Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La sede del Centro de Investigación Marina en el Siemens costará 6 millones de euros

La Universidad lanza un concurso para la rehabilitación del edificio, que contará con 1.400 m2 de laboratorios

Será versátil y sostenible, contribuirá a la recuperación de la ETEA y dará visibilidad a la institución en la ciudad

42

El edificio Siemens, donde la Universidad de Vigo prevé construir la sede del CIM Marta G. Brea

Un edificio sostenible y flexible, que permita adaptarse a los futuros avances científicos y tecnológicos, y que contribuirá a la recuperación de la ETEA y a visibilizar a la Universidad en la ciudad. La sede del Centro de Investigación Marina (CIM) en el edificio Siemens costará 6 millones de euros y albergará 1.400 m2 de laboratorios dedicados a la conservación y el uso sostenible de los océanos y los recursos, lo que contribuirá al desarrollo socioeconómico de Galicia.

La UVigo acaba de lanzar el concurso arquitectónico para la redacción del proyecto básico, el de ejecución y la dirección de obra por un total de 290.400 euros. El centro aspira a ser una referencia internacional en la investigación marina y un “actor clave” en la innovación, transferencia y difusión de la ciencia en el Atlántico norte.

La convocatoria se produce apenas dos semanas después de la presentación oficial del futuro centro del Instituto de Investigaciones Marinas-CSIC, que se ubicará justo enfrente, en el edificio Kelvin, y cuyas obras arrancarán a principios del año que viene. La propia Universidad señala en el pliego que la confluencia de ambas instituciones permitirá generar sinergias.

Será un jurado integrado por arquitectos, técnicos de diferentes administraciones e investigadores de la institución académica el encargado de elegir las tres mejores propuestas en función de su calidad, flexibilidad, sostenibilidad y adecuación al presupuesto. Y también habrá una gratificación económica para el primer y el segundo accésit.

El futuro edificio, cuya titularidad ha sido cedida por Zona Franca a la Universidad, deberá preservar su valor histórico y patrimonial, contribuyendo a la revitalización de un enclave abandonado durante décadas y excepcional por su ubicación al borde del mar.

De planta rectangular y una sola planta y bajo, el inmueble dispone de un añadido en la parte trasera donde se ubicaba una lavandería. La superficie máxima no deberá superar los 2.650 m2, mientras que la edificación protegida no excederá la altura existente y la nueva podrá llegar a las dos plantas.

La rehabilitación del Siemens contemplará espacios polivalentes y versátiles, que permitan albergar los usos requeridos para las próximas décadas. Dispondrán además de luz natural y ventilación suficientes para generar un ambiente de trabajo óptimo y siempre bajo criterios de sostenibilidad.

En este sentido el consumo de energía y el nivel de emisiones de CO2 deberán ser “casi nulos o cero” desde la construcción del inmueble y a lo largo de toda su vida útil. Y además deberá incluir sistemas de producción de energía renovable como fotovoltaica, geotermia o aerotermia.

Ocho grupos contarán con laboratorios en el CIM: Paleoclimatología, Future Oceans Lab, Geología Marina y Ambiental, EphysLab, Biotecnología Ambiental, Oceanografía Biológica, Ecología Costera y Comportamiento Animal y Biología del Suelo. 

La futura sede dispondrá también de 534 m2 destinados a espacios generales, entre otros, la unidad técnica, una sala de reuniones para unas 14 personas, dos salas de videoconferencias, una zona tipo aula con capacidad para 25 alumnos que acogería actividades docentes o trabajos en equipo, y almacenes para diferentes tipos de material .Y la estimación para las áreas técnicas y servicios es de 270 m2.

El proyecto ganador deberá apostar asimismo por soluciones que potencien la relación entre todos los investigadores del edificio, eliminando barreras para favorecer “una mentalidad abierta y colaborativa”, y que también contribuyan a una percepción de bienestar. Además, se tendrá en cuenta la facilidad para implementar políticas de inclusión y accesibilidad.

La Universidad no contempla zonas específicamente asignadas para despachos, sino que cada grupo, dentro del espacio disponible, decidirá cómo divide los diferentes usos. Y en cuanto a los requisitos relacionados con los gases técnicos, el edificio tendrá que estar dotado de aire comprimido, argón, nitrógeno, vacío general y un gas adicional.

El Faraday sigue pendiente

La Universidad ya es titular de otro edificio en la plaza de Armas, el Faraday, la antigua residencia de oficiales, cuya titularidad también le fue cedida por Zona Franca. El anterior equipo rectoral liderado por Salustiano Mato lanzó un concurso arquitectónico en 2017 que ganó el estudio compostelano Abalo Alonso, el mismo que ejecutó el edificio Redeiras de O Berbés.

Pero cinco años después, y con algunos cambios de uso de por medio, el proyecto sigue a la espera de que Xunta y Concello se pongan de acuerdo y desbloqueen el vial central de la ETEA, el ámbito PS-1, del que dependen todos los servicios. La Universidad también ha solicitado al Gobierno gallego que le ceda el edificio Morse, ya que su pretensión es trasladar a la ETEA la Facultad de Ciencias del Mar de forma íntegra para completar un gran campus científico que aúne investigación, docencia y transferencia. 

Instalaciones arruinadas tras dos décadas de abandono a la espera de una ambición científica

La ETEA cerró sus puertas en 2002 y, desde entonces, el abandono ha hecho mella en unas instalaciones que se encontraban en perfecto estado y que ahora serían el escenario perfecto de una película postapocalíptica. Todavía permanecen algunas piezas del antiguo mobiliario, las planchas de la lavandería y equipos electrónicos completamente desmantelados en espacios invadidos por la maleza y con paredes plagadas de boquetes y desconchones.

La presentación oficial de la futura sede del IIM-CSIC supuso hace unos días el primer motivo para la esperanza tras una espera de dos décadas para que el antiguo recinto militar se convierta en un gran complejo científico y tecnológico que aproveche el enorme potencial marino de la ciudad y sea una referencia internacional.

La Universidad de Vigo está llamada a tener una destacada presencia en ese polo y aunque en 2017 ya eligió el proyecto ganador para rehabilitar el Faraday, uno de los edificios más emblemáticos de la ETEA, todavía sigue sin avanzar a la espera de que Xunta y Concello desbloqueen el vial central. 

Compartir el artículo

stats