El Chuvi cierra 135 camas de Medicina Interna, Pediatría y Cardiología durante tres meses
La reorganización comenzó este mes con 65 puestos | En el Meixoeiro están clausuradas a mayores otras cinco alas con 150 plazas | El Sergas defiende que “se mantendrán operativas el 88% de las funcionantes”

Puerta de entrada a la planta de hospitalización de Pediatría del Hospital Álvaro Cunqueiro.
“Tras efectuar un análisis pormenorizado de los datos de máxima ocupación quincenal registrada en los meses estivales en los años anteriores”, la Gerencia del Área Sanitaria de Vigo ha decidido clausurar este mes de junio 65 camas del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) y ampliarla hasta 135 a lo largo de los tres meses siguientes. En su “reordenación asistencial” de verano, los servicios afectados son Medicina Interna, Pediatría y Cardiología.
Los cierres estivales se reparten casi a partes iguales entre los hospitales Álvaro Cunqueiro y Meixoeiro. En el primero de ellos, ya se efectuó el cierre de una de las dos alas de hospitalización que tiene asignada Pediatría. Son 35 camas destinadas a bebés que, desde el 29 de mayo, se ingresan junto al resto de niños en la otra vela. Al cierre de esta vela se sumará el 1 de julio otra de Medicina Interna –con otros 35 puestos–, así como las entre 5 y 9 plazas con las que se ha reforzado la planta de hospitalización de Cardiología –que tiene activada la fase 2 de ingresos, en la que las habitaciones individuales con espacio se convierten en dobles–. En total, entre 75 y 79 espacios para pacientes hasta el lunes 2 de octubre.
En el Meixoeiro, la reordenación trasladada ayer por el Sergas a la Junta de personal detalla el cierre desde la primera quincena de enero de las 30 camas de una de las dos alas de la que consta la planta quinta. Se hizo efectivo esta semana. El 1 de julio está previsto clausurar la planta completa, destinada también a enfermos de Medicina Interna. Estarán así hasta concluir septiembre.
Falta de detalles
La cuestión es que hace años que en el hospital de Puxeiros se mantienen cerradas varias áreas de hospitalización a lo largo de todo el año y se emplean para poder de absorber picos de demanda de asistencia, en momentos puntuales. Ahora que las obras de instalación de la climatización han concluido y no obligan a mantener inoperativas plantas –sellaban la zona en la que estaban actuando y la de arriba y la de abajo para amortiguar el ruido–, sigue habiendo dos plantas y media sin actividad. Además de una de las dos secciones de la quinta planta –incluido en el plan estival–, están clausuradas la segunda y la sexta enteras y el ala 2 de la cuarta. Son un total de 150 camas. La Dirección del Área Sanitaria de Vigo no ha dado detalles sobre esta situación. Si se mantuviera este cierre a lo largo del verano, sumarían un total de 180 puestos clausurados en este centro. O, visto de otra manera, solo quedarían abiertas en todo el Meixoeiro las 150 de las plantas tercera y séptima y un ala de la cuarta.
Desde la Dirección del Área Sanitaria de Vigo defienden que “estarán operativas el 88% de las camas funcionantes” y asegura que es “un porcentaje similar al de los últimos años”. Subraya que “la reorganización de las unidades de hospitalización se realiza en función de la demanda asistencial y atendiendo a los índices de ocupación”, tras analizar los datos de otros años. Sostiene que “esta cifra pone de manifiesto una adecuada planificación de los recursos disponibles y garantiza que todos los pacientes, en todos los casos, ingresan cuando lo precisan en una cama a cargo del servicios especializado adecuado para su atención”.
Justificación
El Sergas en Vigo justifica que, en verano, “se observa una disminución tanto de la prevalencia como de la morbilidad de determinadas patologías estacionales, lo que implica que haya un menor número de pacientes susceptibles de atención sanitaria”. Añade que, además, “se racionalizan las actividades sanitarias valorando los recursos humanos disponibles”, ya que entre julio y septiembre se concentran el grueso de las vacaciones. Suma que, como no es posible sustituir a los médicos en determinadas especialidades, “quedarían incompletos los equipos asistenciales necesarios para diversas funciones”.
