Gran Vigo
El peaje por circular por la AP-9 entre Vigo y A Coruña enfila los 19 euros a partir de enero
La previsión al alza del IPC y el canon acordado con Audasa elevarán casi un 5% las tarifas el próximo año
La concesionaria recibió entre enero y junio 28,3 millones en bonificaciones y transferencias del Gobierno

Cabinas de peaje de la AP-9 en Porriño, en una imagen de archivo de este año / Marta G. Brea
Como cada mes de noviembre, las luces de Navidad comienzan a engalanar las calles de las ciudades, las compras se aceleran en el Black Friday y los conductores gallegos vuelven a hacer cuentas con el “tarifazo” que llegará con el nuevo año en la Autopista del Atlántico.
Las previsiones de la subida del IPC para este 2023 y el canon anual del 1% que debe recibir Audasa por la ampliación del Puente de Rande y la circunvalación de Santiago elevaría hasta casi un 5% las tarifas el 1 de enero, de forma que el precio por circular entre Vigo y A Coruña alcanzaría los 19 euros por viaje.
Todo ello quedaría supeditado, no obstante, a la decisión del Gobierno sobre la limitación al 4% en las subidas que deben asumir los conductores de forma directa y a las tarifas que aprobará el Consejo de Ministros en el mes de diciembre. En cualquier caso, el resultado será el mismo: la concesionaria siempre ganará en sus cuentas. Según la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), la tasa de media anual de inflación para este 2023 se situaba en el 3,8% en el mes de octubre; aunque el dato definitivo que se usará como base se dará a conocer hoy miércoles.
A este porcentaje hay que sumar, como cada nuevo año, el 1% acordado por el Real Decreto 1733/2011 aprobado con Jose Blanco como ministro de Fomento y que entró en vigor el 1 de enero de 2018, cuando las obras de ampliación de Rande aún no habían culminado.
Si aplicamos ese incremento máximo del 4,8% a las tarifas estrenadas el pasado 1 de enero veremos incrementos notables. Recorrer los poco más de 150 kilómetros entre Vigo y A Coruña pasaría de los 18,15 euros a 19; mientras que el recorrido íntegro desde Ferrol hasta la frontera portuguesa en Tui alcanzaría los 27,70 euros. En el caso de Vigo a la ciudad departamental, la cifra crecería más de 1 euro desde los 23,4 euros hasta los 24,5.
En los trayectos intermedios de la Autopista del Atlántico también vemos saltos similares que se suman a los vividos durante el último lustro. El viaje entre Vigo y Pontevedra pasará de 4,3 a 4,5 euros; y hasta Santiago de Compostela de los 10,7 estrenados este año a los 11,5. También los peajes hacia el área metropolitana olívica se verán incrementados, con unos cinco céntimos más entre Vigo y Redondela y 15 entre la salida de O Morrazo hacia la capital provincial.
De esta manera se repetirá la situación vivida hace un año, aunque con algunos matices. La descomunal inflación originada tras el estallido de la guerra de Ucrania (8,46%) provocó que Audasa reclamara un “tarifazo” que rozaba el 9,5%. Doce meses después, y pese a la estabilización de los precios, el resultado final sería similar.
Un “milagro” contable en la deuda y los dividendos
Si bien cada año las tarifas de la AP-9 suben, la deuda de Audasa se mantiene casi cada año, siendo de 1.034,4 millones el pasado mayo. Esto se debe a que en cada ejercicio contable, la sociedad del grupo Itínere emite nuevas obligaciones para costear las de años anteriores, por lo que su amortización de la infraestructura se mantiene anualmente. Al mismo tiempo, la concesionaria ha otorgado 467 millones en dividendos durante la última década. De esta manera, de cada diez euros que repartía entre sus socios, elevaba su pasivo en casi cinco.
Tope en el 4% al usuario
Estos incrementos máximos serían, en cualquier caso, en las cuentas de la empresa Autopistas del Atlántico S.A. (Audasa). En el último Consejo de Ministros de 2022 se decidió que los conductores “solamente” asumirían un encarecimiento del 4% en cada revisión tarifaria, mientras que el montante restante se pagaría directamente a las concesionarias. Para ello presupuestaban 24,3 millones de euros este año que se repartirían también entre la AP-6 (propiedad de Abertis) y la AP-46 del fondo Vauban.
A pesar de que las ayudas recogidas para contener inflación en el RD 20/22 se van a ir minorando hasta desaparecer antes del 1 enero 2027, en el cómputo global Audasa siempre saldrá beneficiada. La empresa tiene la garantía de que cada año podrá subir los precios en base al IPC, el 1% pactado y contar además con la garantía a su “equilibrio patrimonial” por parte del Gobierno. Un negocio redondo.
A ello se suma la investigación de la Comisión Europea por la prórroga de la concesión de la columna vertebral de la Galicia occidental hasta el 2048. El pasado 23 de septiembre se cumplieron dos años desde la comunicación del expediente por parte del órgano europeo sin que por el momento haya trascendido ningún avance. Desde entonces, el Gobierno central ha rechazado repetida y taxativamente publicar sus alegaciones o informar de su postura ante este pleito alegando la “confidencialidad” de la misma.
Mientras tanto, los beneficios de Audasa se han visto regados con dinero público de forma recurrente. Según las cuentas presentadas este verano, solamente en los primeros seis meses del año había recibido 28,3 millones de euros en base a la limitación de tarifas ya citada (4,283 millones), las bonificaciones a usuarios recurrentes del RD 681/2021 (17,901 millones) y los peajes en la sombra descontados a los conductores (6,116 millones de euros). De esta forma, tres de cada diez euros facturados en el primer semestre fueron a través de transferencias desde la misma administración que mantiene bajo secreto su postura sobre la explotación de la AP-9 de forma privada durante los próximos 25 años.
Al mismo tiempo, esta cifra seguirá incrementándose durante los próximos años. El mismo Consejo de Ministros de hace once meses renunció a liquidar la deuda de 400 millones “de golpe”, garantizando su pago de forma progresiva durante los próximos cuatro ejercicios.
A ello se suma el acuerdo de investidura entre PSOE y BNG que ampliará los descuentos vigentes desde hace dos años para rebajas de hasta el 75% para usuarios recurrentes. Y aunque las bonificaciones para el transporte público seguirán vigentes en 2024, el tren y el autobús siguen sin ser una alternativa 100% viable al coche particular fuera de las ciudades por la falta de frecuencias, plazas y retrasos.
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