La vuelta al cole provoca que estas últimas semanas los médicos de familia y pediatras de los centros de salud atiendan sobre todo procesos respiratorios en niños, normalmente con pocos síntomas. Y es que las guarderías, por ejemplo, suelen ser un importante foco de contagio de infecciones de este tipo. Pero los profesionales sanitarios de Atención Primaria están detectando un preocupante aumento de pacientes que acuden a la consulta por problemas relacionados con la salud mental. “Están aumentando mucho. Nos llegan personas con ataques de pánico, crisis de ansiedad, estrés...”, explica Alberto Pazos, doctor en el centro de salud de Sárdoma. La situación es generalizada.
“También nos está pasando en La Doblada. Lo que estamos notando es que nos llegan muchas personas con problemas de estrés y ansiedad derivados del trabajo o de situaciones familiares”, explica una facultativa de ese ambulatorio. Los médicos de familia en estos casos precisamente lo que están haciendo es prescribir un tratamiento para atajar los síntomas que presentan los pacientes. Por ejemplo, ansiolíticos, antidepresivos o algún medicamento hipnótico para aquellos casos de trastornos del sueño.
Lo ideal sería combinar este tratamiento farmacológico con la psicoterapia. El problema es que los profesionales de salud mental del área sanitaria de Vigo tienen una elevada lista de espera. Sin ir más lejos, tal y como explica Alberto Pazos, cuando intentan derivar a un paciente al psicólogo de Atención Primaria de Bembrive, el que les corresponde a los de Sárdoma, la demora es de unos tres meses. Y no hay datos actualizados de la espera para psiquiatría: según el último informe del Sergas, actualizado a fecha de 31 de diciembre de 2022, la espera media para una cita con un especialista en salud mental se situaba en torno a los cincuenta días.
Pero ya por aquel entonces había 354 pacientes que llevaban esperando entre tres y seis meses por una consulta con el servicio de psiquiatría de Vigo. Los profesionales de Atención Primaria creen que la situación ha empeorado. “Ahora mismo es difícil que a un paciente de La Doblada con problemas de salud mental vea a un psicólogo o un psiquiatra de la sanidad pública lo vea en menos de seis meses. Lo normal es entre seis y ocho”, explica una doctora de este centro.
Según informan los médicos de familia de Atención Primaria de Vigo, los pacientes con problemas relacionados con la salud mental que llegan a sus consultas comprenden todas las edades.
Hay que recordar, no obstante, que un enfermo que se considera grave es derivado de forma inmediata a las urgencias del hospital Álvaro Cunqueiro, donde será atendido de forma inmediata por un psiquiatra y, si es necesario, por la Unidad de Prevención del Suicidio, creada en 2021. Y el objetivo del área sanitaria de Vigo es, además, incorporar un psicólogo a cada centro de salud, pero no hay una fecha estimada de cuándo se podrá llevar a cabo.
Atención en casa
El área sanitaria de Vigo cuenta también con un Equipo de Continuidad de Cuidados. Integran una de las tres patas de la sección de Rehabilitación del Servicio de Psiquiatría del Complejo Hospitalario de Vigo (Chuvi) y tienen su base de operaciones en el Nicolás Peña, pero se pasan buena parte de la jornada recorriendo el área sanitaria. Este equipo atiende en su domicilio a 110 pacientes con trastorno mental severo que, por algún motivo, no pueden trasladarse hasta la consulta. Este departamento es una manera de vincular a los pacientes y continuar con sus cuidados desde el sistema público.
Trabajan con ellos para ir normalizando su situación hasta que puedan acudir por sí mismos a las consultas. La asistencia es fundamentalmente psiquiátrica. Con los pacientes hacen un trabajo clínico de seguimiento de su evolución clínica, pero este equipo de profesionales también atiende otro tipo de necesidades. Les pueden ayudar a realizar gestiones con diversas empresas, como la contratación de telefonía u otros servicios, o les pueden acompañar a hacer compras, al banco o a consultas. Muchos de sus pacientes tienen un limitado nivel de autonomía y la mayoría –no todos– viven solos, por lo que carecen de apoyos y, además, sus recursos suelen ser limitados. Así es que para un porcentaje importante de sus usuarios ellas son el contacto social que mantienen. Entre ellos se crea un vínculo de confianza y respeto.
Este equipo, precisamente, se encarga de atender a personas con trastornos mentales severos, por lo que no sería el mismo perfil que está llegando estos días a los centros de salud, que padecen problemas como ansiedad o estrés que, además del tratamiento farmacológico, es necesario un psicólogo. Y ahora mismo, si no es pagando, es difícil acceder a uno.
Repunte de suicidios en Vigo: seis al mes
Los suicidios son sin duda uno de los grandes retos de salud pública. Lejos de disminuir, este tipo de muertes se encuentran al alza. La memoria de actividades del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) que se hizo pública recientemente, arroja que en Vigo y su área un total de 67 personas se quitaron la vida durante 2022. Supone un aumento de casi un 20% con respecto al ejercicio anterior y se constituye por ello como una de las cifras más altas de la última década. La media se sitúa en unos seis suicidios al mes.
En toda Galicia el año pasado hubo 340 muertes de esta naturaleza, siendo más frecuentes en hombres que en mujeres y en el rango de edad de entre los 41 y los 60 años, donde se concentran cuatro de cada diez casos. Pero ha habido un aumento entre las personas mayores, algo que preocupa a los forenses que se encargan de investigar estos decesos.