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Por un parto en pareja y sin separación de los bebés

La plataforma Loita pide al Cunqueiro que permita las cesáreas y alumbramientos gemelares con acompañante y piel con piel

Laura con su pareja, Igor, y su hijo, Lucas. MARTA G. BREA

Laura Mallón está a dos semanas o menos de verles la cara a los mellizos que crecen en su vientre. Pero las condiciones del parto que le han comunicado no son las que ella desea: sin acompañamiento de su pareja y con la separación de sus bebés mientras se recupere de la anestesia de la cesárea que probablemente le espera. Con contracciones de Braxton Hicks –no de parto– desde la primera mitad de la gestación y muchas molestias en esta recta final, le han recomendado reposo. Aún así, no ha abandonado la lucha que mantiene para conseguir un “parto respetado” para ella –contrarreloj– y para el resto de mujeres del área sanitaria con embarazos gemelares o que acaben en quirófano. Lo hace de la mano de la plataforma Loita, creada hace solo dos meses en la provincia de Pontevedra, pero con más de un millar de adhesiones en redes y numerosos testimonios recabados.

Junto a otros miembros del colectivo, mañana se reúne con el gerente del Área Sanitaria de Vigo, Javier Puente Prieto, para abordar el tema. Desde la Dirección señalan que profesionales del Hospital Álvaro Cunqueiro trabajan ya en la elaboración de un protocolo para que las cesáreas puedan ser acompañadas.

Loita nació a raíz de la denuncia de Tamara Campos, de la ciudad del Lérez, a la que Atención Temprana de Pontevedra no le permitía acceder a las sesiones de fisioterapia con su hijo de cinco meses. Al hacerlo público, recibió una “aluvión” de mensajes con casos similares y creó esta plataforma para defender el derecho de los menores a estar siempre acompañados por sus padres o tutores, salvo que haya riesgo para ellos. “La ley nos ampara”, destaca y, en cuanto a los alumbramientos, añade que el Ministerio de Sanidad publicó hace años unas directrices para fomentar el piel con piel de los recién nacidos con su madre tras nacer.

Consecuencias para el bebé y la madre

El colectivo lo acaba de conseguir en el Área Sanitaria de Pontevedra con un caso prácticamente idéntico al de Laura. La pareja de Ruth Abonjo se mantuvo a su lado en la cesárea y sus dos bebés estuvieron pegados a ella en la sala de reanimación. “Si en Pontevedra podemos, es una discriminación que en Vigo u otra área no”, defiende y advierte que la separación aumenta el riesgo de lactancia fallida y de depresión postparto. De hecho, Ribera Povisa puso en marcha la “cesárea humanizada” ya en 2021.

Laura deseaba que su segundo parto –fue madre por primera vez hace casi tres años– también fuera vaginal. De primeras, se enteró por la matrona de Atención Primaria que todos los que son de más de un bebé se realizan en quirófano por seguridad y en el Cunqueiro no se permite el acceso a acompañantes en este área. Cuenta que en el hospital justificaron que hay muchos profesionales en la sala. “Los pujos pueden durar horas”, alega y defiende que, además de apoyarla, el acompañante es la persona que conoce los deseos y necesidades de la mujer y los puede defender mientras ella está concentrada con el trabajo de parto.

EA no poder estar acompañada en esos momentos, se le sumó más tarde la noticia de que tenía que ser una cesárea –un bebé es de gran tamaño para ser mellizo y el otro viene de nalgas– y tendría que estar separada de ellos durante la reanimación. “Ese tiempo es una tortura”, censura Tamara.

“El Cunqueiro es una maravilla de hospital, con unos profesionales estupendos, pero con un trato deshumanizado con madres con embarazos gemelares o que acaban en cesárea”, expone Laura, que alberga esperanzas de que aún se pueda resolver antes del inminente nacimiento de sus hijos. “Y si no puede ser para mí, que se cambie para el resto de madres”, concluye.

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