El obsesivo acoso de un vigués con más de 300 llamadas y graves amenazas: “La voy a estrangular”
Condena mínima para un joven que hostigó, de forma directa y a través de su madre y amigas, a una chica a la que conoció en una academia

Una sala de vistas de la Ciudad de la Justicia, donde se celebró el juicio / FDV
El hostigamiento duró meses. Llamadas telefónicas constantes, mensajes de WhatsApp y graves amenazas que la víctima recibía tras contactar el acosador con amigas suyas e incluso con su madre. “Voy a violar a la p... de tu hija”, “te juro que la voy a estrangular con un alambre de espino como no le digáis que me coja la llamada de una p... vez”, escribió.
El acusado es un joven de 21 años con antecedentes por trastorno obsesivo-compulsivo y la víctima una estudiante universitaria. Se conocieron en una academia, él quiso mantener “una relación de amistad o de índole afectiva” con ella y, al no lograrlo y cortar la joven el contacto con él, comenzó un asedio que se prolongó al menos desde mayo de 2021 hasta las navidades de dicho año.
Estos hechos llegaron este miércoles a juicio en Vigo. Pero ya no fue preciso celebrarlo por el acuerdo alcanzado entre fiscal, acusación particular y defensa, por el que el joven aceptó penas menores de 765 euros de multa, dos años de alejamiento y prohibición de comunicación con la chica y pagar una indemnización de 3.000 euros por el daño moral causado.
Tratamiento psicológico
La breve vista se celebró en el Juzgado de lo Penal número 2 de Vigo y el joven asumió la autoría de delitos de acoso, amenazas y quebrantamiento de medida cautelar. Aunque inicialmente afrontaba penas de prisión, la condena se redujo notablemente al aplicársele dos circunstancias atenuantes: trastorno mental y reparación del daño.
El acoso duró meses y la víctima, que tuvo que comenzar a recibir tratamiento psicológico, se vio obligada a cambiar de número de teléfono en dos ocasiones y limitó sus viajes a Vigo –residía en otra ciudad debido a sus estudios universitarios– ante el temor que sentía de encontrarse con el acusado. Presentó además numerosas denuncias y se vio afectado su entorno familiar y social: una de las amigas de la perjudicada llegó también a interponer denuncias contra el joven por “hechos parecidos”.
Cuando empezaron las continuas llamadas telefónicas, la chica bloqueó las llamadas del acosador, haciéndolo también en WhatsApp e Instagram. Entonces, el joven empezó a contactar con ella desde un número oculto.
Hasta dos veces la perjudicada cambió su número de teléfono. Pero el hostigamiento no solo era directo. También indirecto, ya que el acusado escribía mensajes a las amigas y a la madre de la víctima con el propósito de “conminarla” a tener contacto con él. Junto a la condena aceptada hoy, el chico tiene otra de delito leve de coacciones por la primera denuncia que presentó la afectada.
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