El retraso en la formación de maquinistas cuestiona la llegada del Avril hasta 2024
La ministra de Transportes los prometió para noviembre
El número de trenes depende de la inauguración de la línea a Asturias

Un tren Talgo Avril de la serie 106 de Renfe, en pruebas en A Coruña el año pasado. / Casteleiro / Roler Agencia
La llegada del AVE a Vigo es como el viejo refrán sobre el horizonte: cuando das dos pasos hacia él, este se aleja otros tantos. Y es que la puesta en funcionamiento de los trenes Avril fabricados por Talgo que llevarían la Alta Velocidad a la ciudad podría demorarse, una vez más, varios meses. Según ha podido constatar FARO a través de diversas fuentes, todavía no se han iniciado los recorridos de formación y reconocimiento por el interior de Galicia de estos trenes. De esta manera, y de acuerdo con los tiempos programados por Renfe, su puesta estreno no llegaría hasta el 2024.
Este cambio de fecha supondría el enésimo retraso en unos trenes que cuando se inauguró la nueva línea de Alta Velocidad a Ourense en diciembre de 2021 se comprometieron para ese mismo verano. Sin embargo, los retrasos en el inicio de la homologación de este modelo –comenzó en febrero de 2022– y la complejidad burocrática para adaptarlo a toda la normativa que exigía la Agencia Europea del Ferrocarril (ERA) hacían que el calendario siguiera corriendo con un nuevo horizonte cada tres meses.
El pasado lunes 17 de julio la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana anunciaba en un acto del PSOE en Zamora que entrarían en funcionamiento este mes de noviembre. Dentro de la batería de promesas lanzadas a solo seis días de las elecciones generales, Raquel Sánchez Jiménez también anunciaba la implantación de la marca low cost Avlo para Galicia. Al día siguiente la compañía pública –presidida por Raúl Blanco desde el cese de Isaías Táboas en febrero, ambos con carnet del PSC– escenificaba esta llegada con la entrada de uno de los modelos de la serie 106 adaptados a estos servicios en Santiago de Compostela durante “un viaje de pruebas”. Dos meses después, los trenes no se han vuelto a dejar ver a este lado del Padornelo.
Y es que hay varios factores que podrían influir en el desembarco de los trenes en Galicia. Al margen de los tiempos políticos y una posible investidura de Feijóo o una nueva convocatoria electoral, Renfe aún no ha definido cómo repartirá las quince unidades de ancho variable (10 en formato AVE y otras cinco para Avlo) y cuya puesta en servicio será “escalonada”. La ansiada inauguración de la Variante de Pajares después de dos décadas de obras y 4.000 millones de euros permitiría llevar todos los beneficios de la Alta Velocidad a Asturias. Además, existe la posibilidad de que estos trenes hagan recorridos transversales como el que en el último año ha desplazado 170.000 viajeros entre Ourense y Alicante a través de Madrid. De esta manera podría prolongar estos itinerarios hacia ciudades como Vigo, A Coruña o Murcia y extender los beneficios de un modelo de tren cuya demanda ya supera el número de existencias antes incluso de su estreno.
Los Avril –siglas de Alta Velocidad Rueda Independiente Ligero– son un modelo “todoterreno” que puede circular a 300 kilómetros por hora en vías de ancho ibérico (1668mm) o estándar (1435mm) frente a los 250 km/h que tienen las series 130 y 730 –elaboradas también por Talgo– que cubren los servicios Alvia. Con su estreno y la reforma en curso de los anteriores, podrían llegar servicios AVE “genuinos” a ciudades como Vigo.
El estreno de estos trenes va más allá del recorte de entre 20 y 30 minutos que tendrán los tiempos de viaje entre las ciudades atlánticas, como Vigo, y Madrid. Gracias a su configuración de 3+2 en su interior cuenta con capacidad para 507 plazas (581 en clase única), lo que permitirá reducir los precios en una línea en la que es habitual que dupliquen los del avión y no haya billetes disponibles.
Además, permitirá liberar unidades de las series 130 y 730 necesarias para el Corredor Mediterráneo, nuevas líneas como la de Extremadura y Burgos o incrementar la oferta a destinos como Cádiz que no se han beneficiado de la liberalización ferroviaria. Al mismo tiempo, las series de ancho fijo serán destinadas para competir contra la SNCF en territorio galo, donde el AVE ya une Madrid con Marsella y Barcelona con Lyon con notables resultados.
Es por ello que la Xunta de Galicia ha convertido las promesas incumplidas en una de sus principales quejas al Gobierno central. Hace un año el presidente autonómico, Alfonso Rueda, lamentaba que los buenos datos turísticos del verano y el año Xacobeo no hubieran sido mejores por la ausencia de estos trenes. En aquel momento el Partido Popular presentó mociones en varios concellos exigiendo la puesta en funcionamiento de un tren que aún no contaba con todos los certificados de seguridad.
El contrato de construcción fue firmado en noviembre de 2016 por 787 millones de euros y las primeras unidades deberían haber sido entregadas a comienzos del 2021. Es por ello que el año pasado Renfe anunció que reclamaría una indemnización de 116 millones a Talgo.
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