Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Patrimonio cultural

El tesoro artístico de Vigo, una colección digna de admirar

Concebida como una extensión del Museo Quiñones de León, la pinacoteca Francisco Fernández del Riego pone en valor los fondos pictóricos municipales

El tesoro artístico de Vigo, una colección digna de admirar

Para ver este vídeo suscríbete a Faro de Vigo o inicia sesión si ya eres suscriptor

Suscríbete

¿Ya eres premium? Inicia tu sesión aquí aquí

Pedro Fernández

Carolina Sertal

Carolina Sertal

En el interior del antiguo Pazo de Arias Taboada se erigió en 2011 uno de los espacios artísticos imprescindibles de la ciudad. Concebida como una extensión del Museo Quiñones de León con el objetivo de acercar a la ciudadanía los valiosos fondos pictóricos que forman parte del patrimonio artístico e histórico del Concello de Vigo, la pinacoteca Francisco Fernández del Riego acoge desde hace más de una década diferentes colecciones de arte de los mejores creadores gallegos del siglo XIX y XX.

Recorriendo las plantas baja, primera y segunda, los visitantes pueden descubrir exposiciones temporales que pretenden poner en valor parte del tesoro artístico que custodia Vigo, dando a conocer aquellas obras que conserva el Museo Municipal y que de otra forma sería imposible contemplar, puesto que el Concello cuenta con más de 700 obras de los grandes artistas gallegos de los dos últimos siglos y, tal y como aseguraron fuentes municipales, “es una gran apuesta de este Gobierno local acercar este patrimonio a la ciudadanía”.

La tercera planta alberga la única exposición permanente de la pinacoteca. En ella se encuentra parte del legado de Manuel Colmeiro, que fue donado por su familia a la Administración local en el año 2017 a cambio de divulgar su obra en la ciudad olívica. Nada más entrar en la sala, los visitantes encuentran un panel en el que, además de una pequeña biografía del artista, se explica que Colmeiro está considerado como uno de los miembros más destacados de la generación de “Os Novos”, quienes renovaron el lenguaje plástico en Galicia a partir de los años 30 del siglo pasado, puesto que gracias a su personalidad se transformó en un referente de la historia del arte gallego contemporáneo.

Fruto de la estrecha relación que el intelectual y activista político Francisco Fernández del Riego mantuvo con grandes artistas de su época, incorporó a su colección personal obras de los mismos, logrando hacerse con una gran cantidad de fondos pictóricos que llevaban la firma de Laxeiro, Castelao, Maside, Faílde, Colmeiro, Manuel Torres o Lugrís, entre otros. Si bien inicialmente la pinacoteca albergó una sección biográfica de Francisco Fernández del Riego, con cartas y documentos sobre su figura, estos fueron trasladados junto con su archivo a la Casa Galega da Cultura, quedando en la pinacoteca algunos cuadros de su propiedad que se pueden visitar hasta el 7 de enero de 2024 en la primera y en la segunda planta.

Debido a las restricciones a las que se vieron sometidas en el mundo del arte, la presencia de las mujeres es escasa entre el patrimonio artístico de Vigo, sin embargo, con el objetivo de otorgarles el lugar que merecen y reparar su memoria, otras de las apuestas por parte del Concello de Vigo es dar visibilidad a los cuadros diseñados por ellas. Comisariada por el historiador vigués José Luis Mateo, quien logró rescatar el legado de Elina Molins y Blancha Chao, la planta baja de la pinacoteca acoge en la actualidad la muestra Pinceladas do esquecemento, con 40 composiciones artísticas de estas dos pintoras viguesas que fueron de élite en su momento.

Carlos Maside - “Rapaza na praia” (1943)

lección digna de admirar | MARTA G. BREA

“Rapaza na praia” (1943) / Marta G. Brea

Referente para las vanguardias pictóricas gallegas

A lo largo de su trayectoria artística conjugó el cubismo, el realismo mágico y el expresionismo, lo que le llevó a convertirse en uno de los grandes referentes para las vanguardias pictóricas de la comunidad gallega, así como en el artista que aglutinó a los conocidos como “Os Renovadores”.

La incursión de Carlos Maside en la vida cultural da comienzo en el año 1920, época en la que vivió a caballo entre Santiago de Compostela y Vigo, y fue en el año 1923 cuando inició su colaboración en las páginas de FARO con viñetas críticas con la dictadura de Primo de Rivera. Finalmente, en 1925 se trasladó a la ciudad olívica para trabajar en El Pueblo Gallego, junto a Dieste y Manuel Antonio.