A sus argumentos, la dirección suma que el verano” es el momento más adecuado para realizar cierto tipo de obras, reformas o actuaciones de mantenimiento en los centros hospitalarios”. “Se trata de adaptar los recursos a la actividad, de forma que los pacientes tengan a su disposición los recursos que precisen, y los profesionales pueda trabajar de manera más racional y cómoda, garantizando la atención en aquellos procesos que no admiten demora”.
Asegura también que dispone de un plan de contingencia para “situaciones imprevisibles, garantizando la puesta inmediata de camas en el caso de que sea preciso”.
Los sindicatos denunciaron este año la tardanza en hacer público este calendario. Tanto que iban teniendo conocimiento de algunos de ellos a través de los propios trabajadores. En el cierre del ala de lactantes, a finales de mayo, provocó protestas en la plantilla. Desde Satse explican que se produjo sin previo aviso, desbaratando cambios de turnos de las profesionales, para incorporar a las que tienen plaza en ella a la otra de Pediatría. En una reunión solicitada por este sindicato con Dirección, también abordaron los problemas que se están registrando al tener que combinar en las habitaciones, a veces, bebés con adolescentes o con patologías diversas. Les respondieron que no hay personal para tener abiertas dos alas con tan pocos ingresos.
Padres de niños hospitalizados critican que los profesionales tengan que “hacer malabares” para distribuir a los pacientes en la única planta abierta
“Los profesionales en planta están desbordados. Hacen un trabajo excelente, pero lo que estamos viendo es que tienen que hacer malabares para situar a los niños ingresados y no hay un criterio claro, además de que están bajo mínimos”. Es el testimonio de varios padres de pacientes ingresados en la planta de Pediatría del Hospital Álvaro Cunqueiro, la única abierta en la actualidad tras la clausura del ala de lactantes a principios de este mes con motivo del cierre de plantas de hospitalizaciones que suele realizar el Sergas en época estival, ante la reducción de la actividad por vacaciones del personal y el descenso de patología respiratoria.
Los progenitores critican unos ingresos “caóticos” y el hecho de que pequeños con procesos infecciosos compartan habitación con pacientes pediátricos que se encuentran ingresados por otros motivos muy diferentes, mostrando preocupación ante posibles contagios. A modo de ejemplo, varios padres hacen referencia al caso de un paciente con rotavirus, caracterizado por provocar vómitos y diarrea, además de por su contagiosidad, al que no se le permitía salir ni al pasillo para evitar riesgos, pero que compartía cuarto con otro recién salido de un postoperatorio. “En cuatro noches lo llegaron a cambiar dos veces e incluso iban a moverlo una tercera vez de habitación. Tienen que hacer encaje de bolillos para situar a los niños. Da la sensación de que el personal está perdido, como si no hubiera un criterio claro para organizar la planta, además de estar bajo mínimos. Sin ir más lejos, esta semana una profesional tuvo que ir a echar una mano a otra planta y faltaba otra que no había podido ir a trabajar, por lo que ya eran dos menos en la unidad”.
Los padres de los pacientes pediátricos ingresados en el hospital vigués llamaron la atención sobre la gestión por parte del centro, insistiendo en que “estamos encantados con los profesionales, pero falta criterio de organización”. A esta situación también se suma el temor de la plantilla de cara a la próxima semana, puesto que a finales se celebrará el concurso-oposición convocado por el Sergas y ya auguran “falta de personal”.
Por parte del Sergas, un portavoz de la Gerencia del área sanitaria apuntó que, “como todos los años, se hace una reorganización asistencial en la que la unidad de hospitalización pediátrica también se incluye porque desciende mucho el índice de ocupación en el verano, centralizando todos los ingresos en una vela”. En este sentido, con respecto a la distribución de los pacientes pediátricos, fuentes de la Dirección Asistencial indicaron que “los facultativos valoran uno a uno cada ingreso y son los propios profesionales los que determinan en donde puede ubicarse cada niño. Nosotros confiamos en dicho criterio y se extreman todas las medidas precaución y, por supuesto, respetando a los pacientes oncológicos y a los inmunodeprimidos, que están aislados”.
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