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Un expediente que vale un premio nacional

El vigués Pablo Durán, ingeniero industrial y de la energía, recibe el galardón del Ministerio de Educación

El ingeniero vigués Pablo Durán Gómez.

El ingeniero industrial y de la energía Pablo Durán recibirá el próximo lunes en Madrid uno de los premios nacionales de fin de carrera con los que el Ministerio de Educación distingue a los mejores expedientes de todo el país. Un galardón que comparte con otros tres alumnos de la UVigo que cursaron Ingeniería Agraria, Ingeniería Forestal y Educación Primaria, y también con cinco titulados de Santiago y tres de A Coruña.

La concesión de los premios acumula bastante retraso, puesto que todos acabaron sus grados en 2017 y la convocatoria se publicó en 2021, pero supone igualmente un motivo de “orgullo personal” por el esfuerzo invertido durante toda la carrera. “Tiene que gustarte lo que haces y después, por supuesto, trabajar y dedicarle muchas horas. No hay más secretos”, asegura Pablo Durán, que ya había obtenido un premio durante el Bachillerato, sobre la fórmula para alcanzar la excelencia.

Tras acabar Ingeniería de la Energía en Vigo, cursó el máster en Ingeniería Industrial en la Politécnica de Valencia para obtener las atribuciones profesionales reguladas por ley. Y, después de trabajar durante dos años en la empresa Emenasa en el ámbito de la robótica y la automatización, en abril de 2022 fichó por el Instituto Tecnológico de Galicia (ITG), en A Coruña, lo que le permitió “reconectar” con sus principales intereses.

"Quería contribuir a la sosteniblidad y a la implantación de las energías limpias"

“Me matriculé en Ingeniería de la Energía porque quería contribuir a la sostenibilidad y a la implantación de las energías limpias. Es un tema muy importante”, destaca Durán, que forma parte del departamento de Energía.

“La misión del ITG es poner en contacto a las pymes con la innovación. Y en nuestro ámbito estamos promocionando soluciones que ahora están muy de actualidad como las comunidades energéticas y el autoconsumo fotovoltaico colectivo, así como las energías limpias y la eficiencia”, resume.

“Es un trabajo muy interesante porque puedo abordar temas diversos y de actualidad y está relacionado con mis estudios en la UVigo. Hubo que de desempolvar algún apunte cuando empecé en el ITG”, bromea el ingeniero vigués de 28 años.

Pablo Durán Hermida.

En este sentido, Durán cree que Galicia “está avanzando bastante” en la implantación de sistemas energéticos sostenibles y destaca el papel que desarrollan distintas asociaciones para ayudar a impulsar estos temas.

El ITG colabora con investigadores de las universidades gallegas y en sus instalaciones trabajan más exalumnos de la escuela viguesa de Ingeniería de Minas y Energía. “Al ser una carrera relativamente nueva tiene el obstáculo de la falta de atribuciones profesionales, pero la inserción laboral es alta”, destaca.

“El máster que hice en Valencia ya tiene muchos años de recorrido, pero obviando las diferencias por madurez yo diría que la Universidad de Vigo está a la par. Hay profesionales de alto nivel en las dos instituciones”, asegura.

"Las ingenierías son exigentes"

Por eso recomienda a los jóvenes estudiantes que mañana empiezan las pruebas de la EBAU que incluyan la carrera entre sus preferencias, aunque con matices: “Es una opción, pero depende de lo que quieran hacer después. El grado de Ingeniería de la Energía te da una formación trasversal y con más aspectos como la energía térmica, pero si te quieres especializar más en el ámbito renovable y eléctrico recomendaría Ingeniería Eléctrica, que no tiene el obstáculo de las atribuciones”.

En todo caso, el esfuerzo se da por descontado en la rama tecnológica. “Yo le dediqué tiempo a la carrera y aunque no disfruté tanto como otros compañeros hubo tiempo para todo. Las ingenierías son exigentes. Hay mucha gente que no está segura de lo que quiera hacer y se matricula por las salidas, pero luego su adaptación es dura. De hecho, la gente se va reduciendo en clase durante los primeros años por este motivo”, comenta.

Pablo Durán, que acudirá al acto de entrega en Madrid junto a su familia y su pareja, recibirá 2.650 euros como el segundo mejor expediente de toda España en su ámbito. “No sabría decir si estos premios se valoran a la hora de contratar a profesionales, pero espero que sí. La cosa está difícil y puede ser un factor que te ayude a encajar en una oferta. Es un entorno competitivo y todo suma”, opina.

El requisito para optar a un premio nacional es tener una nota media mínima de 9 durante la carrera, un 8 en el caso de las ingenierías, y puntúan positivamente las estancias “erasmus” o la participación en proyectos de investigación. Los otros premiados gallegos en esta convocatoria estudiaron en las universidades de Santiago y A Coruña los grados en Química, Veterinaria, Ciencias Políticas, Ingeniería Química, Ingeniería Agrícola, Sociología, Relaciones Laborales e Ingeniería Naval.

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