonio Pinacho

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

Para poder llevar unir de forma directa la provincia de Pontevedra a Ourense y el resto de España se ha defendido la variante de Cerdedo, un trazado de 54 kilómetros entre Portela y Maside. El proyecto propuesto por la sección ferroviaria de UGT hace 20 años contó con el apoyo de empresarios, gobiernos de distinto signo y agentes sociales. Sin embargo, desde su concepción la red de Alta Velocidad ha multiplicado por tres su longitud, pero esta línea no ha pasado de los papeles.

En 2018 se adjudicó un Estudio Hidrogeológico que debía determinar si la línea era viable al atravesar 504 masas de agua, evitando así situaciones como las vividas en Pajares. A pesar de que la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil dio su visto bueno este verano, no ha vuelto a haber avances ni pistas sobre su futuro.

Teniendo en cuenta la legislación española vigente, para su puesta en funcionamiento serían necesarios un Estudio de Viabilidad (24 meses), un Estudio Informativo que definiera el trazado (24 meses), una Declaración de Impacto Ambiental que lo avalara (18 meses), la redacción de los proyectos constructivos (18 meses), su aprobación y adjudicación.

De esta forma las obras no arrancarían, como mínimo, hasta dentro de diez años siempre y cuando no haya parones administrativos como el que el Gobierno de Rajoy en la década pasada provocó al dejar caducar los estudios previos al no licitar ni un solo kilómetro de obra. Esta parálisis obligó a reiniciar de cero el contador con una legislación más restrictiva.

El trazado es de una enorme complejidad técnica con un tercio discurriendo en túneles y unas condiciones similares al inaugurado ayer en la Cordillera Cantábrica. Es por ello que requeriría de al menos seis años de obras a los que habría que sumar las obras de plataforma, superestructura, electrificación y las pruebas. Si todo va bien, su puesta en funcionamiento no llegaría hasta el 2042.

Hasta entonces los trenes seguirán realizando el rodeo actual por Santiago, a la espera de la Salida Sur que permitiría conectar con la línea del Miño y mejorar (ligeramente) esos tiempos.

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