Su primera gran exposición individual llegó en 1932 y tuvo lugar en el Casino de Vigo, lo que constituyó un auténtico acontecimiento social y artístico. La Guerra Civil marcó un punto de inflexión en su vida, puesto que fue destituido como profesor de dibujo y la condena de no poder exponer o difundir su obra cayó sobre él, que descartó el exilio, como una losa.

Luís Seoane, “Noticias dos homes” (1969)

lección digna de admirar | MARTA G. BREA

“Noticias dos homes” (1969) / Marta G. Brea

El artista más universal de “Os Renovadores”

Fue uno de los artistas más completos que Galicia alumbró en el siglo XX. Tras estudiar Derecho en Santiago, rápidamente se integra en los círculos culturales y artísticos de la época, que caminaban hacia la renovación. Separado forzosamente de su tierra natal, Luís Seoane siempre se caracterizó por su gran compromiso sociopolítico, situando a Galicia en el centro de su arte, plasmándola especialmente a través de la figura femenina.

La mujer trabajadora y su representación como emblema fueron los prototipos que Luís Seoane más veces retrató, ocupando la mayor parte de los lienzos, tanto de manera individual como colectiva, convirtiéndolas a ellas en auténticos iconos para simbolizar a la tierra gallega y sus problemáticas.

Con el estallido de la Guerra Civil se ve obligado a exiliarse a Buenos Aires y en el año 1962 le conceden el Premio Palanza de la Academia Nacional de Bellas Artes argentina. Previamente, en 1958, logra la medalla de plata en la Exposición Universal de Bruselas, llegando a convertirse en el artista más universal de “Os Renovadores”.

Julia Minguillón, “Retrato de Francisco Fernández del Riego” (1950)

lección digna de admirar

“Retrato de Francisco Fernández del Riego” (1950) / Marta G. Brea

Una primera medalla en la Nacional de Bellas Artes

“Julia Minguillón ha trabajado en este cuadro con afanoso espíritu. Mi retrato está aquí, ya terminado. Se destacan la cabeza entrecana, los labios resaltados, los ojos abiertos con fijeza tras el cristal de las gafas. En el conjunto, la nota inequívoca de mi yo, dicha con un dibujo de trazo seguro, y una pintura de calidad”. Son palabras de Francisco Fernández del Riego que, en el año 1950, reaccionaba así ante el retrato entregado por la pintora lucense Julia Minguillón, una de las pocas españolas que obtuvo la primera medalla en la Nacional de Bellas Artes y una de las escasísimas pintoras gallegas que logró repercusión estatal a lo largo del siglo XX.

Julia Minguillón se caracterizó por cultivar el retrato, género gracias al que representó aparte de la burguesía de la época y con el que participó en su primera exposición, en el año 1933. Con La Escuela de Doloriñas alcanzó en 1941 la primera medalla en la Nacional de Bellas Artes, obra que llegó a ser expuesta en Berlín y en la Bienal de Venecia. En 1949 se trasladó a Vigo, cuando su marido, Francisco Leal, fue nombrado director de FARO.

Castelao, “Tampouco volven as sardiñas” (1924)

lección digna de admirar

“Tampouco volven as sardiñas” (1924) / Marta G. Brea

Escenas de la emblemática serie “Cousas da vida”

Desde 1922 hasta 1925, la portada del semanario vigués Galicia incluyó los pequeños dibujos que creaba acompañados de sus textos más irónicos. Su amigo Valentín Paz Andrade dirigía aquella publicación y, tras su cierre en 1925, Castelao continuó diseñando semanalmente escenas humorísticas, pero para FARO, en una serie que el artista tituló Cousas da vida.

Si bien el primer dibujo que Castelao publicó en el periódico decano de la prensa española no figura en las biografías ni en las recopilaciones del autor y no está incluido dentro de la famosa serie, aparece en la página 24 del ejemplar del 1 de enero de 1926, reflejando la hermosa cabeza de un hombre adulto bajo el título de Apunte.

Son precisamente algunos de aquellos ingeniosos y emblemáticos dibujos llenos de la “retranca galega” de Castelao, que lo llevaron a convertirse en el artista gallego más popular de la época, los que se atesoran entre los fondos pictóricos del Concello de Vigo y que, en la actualidad, se pueden contemplar y disfrutar en una de las salas de la pinacoteca.

Urbano Lugrís, “Paisaxe de Vigo” (1953)

lección digna de admirar | MARTA G. BREA

“Paisaxe de Vigo” (1953) / Marta G. Brea

Una representación de la vista a la ciudad desde el mar, con la fortaleza de O Castro culminando el paisaje, el puerto, la Concatedral-Basílica de Santa María y las Cíes al fondo, todo ello bajo dos sirenas sosteniendo otro de los emblemas de Vigo, su escudo. Es la composición que el pintor y muralista Urbano Lugrís diseñó para confeccionar una gran vidriera destinada al Hotel Moderno. Data en 1953, Lugrís la tituló Paisaxe de Vigo y la importancia artística y patrimonial de esta obra radica en que, hasta la fecha, es la única vidriera en Galicia cuya autoría es del artista coruñés.

