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Las fuerzas tradicionales recobran la hegemonía del tablero municipal tras dos legislaturas

Marea consuma su declive, tras tocar techo en 2015 | Vox duplica votos, pero cosecha el segundo peor resultado de las urbes gallegas

Integrantes de Podemos-Marea de Vigo, en la noche electoral, tras conocer los resultados . A. B.

Los partidos tradicionales vuelven a repartirse todos los sillones del salón de plenos de Praza do Rei. De la corporación local desaparece la única formación que había logrado hacerse un hueco de entre las creadas en la última década: Podemos-Marea de Vigo. Sigue la tendencia de declive que estas confluencias han registrado a nivel nacional, al igual que Ciudadanos, que recibió un apoyo residual a su tercera candidatura en la urbe. También se queda fuera Vox. Sin embargo, dobla el respaldo recibido en la anterior convocatoria municipal y escala al quinto puesto en porcentaje de papeletas.

Tras la sorpresa que dio Podemos en las europeas de 2014, una recién creada Marea de Vigo ocupaba su espacio en los comicios locales de 2015. La plataforma, liderada por Rubén Pérez (Esquerda Unida) e integrada también por militantes de Anova, Os Verdes o Espazo Ecosocialista entre otros, irrumpía con tres ediles y el 11,5% de los votos, desplazando como tercera fuerza al BNG –que se quedó fuera– y haciéndose con la representación de la izquierda alternativa a Abel Caballero (PSOE) en el salón de plenos.

Siete meses después, en las generales, Podemos se convirtió en la formación más votada en la ciudad con un tercio de las papeletas . Desde entonces, no ha dejado de perder apoyos. En las locales de 2019, aunque se mantuvo como tercera fuerza, bajó al 6,94% y perdió un concejal. Pérez lo atribuyó al conflicto interno de las Mareas. Está claro que las reyertas a nivel nacional tampoco han ayudado este domingo, en el que el espacio de confluencia se despide de la Administración local, tras dos legislaturas. Sale por poco. Por apenas un 0,2% de los votos. Cosechó casi lo mismo que Esquerda Unida en solitario en 2011, también liderada por Pérez –4,82% frente a 4,53%–.

Eva Endress. A. Blasco

Con un 0,5% de sufragios, Ciudadanos cosechó el domingo su mayor fracaso en la ciudad. La formación naranja llegó a superar el 10% en las generales de 2019, pero nunca caló en las locales. Comenzó con un discreto 3,35% en 2015, de mano de Josefa Casado, que confiaba su éxito al tirón Albert Rivera a nivel nacional. Bajaron a un 2,42%, cuatro años después, con Javier Alonso. Tampoco ha convencido la ingeniera Eva Endress, que sustituyó al coordinador local ya en precampaña. “Sabíamos que para nosotros era difícil y queremos agradecer la confianza y el apoyo de los vecinos de Vigo que nos votaron”, señaló ayer en un comunicado y añadió: “Los 687 votos no están perdidos y nos ayudarán a comenzar una nueva etapa”. Avanza que buscarán “nuevas vías” para impulsar un proyecto que defiende “el espacio de centro liberal progresista de Vigo”. Es el peor resultado de Ciudadanos en las urbes gallegas, tras A Coruña –con un 0,4%–.

Álvaro Díaz-Mella. A. Blasco

En su segunda cita municipal con las urnas, los de Santiago Abascal siguen sin ser capaces de acceder a la corporación local, pero avanzan en su intento. Liderados en Vigo por Álvaro Díaz-Mella, duplicaron los apoyos recabados en 2019. Han pasado de 1.936 papeletas –un 1,3%– a 3.573 –2,64%–. Son 1.637 personas más las que confían en VOX para gestionar las cuestiones municipales. Rebasa así a Cs y se convierte en quinta fuerza. Pero necesitaría casi el doble de lo conseguido para poder entrar y solo en Lugo ha logrado una representación menor –un 2,28%– de entre las ciudades gallegas.

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