Lugrís no solo ideó Paisaxe de Vigo para la ornamentación del rebautizado como Gran Hotel, pues en el Quiñones de León permanece expuesto el gran mural Misterios do mar, restaurado en 2017 y pintado al óleo directamente sobre la pared de hormigón y granito de uno de los enormes salones del hotel vigués. En el caso de la gran vidriera que permanece expuesta en la actualidad en la pinacoteca, esta fue elaborada en la emblemática cristalería La Belga y restaurada con motivo de la muestra.

Mercedes Ruibal, “Viaxe espacial” (1984)

lección digna de admirar | MARTA G. BREA

“Viaxe espacial” (1984) / Marta G. Brea

Viguesa Distinguida y segundo premio Kramer

“Esta es Mercedes Ruibal de la risa / esta es Mercedes Ruibal del diablo/ La de la burla con aire de gaita / la de los cuentos con patas de sátiro (...) No le preguntes jamás lo que nace / de los colores que acunan sus brazos”. El poeta Rafael Alberti dedicó estos versos a la mujer que se inició en el mundo de la pintura de la mano de su amigo y mentor Laxeiro, llegando a desarrollar su propio expresionismo sobre el lienzo elaborando una pintura irónica, crítica y comprometida.

Mercedes Ruibal se vio obligada a emigrar por la Guerra Civil y al regresar, en 1957, realizó una serie de exposiciones en Vigo, ciudad en la que residió gran parte de su vida. Sus obras se llegaron a exponer en Buenos Aires, Roma, Florencia, Lisboa, París o Londres y en el año 1964 obtuvo el segundo premio Kramer en la Bienal Hispanoamericana de Arte, mientras que en 1992 fue nombrada Viguesa Distinguida.

En una entrevista a FARO, la icónica artista explicaba que para ella la pintura “es como algo que baila y baila... No podría quedarme sin oficio, necesito estar vital. Sin tocar el pincel no me veo”.

Arturo Souto, “Composición Mariña” (1958)

lección digna de admirar

“Composición Mariña” (1958) / Marta G. Brea

Un pincel destacado en la generación de “Os Novos”

Jugó un papel relevante en el Movimiento Renovador del arte gallego, una generación que estuvo integrada por sus coetáneos Maside, Seoane, Laxeiro o Colmeiro, que también pasaron a la historia como “Os Novos” y por su afán de conocer las tendencias asociadas a las vanguardias del siglo XX. Arturo Souto fue el único pincel de dicha hornada de creadores que contó con formación reglada, puesto que tuvo la oportunidad de estudiar Bellas Artes en Sevilla y en Madrid.

En el año 1933, tras lograr el Premio Roma, se desplazó a la ciudad italiana para continuar desarrollando su trayectoria artística que estuvo muy marcada por los estilos que se cultivaban en aquellos lugares en los que residía. Así, Souto es un artista con etapas bien diferenciadas por el uso cromático, la estética y las temáticas. El pintor pontevedrés se caracterizó por la representación de escenas de cabaret, de la Guerra Civil, de paisajes castellanos y, a raíz de su exilio a México, desarrolló un estilo colorista influenciado por el muralismo de Diego Rivera, coqueteando también con la abstracción.

Manuel Colmeiro, “A Sega” (1930)

lección digna de admirar

“A Sega” (1930) / Marta G. Brea

La valiosísima donación de la familia Colmeiro

A finales del año 2017, la familia de Manuel Colmeiro y el Concello de Vigo rubricaron la cesión a la ciudad de una importante selección de óleos y dibujos de uno de los artistas gallegos más relevantes del pasado siglo XX. Fueron la hija del pintor, Elena Colmeiro, y su nieta, Alba Corral, las dos representantes de la familia que sellaron aquel acuerdo, unas dos décadas más tarde desde que el autor expresara en vida su intención de legar parte de su obra pictórica a Vigo, ciudad en la que llevó a cabo su primera exposición individual en el año 1928.

A raíz de aquella valiosísima donación, un conjunto de 21 óleos y 145 dibujos en los que están presentes prácticamente todas las etapas del pintor, todas las temáticas propias y la gran variedad de técnicas que empleó a lo largo de su trayectoria, se erigió la que supone la única colección permanente de la Pinacoteca Francisco Fernández del Riego. Situada en la tercera planta, los visitantes pueden contemplar en la muestra los 21 óleos y una pequeña serie de dibujos, en los que la mujer y el costumbrismo gallego tienen gran protagonismo. 

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents